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La ola azul se estrelló contra el muro rojo y la lucha continúa, parte II

La entrega anterior concluía, sobre las elecciones en Estados Unidos, que el resultado legal de los comicios no está claro y es decisivo como no lo había sido en mucho tiempo, tanto en economía y política doméstica, como en la geopolítica global de nuestros tiempos. Trataremos estos temas, pero no ahora. Por lo pronto, me limitaré a resumir lo que un contacto cercano al Partido Republicano afirma:

“Sí, hay gente del partido que entregaría la Casa Blanca si así recuperasen la influencia perdida en el partido y en la base conservadora. No lo dicen abiertamente, no son tontos. Y me recuerda que Giuliani reveló que hay más de medio millón de papeletas no verificadas en Pittsburg y Philadelphia. Papeletas que no pueden contarse, pero están contando. Sin eso, Trump ganaría. Giuliani señaló lo mismo para Atlanta, Milwaukee y Detroit. Georgia, Wisconsin y Michigan pararon el conteo cuando Trump ganó indiscutiblemente Florida. Confiamos, me dice, que el sistema judicial de los Estados Unidos hará lo correcto y seguirá la Constitución. Pues descartando votos ilegales, Trump ganó Pensilvania, Michigan, Georgia y Wisconsin. Y la presidencia nuevamente”.

En cuanto al Tribunal Supremo, me dicen dos académicos conocedores del derecho constitucional estadounidense que el caso les parece claro (que Alito lo tendría claro) y todo indica que Thomas, Gorsuch y Kavanaugh estarían con él. Suponen que Barrett también, por lo que ambos ven una crisis constitucional en diciembre. Usted, amigo conservador, estará asombrado porque no se discute eso en las cadenas de TV y la gran prensa de Estados Unidos. Sabemos que una cosa es que tengan  posición, que sean partidistas (al grado de ir contra Trump incluso en lo que su vecino demócrata tal vez admite, muy a regañadientes, que Trump podría tener algo de razón, digamos, en el medio Oriente y los tratados de Paz entre naciones árabes e Israel). 

Pero lo que ve no se limita a que tomen posición. Opinen y analicen. Se ve que suprimen hechos. Se niegan a informar. Censuran al presidente de Estados Unidos tanto prensa y empresas de redes sociales. La prensa no está por encima de los colegios electorales, cortes federales y Tribunal Supremo. No está para proclamar presidentes, descartar recuentos e impugnaciones, decidir qué votos inválidos cuentan, qué es constitucional o no. La prensa está para otra cosa que han dejado de lado. Pero este es un portal conservador, prensa seria. Creemos en la verdad, cuando nos agrada y cuando nos duele. En informar hechos, todos los hechos, nos agraden o desagraden. Creemos en analizar estos hechos desde nuestro punto de vista, no en suprimir y censurar para manipular la opinión pública. Eso no es prensa, es agitación y propaganda. Le diremos lo que le agradará escuchar y  lo que le dolerá escuchar. Es nuestro papel como prensa libre y responsable. Tanto como lo es tomar posición, legítima, sin distorsionar los hechos. Estamos para informar, no para desinformar; para orientar, no para desorientar.

Un gran problema es que el medio país que ahora celebra lo que le dice la mala prensa que escucha, y los políticos que siguen, quiere creer que no pasó lo que pasó. Que no hay casos en las cortes. Que el Tribunal Supremo no existe, que es un mito como el hombre del costal. O algo así. Y lo cierto es que el resultado final puede ser uno u otro. Los casos en las cortes pueden ganarse o perderse, porque aunque esté a la vista lo que ocurrió, queda por ver si hay o no duda razonable del que torció el resultado. Si no se cuentan los votos objetables, la victoria de Trump en votos de los colegios electorales sería amplia –y nuevamente sería justamente la que predijo solamente Trafalgar– pero los resultados en los estados que la dan seguirían siendo relativamente estrechos. En unos más y otros menos.

Pase lo que pase, lo mejor o lo peor, será malo. Porque pase lo que pase, medio país sentirá –y vivimos en tiempos en que los sentimientos cuentan más que la razón– que le robaron las elecciones a su candidato. Si el fraude pasa, usted pensará que una maquinaria electoral corrupta logró robarle la elección a Trump y que las cortes no pudieron detenerla. Pero sabrá, porque es conservador, que los Estados Unidos siguen siendo los Estados Unidos y que los ciudadanos como usted podrán sanar las heridas de la democracia y recuperar la república en paz con mucho esfuerzo político y ciudadano y en paz. 

Pero si la razón se impone y el que mañana celebra es usted, el otro medio país desinformado que hoy celebra creerá –y sentirá rabiosamente– que unas cortes y un tribunal supremo conservadores le robaron la elección a su durmiente candidato. Buena parte de ellos ya no creen en la paz, la democracia y la república. Lo han demostrado hasta la saciedad. Así que una profunda grieta que ya dividía a los Estados Unidos se profundizará y se hará más amarga, pase lo que pase. Solo los conservadores como usted podrán cerrarla algún día, porque no fueron los conservadores quienes la abrieron, ni quienes la profundizaron, ni quienes la agrandan cada vez más. 

La buena noticia es que todavía no es seguro lo peor. La mala es que es posible, y otra mala noticia es que en el mejor escenario la lucha continuará. La mejor noticia es que usted tiene de su lado a la razón, a los principios de los padres fundadores y a la paz. Ellos tienen la violencia y su fanático odio a todo lo que los Estados Unidos representan. Pero eso no les dará la victoria final. No están a la altura del desafío que asumieron: destruir a los Estados Unidos desde dentro, mientras usted sí está a la altura de las circunstancias, sean cuales sean. 

Guillermo Rodríguez is a professor of Political Economy in the extension area of the Faculty of Economic and Administrative Sciences at Universidad Monteávila, in Caracas. A researcher at the Juan de Mariana Center and author of several books // Guillermo es profesor de Economía Política en el área de extensión de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la Universidad Monteávila, en Caracas, investigador en el Centro Juan de Mariana y autor de varios libros

2 comentarios en «La ola azul se estrelló contra el muro rojo y la lucha continúa, parte II»

  1. Pingback: Disagreements between Trump and his lawyers over "voter fraud": WSJ

  2. Pingback: Desacuerdos entre Trump y sus abogados sobre el "fraude electoral": WSJ

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