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Marina Ovsyannikova, una periodista rusa, interrumpió un programa en el canal estatal ruso para protestar en contra de la guerra. La semana pasada se volvió tendencia en todo el mundo luego de que decidiera rebelarse contra el régimen de Vladimir Putin.
Ovsyannikova reconoce que por muchos años trabajó para la propaganda del Kremlin y decidió manifestarse por no estar de acuerdo con el gobierno de Putin. Aseguró, además, que ya habían pasado varios hechos graves, pero los ciudadanos tienen miedo de protestar.
Es el mismo miedo que ahora tiene la periodista. Tras su interrupción en la televisión, con un cartel en el que pedía el fin de la invasión rusa a Ucrania, estuvo detenida y le impusieron una multa de 30,000 rublos (el equivalente a unos 265 euros).
Este lunes ofreció su primera entrevista tras enfrentar a las autoridades. Aseguró que se encuentra en un punto de no retorno y señaló que su vida “cambió para siempre”. “No puedo volver a mi antigua vida. Estoy muy preocupada por mis hijos que tienen 17y 11 años. Tomo tranquilizantes”, dijo en una conversación con el medio alemán Der Spiegel.
Agregó: “Por supuesto que tengo miedo, incluso mucho miedo. Soy un ser humano, después de todo. Puede pasar cualquier cosa: un accidente automovilístico, lo que quieran. Estoy al tanto. Pero esa es mi posición como ciudadana: lo que estamos tratando aquí es la guerra. No se equivoquen, ya pasé el punto de no retorno”.
Los miedos de la periodista
A pesar de sus temores, Marina dice que no piensa emigrar y por ello no acepta la propuesta del presidente de Francia, Emmanuel Macron, de mudarse a París. “No, no quiero irme de nuestro país. Soy una patriota, y mi hijo lo es aún más. Definitivamente no queremos irnos ni emigrar a ningún lado”, aseguró.
También explicó que la decisión de manifestarse contra el Kremlin no solo le afectó a ella, sino también a su familia. “Mi madre todavía está en estado de shock, está completamente agotada. Mi hijo se ha visto muy afectado por todo esto, está pasando por una etapa difícil a su edad, de todos modos. Me acusó de destruir todas nuestras vidas”.
Finalmente, señaló que, aunque su papá nació en Ucrania y aún tiene familia en ese país, la decisión de manifestarse se dio debido a que está en contra de cualquier injusticia y más si ocurre en lo que calificó como una nación hermana.
“Ninguna persona en su sano juicio puede aceptar eso. Mi padre es ucraniano, mi madre es rusa. Es cierto que nací en Odessa en la época soviética. Cuando tenía un año, nos fuimos a Rusia y he vivido aquí desde entonces. Mi padre murió en Odessa, su tumba está allí. Todavía tengo parientes, una tía, primos, pero tengo poco contacto con ellos. Para mí, la protesta fue ante todo una acción pacifista: a Rusia y al mundo le interesa terminar con esto lo antes posible. Quería mostrar que los rusos también están en contra de esta guerra, de lo que muchas personas en Occidente no se dan cuenta. La mayoría de las personas inteligentes y educadas aquí se oponen a la guerra”.
