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El Papa y el periodismo: por fin un punto de acuerdo

Encontrar puntos de coincidencia con el Papa Francisco se ha vuelto tarea complicada recientemente. No obstante, ayer escuché unas palabras que merecen ser retomadas, porque atañen al periodismo. Ese que desde hace un año estamos ejerciendo en El American.
 
El Papa asegura que “al periodismo se llega no tanto eligiendo una profesión, sino lanzándose a una misión, un poco como un médico, que estudia y trabaja para que se cure el mal en el mundo. Vuestra misión es explicar el mundo, hacerlo menos oscuro, hacer que los que viven allí lo teman menos y miren a los demás con mayor conciencia, y también con más confianza. No es una misión fácil”. 
 
Esto es cierto. En un mundo como el actual, donde tantas corrientes intentan volver más difusas las barreras de lo correcto y lo incorrecto, los periodistas tenemos una misión importantísima, un papel que debemos asumir como una responsabilidad que edifica a la sociedad, y no como un oficio del que nos sirvamos con el objeto de ganar fama o prestigio.
 
El Papa destacó tres verbos que considera –y yo también– claves para el ejercicio del periodismo: escuchar, profundizar y contar.
 
“Escuchar siempre va de la mano de ver, de estar ahí: ciertos matices, sensaciones, descripciones integrales pueden transmitirse a lectores, oyentes y espectadores sólo si el periodista ha escuchado y visto en persona. Esto significa –¡y sé lo difícil que es en vuestro trabajo!– escapar de la tiranía de estar siempre en línea, en las redes sociales, en la web. El buen periodismo, el de escuchar y ver, necesita tiempo. No todo se puede contar por correo electrónico, teléfono o pantalla (…) Necesitamos periodistas dispuestos a ‘desgastarse las suelas de los zapatos’, a salir de las redacciones, a caminar por las ciudades, a conocer gente, a verificar las situaciones que vivimos en nuestro tiempo”.
 
Esto es absolutamente cierto. Y quiero ser claro al decirlo: no hay periodismo más “sabroso” que el de la calle. La esencia de este oficio es el reporteo. Podemos estar cómodos haciendo trabajo remoto, pero nunca seremos capaces de igualar a quien está en el lugar y narra desde su punto de vista la noticia.
 
Al hablar sobre el segundo verbo (profundizar), el Papa recordó que en este tiempo muchas personas están obteniendo información y formando su opinión en las redes sociales, por lo que lanzaba una pregunta: “¿qué más podéis ofrecer a quienes os leen o escuchan que lo que ya encuentran en la web? Podéis ofrecer el contexto, los antecedentes, las interpretaciones que ayuden a situar el hecho sucedido”. 
 
Sobre el tercer verbo, contar, el Papa lo define como “no ponerse en primer plano, ni erigirse en jueces, sino dejarse golpear y, a veces, herir por las historias que nos encontramos, para poder narrarlas humildemente a nuestros lectores. La realidad es un gran antídoto para tantas ‘enfermedades’. La realidad, lo que pasa, la vida y el testimonio de las personas son lo que merecen ser contados”. 
 
Durante la ceremonia, el Papa agradeció a los periodistas por haber dado voz a las víctimas de abusos sexuales por parte de sacerdotes, pues considera que con ello ayudaron a que la Iglesia no siguiera escondiendo “debajo de la alfombra” lo malo que ocurre en su seno. 
 
Estas palabras del Papa se dieron durante la condecoración dada a la periodista mexicana Valentina Alazraki, histórica corresponsal que tiene 47 años de carrera, 156 viajes papales y 5 pontificados cubiertos. Francisco la nombró Dama de la Orden de Pío IX por su extraordinaria entrega al periodismo en estos años. A Valentina, mi maestra, un fuerte abrazo.
 
A El American, mi deseo firme de que la historia que está por escribirse se rija por estos principios y por la verdad, porque como lo recordó Francisco, “la verdad os hará libres”.

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