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“Tengo que hablar aunque tenga miedo, aunque mi futuro y el de mi familia sean inciertos. Tengo que hablar porque si no lo hago, las piedras mismas van a hablar por mí”. Así lo dijo el embajador de Nicaragua ante la Organización de Estados Americanos (OEA), Arturo McFields Yescas, para denunciar la situación en su país.
McFields fue nombrado por Ortega como embajador ante la OEA en octubre del año pasado. Aseguró este miércoles en la sesión de la Asamblea General del organismo que decidió hablar “en nombre de más de 177 presos políticos y más de 350 personas que han perdido la vida en Nicaragua desde 2018”.
Además, agregó que “denunciar la dictadura de mi país no es fácil, pero seguir guardando silencio y defender lo indefendible es imposible”, comentó.
Embajador de Nicaragua dice que hay esperanza
Asimismo, McFields explicó que en noviembre pasado, días antes de que Nicaragua anunciara su salida de la OEA, pidió a la Cancillería la liberación de 20 opositores presos de la tercera edad y de otros 20 con un estado de salud delicado. Sin embargo, el régimen no atendió a su petición.
“En el gobierno nadie escucha y nadie habla, lo intenté varias veces durante varios meses, pero todas las puertas se me cerraron. No haya libertad de publicar un simple tuit”, expresó.
A pesar de la falta de libertades en Nicaragua, el diplomático sostuvo que “hay esperanza”. Y señaló que “la gente de adentro del gobierno y de afuera está cansada de la dictadura”. “Cada vez van a ser más los que digan basta, porque la luz siempre puede más que las tinieblas”, resaltó.
