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La evolución de Joe Biden: de provida a gran aliado del aborto

La evolución de Joe Biden: de provida a gran aliado abortista

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Las convicciones pueden durar poco o ser fácilmente descartables en la vida de un político. El presidente Joe Biden, un hombre definido como católico, ha tenido una larga evolución en su opinión con respecto al aborto. En los ochenta y noventa, Biden era una suerte de político provida, que compartía postura con los republicanos y demócratas conservadores que se oponían al aborto; pero luego, con el paso de los años y a medida que sus aspiraciones políticas iban creciendo, el demócrata empezó a apoyar la causa abortista hasta convertirse en el más grande aliado político del movimiento del pañuelo verde en la actualidad.

Si se repasa su carrera política, especialmente como senador, la evolución de Biden es sorprendente. De acuerdo con un reportaje de NBC News, en 1977, cuando era senador por Delaware, «Biden votó en contra de un compromiso de 1977 que permitía que Medicaid financiara abortos que incluían excepciones para las víctimas de violación e incesto, además de la preocupación por la vida de la madre». Cuatro años más tarde, y a pesar de que las excepciones por violación e incesto se aprobaron en ese caso, «Biden votó en 1981 para eliminarlas de nuevo, en lo que fue la prohibición de fondos federales de mayor alcance jamás promulgada por el Congreso».

Biden era apenas un joven senador, pero se mantuvo claro y firme en su postura con relación al aborto por mucho tiempo. Por ejemplo, en marzo de 1986, Biden le dijo al periódico de la diócesis católica que «el aborto es malo desde el momento de la concepción». En 1994, en una misiva dirigida al electorado en el contexto de las negociaciones sobre la atención sanitaria de la administración Clinton, Biden dijo que votó «en no menos de 50 ocasiones» contra la financiación federal de los abortos. El argumento del demócrata era simple: «Los que nos oponemos a los abortos no debemos ser obligados a pagarlos». Es decir, los contribuyentes provida no tienen por qué financiar abortos.

De acuerdo con The New York Times, Biden, incluso, apoyó en su momento una Enmienda Constitucional en 1982 para «permitir que los estados individuales anularan el caso Roe vs. Wade, la sentencia de la Corte Suprema que había legalizado el aborto en todo el país varios años antes». Eso ocurrió durante la administración Reagan cuando la Casa Blanca y el Congreso, por primera vez en décadas, estaban controlados por republicanos. El apoyo de Biden se dio principalmente dentro Comité Judicial del Senado en marzo de 1982, pero la Enmienda no llegó al pleno del Senado, según el Times.

El cambio de postura: de provida a un “punto medio”

A medida que el Partido Demócrata iba trasladando su posición política hacia la izquierda abrazando a su base liberal y progresista, más se complicaba para los católicos-demócratas posicionarse en contra del aborto, sobre todo para aquellos con aspiraciones políticas ambiciosas, que era el caso de Biden.

El ahora presidente fue cambiando de posición a medida que pasaban los años y se convertía en una figura más importante dentro de su partido.

La evolución de Joe Biden: de provida a gran aliado abortista
Vista de una clínica de Planned Parenthood, la mayor organización abortista y de planificación familiar en Estados Unidos. (EFE).

Por ejemplo, en 2007, en su libro “Promises to Keep“, él mismo se describió como una persona ubicada en un «punto medio» con respecto al tema del aborto y se comprometió a proteger el caso Roe vs. Wade, el mismo que décadas atrás desfavoreció en el Senado. En ese libro, Biden señaló que él no tiene el «derecho a imponer mi punto de vista al resto de la sociedad».

En 2012, durante un debate, Biden dijo que personalmente se oponía al aborto, pero se negaba imponer esa creencia a «cristianos, musulmanes y judíos igualmente devotos (…) No creo que tengamos derecho a decir a otras personas que las mujeres no pueden controlar su cuerpo».

Un enfoque abortista adoptado desde la Casa Blanca

Una vez que Biden salió de la vicepresidencia, Donald Trump dio la sorpresa ante Hillary Clinton convirtiéndose en el presidente de Estados Unidos. El republicano, apoyado fuertemente por la base conservadora, llevó adelante una cruzada provida durante cuatro años con mandatos y medidas para limitar el acceso al aborto en todo el país.

Trump frenó el financiamiento federal del aborto, repuso la política Ciudad de México —conocido por los progresistas como Ley Mordaza— que impidió que Estados Unidos patrocinara abortos en el extranjero y también prohibió al programa Título X facilitar los trámites y el acceso a las clínicas u organizaciones abortistas como Planned Paranthood.

Para poner en contexto, Planned Parenthood atendía al 40 % de todos los pacientes del Programa Título X y las políticas de Trump hicieron que la organización abortista abandonase el programa.

