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Estados Unidos depende de China para insumos estratégicos para la defensa

Estados Unidos depende de China para insumos estratégicos para la defensa, EFE

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El Pentágono explicaba en 2020 que un claro objetivo estratégico de Beijing es desarrollar un sector industrial de defensa autosuficiente fusionado al sector civil industrial y tecnológico para garantizar al Ejército chino las más modernas capacidades militares. Mientras Beijing lucha por la autosuficiencia en materias primas estratégicas para la defensa como titanio, tungsteno y cobalto, que se utilizan en la industria de la defensa, Washington ha vendido buena parte de la reserva de minerales estratégicos de la Reserva de Defensa Nacional (NDS), dejándola al borde de la insolvencia.

La Reserva de la Defensa se creó en la Segunda Guerra Mundial para garantizar a las fuerzas armadas materiales críticos para la industria militar como titanio, tungsteno, aluminio y cobalto, ante cualquier interrupción de la cadena de suministro. Esta reserva, que se valoraba en casi 42 mil millones de dólares a inicios de la Guerra Fría en 1952, cayó a 888 millones de dólares desde el año pasado a raíz de décadas de ventas autorizadas por el Congreso.

Una iniciativa bipartidista de siete miembros del Congreso señala que el Congreso autorizó durante décadas la venta de la mayoría de las reservas del NDS, incluyendo 30 mil toneladas cortas de titanio, 76 millones de libras de minerales y concentrados de tungsteno, más de 2 millones de libras de tantalio, más de 62 mil toneladas cortas de aluminio, 26 millones de libras de cobalto, poco más de 125 mil toneladas largas de caucho, tras lo que el NDS ya no es capaz de cubrir las necesidades de la defensa en una interrupción de la cadena de suministro. Además, el Departamento de Defensa ha descubierto que el Fondo de transacciones NDS se acerca a la insolvencia fiscal.

Desde 2020 China es el tercer mayor exportador de titanio en el mundo y los Estados Unidos el primer importador de titanio chino. Beijing también exporta tungsteno a los Estados Unidos, y aunque la República Democrática del Congo produce el 70 % del cobalto que se usa en el mundo los chinos ya controlan buena parte la producción de cobalto del Congo junto a una amplia gama de recursos estratégicos africanos.

El Departamento de Defensa invirtió 125 millones de dólares en la Reserva de Defensa Nacional en 2022 y la administración Biden propuso gastar 253 millones más en 2023, con lo que, en el mejor de los casos, la reserva llegaría a menos del 10 % de su tamaño previo. Washington depende de Beijing para obtener minerales de tierras raras indispensables para tecnologías que van de aviones de combate F-35, misiles y tanques hasta teléfonos móviles. Si Beijing dejase de exportar minerales de tierras raras a los Estados Unidos la nación se quedaría velozmente sin componentes básicos para producir el equipo militar y gran parte de la tecnología civil indispensable para el funciona normal de la economía. Ante el riesgo de la cadena de suministros el Pentágono planeó aumentar las reservas de minerales de tierras raras, junto al cobalto y litio, para lo que debería comprar minerales de tierras raras a China, pues Beijing controla el 90 % del suministro.

Beijing controla la producción de minerales de tierras raras porque asume el alto coste ambiental del de extracción y procesamiento mientras las regulaciones ambientales de los Estados Unidos imposibilitan procesar las tierras raras del país. Beijing acumula décadas de inversión en materias primas estratégicas y además de explotar sus propias reservas en los rubros en que las tiene, ha financiando, contra pagos en materias primas explotadas por empresas chinas, amplias inversiones en infraestructura, petróleo y minería en África, incrementado su influencia económica y política sobre los países en que se concentran las grandes reservas africanas de materias primas estratégicas, especialmente aquellas de las que Beijing no tiene reservas en su territorio.

Washington necesita corregir una dependencia de China en materias primas estratégicas por la que incluso el que la Reserva de la Defensa llegase a los niveles de la Guerra Fría es algo que actualmente Beijing podría impedir bloqueando los suministros estratégicos que controla.

Guillermo Rodríguez is a professor of Political Economy in the extension area of the Faculty of Economic and Administrative Sciences at Universidad Monteávila, in Caracas. A researcher at the Juan de Mariana Center and author of several books // Guillermo es profesor de Economía Política en el área de extensión de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la Universidad Monteávila, en Caracas, investigador en el Centro Juan de Mariana y autor de varios libros

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