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La izquierda está desarrollando nuevas estrategias populistas para tomar el poder en el mundo. A fin de discutir algunas de ellas, nuestra coeditora jefe, Vanessa Vallejo, se sentó a conversar en exclusiva con el doctor en economía y profesor, Daniel Lacalle.
Al momento de analizar las estrategias de la izquierda, remarca Lacalle, es preciso recordar su objetivo. “El objetivo de la izquierda no es el progreso, es el control”, señaló.
Para tomar el control, la izquierda se adueña de causas que, generalmente, son de apreciación común, como lo son la protección del medio ambiente o la lucha contra la pobreza. Al apropiarse de esas causas, explicó Lacalle, las utilizan como excusa para introducir mayor intervención del Estado en la economía y en las libertades. El economista puso el ejemplo de la llamada Agenda 2030 o el Green New Deal.
“No solamente tienen que ver con la tecnología con la que se genera la electricidad, sino con que los ciudadanos no consuman, o consuman lo que, cómo y cuando les digan”, expresó. “Es una técnica absolutamente evidente de control totalitario”.
Al referirse a la crisis energética en Europa -que se produjo a partir de la invasión a Ucrania- dada por la dependencia de los países europeos de la energía de Rusia, Lacalle advierte que no se trata de una situación casual.
“Eso que llaman la dependencia del gas ruso en Europa no se ha hecho por casualidad o por equivocación, se ha hecho por diseño político”, explicó el especialista. “El aumento de la dependencia del gas ruso se generó precisamente por una agenda medioambientalista: eliminar las nucleares y, a cambio, tener una energía abundante, barata y que fluye constantemente como es el gas ruso”.
Esa dependencia, explicó Lacalle, no se soluciona restringiendo libertades masivamente ni con mayor intervencionismo estatal, sino generando mayor y mejor competencia y diversificando la producción de energía.
“Es una agenda constante de utilizar un problema para generar mayor represión de las libertades individuales […] que no tienen ningún efecto real sobre Rusia, su balanza comercial ni sobre la demanda”, aclaró Lacalle.
Pero la agenda ambientalista no se limita a la progresía europea. En Estados Unidos, aunque la independencia de los estados impide que la agenda de la izquierda se aplique a nivel federal, estados demócratas como California emiten medidas como la prohibición de venta de carros de combustible fósil, mientras son incapaces de mantener su propia red eléctrica.
Mientras tanto, en medio de una crisis global que afecta inevitablemente los precios de la gasolina, el presidente Biden se dedica a limitar todavía más la producción autóctona de energía fósil. Esto es, según Lacalle, parte de la estrategia.
“Es la manera perfecta de aumentar masivamente el control sobre la población sin presentarse como un tirano autoritario”, explicó el economista. “Estás introduciendo a la gente constantemente la idea de que hay una enorme crisis energética que, por lo tanto, cuando introduzcan medidas de represión a las libertades individuales, no es porque estén siendo autoritarios sino porque hay una emergencia”.
Biden, señala Lacalle, no es tonto: sabe que los altos precios de la gasolina permiten el avance de su agenda ambientalista y, a su vez, la creación de nuevos impuestos.
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Tomás Lugo, journalist and writer. Born in Venezuela and graduated in Social Communication. Has written for international media outlets. Currently living in Colombia // Tomás Lugo, periodista y articulista. Nacido en Venezuela y graduado en Comunicación Social. Ha escrito para medios internacionales. Actualmente reside en Colombia.
Vanessa Vallejo. Co-editor-in-chief of El American. Economist. Podcaster. Political and economic analysis of America. Colombian exile in the United States // Vanessa Vallejo. Co-editora en jefe de El American. Economista. Podcaster. Análisis político y económico de América. Colombiana exiliada en EE. UU.