El enfoque agresivo de Trump contra el aborto provocó que base la liberal-progresista americana tuviera muy en cuenta la postura de los precandidatos demócratas sobre el aborto durante la época de campaña. Biden era el menos radical de todos los candidatos, pues era el único que aun apoyaba la Enmienda Hyde, que prohíbe la financiación de la mayoría de los abortos con fondos federales salvo en excepciones de violación, incesto y riesgo de muerte para la madre. Pero los cuestionamientos fueron tan feroces que Biden tuvo que ceder y comprometerse dentro de su presupuesto a eliminar la enmienda, para ello necesita el apoyo del Congreso.

El presidente Joe Biden se ha convertido en el principal aliado político de las organizaciones abortistas en Estados Unidos. (EFE)

Fue así como Biden pasó de ser un «término neutro» a un gran aliado abortista. Tan solo al llegar a la Casa Blanca, el presidente, a través de un memorando, echó para atrás varias de las políticas provida de Trump e impulsó la agenda pro-aborto nuevamente. Los portavoces de Planned Parenthood pasaron de ser críticos con el demócrata a elogiarlo públicamente.

«Tanto la ley mordaza global como la doméstica han causado un daño inmenso, y aplaudimos la acción rápida de hoy de la administración Biden-Harris para abordar estas políticas peligrosas. El presidente Biden y la vicepresidenta Harris ya empezaron a corregir los agravios de los últimos cuatro años, pero este solo debe ser el comienzo», dijo, en una declaración, Alexis McGill Johnson, presidenta de Planned Parenthood.

«Todavía hay mucho trabajo por hacer para asegurarnos de que todas las personas tengan la libertad de tomar sus propias decisiones sobre sus cuidados de salud como poner fin inmediato a restricciones innecesarias al acceso a medicamentos de aborto, derogar permanentemente la ley mordaza global, y eliminar las discriminatorias Enmiendas Hyde y Helms. Esperamos poder trabajar con esta administración y la mayoría a favor de la salud reproductiva en el Congreso para proteger y expandir los derechos y acceso a cuidados de salud sexuales y reproductivos para todas las personas en los Estados Unidos y alrededor del mundo».

En su plan presupuestario, publicado en mayo pasado, «Biden cumple la promesa de su campaña de eliminar la prohibición de financiación federal de la mayoría de los abortos, conocida como la Enmienda Hyde», informó la Radio Nacional Pública (NPR).

A pesar de que el presidente sacó la Enmienda Hyde de su plan presupuestario, los activistas abortistas criticaron al presidente por mantener la Enmienda Helms, que impide al gobierno americano financiar abortos en el extranjero a través de ayudas humanitarias.

Sin embargo, el presidente está lejos de quedarse únicamente en su compromiso de campaña de eliminar Hyde de su presupuesto, incluso se atrevió a cruzar la delgada línea roja de violar la objeción de conciencia y libertad religiosa con el caso de las Hermanitas de los Pobres v Pensilvania.

El caso de las Hermanitas de los Pobres es emblemático. Son un instituto religioso católico que cuida ancianos en situación de pobreza en asilos con empleados a los cuales se les provee seguro médico.

la Ley de Atención Médica Asequible, popularmente conocida como Obamacare, exigía que todo empleador, con excepción de iglesias y grupos religiosos, debían incluir en su cobertura anticonceptivos, incluyendo pastillas potencialmente abortivas. Durante mucho tiempo la excepción no incluyó escuelas, empresas u hospicios; por lo que las Hermanitas de los Pobres no entraban en las excepciones. Sin embargo, en 2017, el expresidente Trump expandió la objeción religiosa a virtualmente cualquier empleador.

A raíz de ello, varios estados demandaron la medida de Trump desencadenando un conflicto legal que llevó a las Hermanitas a la Corte Suprema.

Ni siquiera los jueces Breyer y Kagan, considerados del ala liberal de la corte, dudaron en darle la derecha a las Hermanitas de estar exentas de dar seguros médicos que incluyan anticonceptivos y pastillas abortivas a sus empleados. Sin embargo, Biden no respetó la decisión y dijo que no atacaría la sentencia de la corte restaurando la política que precedió al mandato de Trump. Básicamente, el presidente católico, antes provida, está dispuesto a violar la objeción de conciencia, la libertad religiosa e irrespetar a la Corte Suprema con tal de seguir siendo el gran aliado abortista en el que se convirtió.  

Emmanuel Alejandro Rondón is a journalist at El American specializing in the areas of American politics and media analysis // Emmanuel Alejandro Rondón es periodista de El American especializado en las áreas de política americana y análisis de medios de comunicación.

Contacto: [email protected]

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