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Estados Unidos pierde autoridad moral en el mundo

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Es grave que Estados Unidos pierda autoridad moral en el mundo. Sobre todo, en los tiempos de ahora, cuando las democracias son raudamente desmanteladas por autócratas en potencia.

La Casa Blanca ha enviado pésimas señales a quienes luchan por la libertad en todos los continentes. El hecho de que Joe Biden esté dispuesto, no solo a retomar las negociaciones con Irán sino a levantar todas las sanciones que Trump le impuso al régimen de los ayatolás es una declaración preocupante en contra de un aliado clave como Israel. Dice el ex secretario de Estado, Mike Pompeo: «La administración de Biden no le puede dar al régimen iraní cientos de miles de dólares a cambio de un acuerdo que no va a proteger a los americanos o a nuestro amigo, Israel».

Aunado a ello, los reportes de que John Kerry, un hombre estrechamente vinculado a los tiempos de Biden en la Casa Blanca cuando Obama, filtrara información confidencial de Israel a Irán, no solo son graves. Es traición. Y Biden no ha dicho nada al respecto.

Washington no puede pedir lealtad ni coherencia entre sus socios en el mundo cuando a un aliado fundamental, como Israel, muro de contención de tanto en Medio Oriente, le da la espalda.

Otro ejemplo de esto es Taiwán. A poco de ser tomado por una China sedienta de poder, parece que el país quedará desamparado. El secretario de Estado Anthony Blinken dijo en una entrevista a NBC que, ante la posibilidad de una invasión, Estados Unidos espera que «Taiwán tenga la habilidad de defenderse a sí mismo».

Hong Kong, por su parte, ya perdió su libertad.

Además están los ademanes claramente autoritarios de este nuevo Partido Demócrata, cada vez más influenciado por posturas fundamentalistas. La idea de abarrotar la Corte Suprema, potenciada por el ala más socialista y antidemocrática del Partido, coge vuelo y se asoma con altas posibilidades. Claramente se trata de una peligrosísima deformación de las instituciones americanas; pero, además, sería una acción que minaría por completo la autoridad moral de Estados Unidos.

La forma arbitraria en la que el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, logró que el Congreso, tomado por él, destituyera a magistrados de la Corte Suprema despertó una inmensa preocupación internacional. Y uno de los países en alertar sobre los excesos de someter al Poder Judicial al Ejecutivo fue Estados Unidos. En conversación telefónica el secretario Blinken le participó a Bukele su inquietud. La vicepresidenta, Kamala Harris, escribió en Twitter que «un poder judicial independiente es fundamental para una democracia sana y para una economía fuerte».

La destitución arbitraria y forzada de los magistrados de la justicia salvadoreña no disiente mucho de la voluntad del Partido Demócrata de ampliar el número de jueces de la Corte Suprema.

En su brillante columna en el Wall Street Journal, Mary Anastasia O’Grady escribe: «Si los demócratas abarrotan el Tribunal Supremo harán un daño irreparable a la institución. Pero el daño no terminaría ahí. La comisión del presidente Biden para estudiar la idea ya está socavando la autoridad moral de Estados Unidos sobre el Estado de derecho y la separación de poderes en América Latina».

Biden entró a la Casa Blanca asegurando que Estados Unidos había regresado al tablero. Se refiere, por supuesto, al de los estrechones de manos con Irán y China. A la presencia en organizaciones hostiles a la libertad, como las Naciones Unidas o la Organización Mundial de la Salud. A la participación en acuerdos defectuosos como los de París.

No es un tablero en el que Estados Unidos lidera un mundo en el que es modelo del respeto al Estado de derecho, la institucionalidad y las libertades. Un tablero en el que ya Washington no tiene autoridad moral.

Orlando Avendaño is the co-editor-in-chief of El American. He is a Venezuelan journalist and has studies in the History of Venezuela. He is the author of the book Days of submission // Orlando Avendaño es el co-editor en Jefe de El American. Es periodista venezolano y cuenta con estudios en Historia de Venezuela. Es autor del libro Días de sumisión.

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