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En el 2010 el fabricante de autos eléctricos, Tesla, anunció una ventura conjunta con Toyota; en un trato donde Tesla adquiría una antigua planta de autos que Toyota tenía en San Francisco, a cambio de cederle una participación al gigante japonés de $50 millones.
El trato vino en un momento donde la mayoría de los inversionistas eran escépticos de los autos eléctricos, y muchos no se arriesgaban a invertir en compañías como Tesla, pues los automóviles no eran rentables. Para Toyota la adquisición fue vista como una oportunidad, pues cedía una planta cerrada a un start-up que con su adquisición ayudaba a mejorar su imagen pública en California.
No había pasado un mes cuando Tesla anunció que saldría a la bolsa de valores y el precio de la acción comenzó a subir rápidamente. En marzo de 2016 las 2.2 millones de acciones de Toyota en Tesla fueron evaluadas en $480 millones, para junio de 2017 Toyota había vendido su participación por $538 millones. De haberla vendido en el 2021, Toyota podría haber hecho algo más de $ 1,500 millones.
El 2020 fue un año insólito para Tesla, pues la compañía comenzó a ser rentable y el precio de su acción vio un resurgimiento del 695 %, colocándola como la empresa más valiosa del mundo, por encima de Amazon. Hoy en día el valor de Toyota es un tercio del de Tesla, muy seguramente el gigante japonés lamenta haber soltado su participación de esa pequeña compañía de autos eléctricos.
GM buscó su propia Tesla con Nikola
Con el éxito de Tesla y el craso error de Toyota, otros grandes fabricantes de autos tradicionales están buscando su propio start-up de autos eléctricos en lo que esperan sea el próximo Tesla. Entre estas empresas se encuentra General Motors (GM) quien en septiembre anunció la adquisición de la compañía Nikola, fabricante de camiones eléctricos con motor de hidrógeno.
Nikola se ha presentado como la contrapartida de Tesla, capitalizando en el nombre del famoso físico Nikola Tesla, la compañía ha llamado la atención gracias a la fama de su rival. En 2016, Nikola presentó su primer producto el Nikola 1, un camión con motor de hidrógeno y que fue llamado por sus creadores como “el camión más avanzado que el mundo nunca antes ha visto”.
Poco después de la salida de Nikola, Tesla presentó su propio camión eléctrico, el Semi, en una presentación donde un eufórico Elon Musk prometía que su camión seguiría siendo funcional tras 1 millón de millas de manejo.
Ambas compañías compiten por sustituir la flota de camiones diésel y eléctricos, pero el enfoque de los dos fabricantes ha sido distinto. Mientras que Tesla se ha enfocado en vehículos 100 % eléctricos, Nikola intenta usar una tecnología híbrida de vehículos potenciados por electricidad e hidrógeno.
Por años los inversionistas han contemplado el motor de hidrógeno como más eficiente y menos contaminante al motor de diésel, no obstante el hidrógeno tiene un gran problema, es sumamente costoso y es difícil de cargar, pues no hay muchas estaciones de hidrógeno en los Estados Unidos.
Aunque Nikola ha afirmado que tiene planes para crear una red de estaciones de hidrógeno, hasta el momento esa promesa no se ha cumplido. En 2018, la cervecera Anheuser-Busch hizo una orden de 800 camiones eléctricos a Nikola que debían ser entregados en 2020, pero la fecha límite de la orden tuvo que ser aplazada.
Hasta la fecha, la compañía no ha hecho su primera venta, pero en junio del 2020 anunció su salida en bolsa y la alta expectativa hizo que su valoración de mercado brevemente sobrepasara a la de Ford.
A pesar de la euforia por la acción de Nikola, en agosto los reportes financieros de la compañías mostraron que la empresa había registrado pérdidas por más de $86 millones y todavía no había vendido un solo camión. Una semana después Nikola anunció que la empresa de recolección de basura Republic Services solicitó 2,500 camiones para ser entregados en el 2023.
En Septiembre de 2020 Nikola anunció una aventura junto con General Motors (GM), donde GM adquiere una participación del 11% de Nikola. GM también proveerá a Nikola sus propias baterías y motores de hidrógeno. El anuncio causó que el precio de la acción se disparará creciendo más de un 50 % en dos días.
Poco después de la adquisición de GM, salió a la luz un reporte que acusaba a Nikola de fraude asegurando que “los investigadores federales están probando alegaciones que Nikola, el fabricante de camiones potenciados por electricidad e hidrógeno listado en junio, ha tergiversado información de su progreso en el desarrollo de tecnologías claves para sus nuevos modelos”. La noticia hizo que el precio de la acción de Nikola se desplomara y su gerente, Trevor Milton renunciara.
Aunque Nikola negó las acusaciones, esto no fue suficiente para evitar que GM se saliera del acuerdo pactado con el fabricante de camiones eléctricos. Al final, Nikola no parece ser el nuevo Tesla. Los autos eléctricos son todavía un producto naciente cuya adopción aún está lejos de reemplazar al diésel. Es posible que más que la regla, Tesla sea la excepción. Solo el tiempo lo dirá.
Economist, writer and liberal. With a focus on finance, the war on drugs, history, and geopolitics // Economista, escritor y liberal. Con enfoque en finanzas, guerra contra las drogas, historia y geopolítica