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¿Cómo interpretar el éxito de Errejón y el auge de los “Verdes” alemanes?

Errejón, El American

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El ecologismo, entendido como ideología revolucionaria, es transversal a la práctica totalidad de las formaciones políticas y corrientes que son favorables a una amplia intervención del Estado en la economía y las demás esferas de la sociedad. 

Al mismo tiempo, lamentablemente, este componente de la agenda de la llamada “nueva izquierda” sigue definiendo tanto la acción política de muchos Estados modernos actuales como los intereses de las élites, los medios del mainstream y el woke capitalism.   

Prueba de lo anterior no es solo la llamada Agenda 2030, con sus llamados “Objetivos de Desarrollo Sostenible”. Vemos cómo se crean nuevos impuestos, partidas de gasto (Green New Deal) y reglas para vulnerar el uso de la propiedad privada y la libre circulación (hasta de divisas).

No obstante, el quid de este artículo no es sino abordar cómo se ha capitalizado el discurso en Europa, por parte de formaciones izquierdistas, hasta el punto de convertirlos, directa e indirectamente, en su “eslogan central”.

Más Madrid sustituye al PSOE como líder de la oposición

El pasado 4 de mayo, se celebraron elecciones autonómicas en la región española de Madrid. Pueden considerarse como los comicios recientes más emocionantes para la derecha en su conjunto. El carismático “efecto Ayuso” fue bastante arrollador y sus socios del gobierno de Vox (conservadores) resistieron, con un ligero auge.

En el bloque izquierdista, por un lado, podemos dar cuenta de la desaparición de los centristas de Ciudadanos (en ejercicio práctico como “salvavidas” del sanchismo) y del abandono de la política por parte de Pablo Iglesias, visto que el PP acarició la mayoría absoluta, la cual ve “rellenada” gracias a Rocío Monasterio y compañía.

Mientras, el descalabro del PSOE, que ostenta el gobierno central, supuso el sorpasso de una escisión de PODEMOS denominada “Más Madrid”, surgida tras las pretéritas luchas de poder entre Iglesias e Íñigo Errejón y encabezada, en esta ocasión, por Mónica García, una médico implicada en el activismo favorable al hipertrofiado bienestar del Estado.

Ahora bien, pese a que en su momento, Errejón blanqueó al régimen venezolano (ensalzando a Hugo Chávez) y García simuló disparar en sede parlamentaria al consejero de Economía y Hacienda Javier Fernández-Lasquetty, esta formación, muy propia de la posmodernidad, se presenta con un “discurso atractivo y aseado”.

No centran su discurso en la nostalgia soviética de la Segunda República o el fin de la “monarquía”. Prefieren dedicar más tiempo, bajo una “aparente transversalidad práctica”, al feminismo, a los “derechos LGTBI”, la sanidad estatalizada y la reducción de la jornada laboral sin justificación técnica, con especial énfasis en el ecologismo. 

La sucesión de Merkel puede no depender de la AfD y la CSU bávara

Angela Merkel, conocida como una de las mujeres más poderosas de Europa (con influencia en la eurocracia bruselense), ya ha renunciado al liderazgo de la CDU alemana así como a una posible reelección (en septiembre se celebrarán comicios).

Eso sí, su “legado”, bastante cuestionado en los últimos años por cuanto acabó ella entregándose a la socialdemocracia en temas salariales, optando por aplicar un férreo estatismo policial frente al COVID-19, aparte de no seguir la línea de acción de Polonia y Hungría en materia migratoria, no tiene muchas probabilidades de ser enmendado por alguien de derechas (un perfil similar al de Trump, DeSantis o Bolsonaro).

Digo esto dado que, según los sondeos electorales recientes, Los Verdes podrían convertirse en la formación más votada, y aunque no tuviesen mayoría absoluta podrían tener fácil —muy probablemente— la negociación de la gobernabilidad, ya fuese con el Partido Socialdemócrata, los liberales del FDP y/o los comunistas de Die Linke. Con lo cual, habría un izquierdismo más avanzado que reforzaría el “calado” de las políticas previas.

Esta formación comparte grupo parlamentario europeo con formaciones como los social-comunistas de Esquerra Republicana de Cataluña y tiene un programa político que apuesta por acabar con fuentes energéticas no renovables y reforzar el peso del Estado en la economía (más regulación y más gasto), aunque no todo está aún detallado.

Mismos fundamentos de base, al compás de los nuevos tiempos

La llamada “nueva izquierda” (también considerada como fases cuarta y quinta de la Revolución, vista bajo el prisma pliniano) no se centra tanto en el obrerismo proletario del siglo anterior (aunque haya quienes adopten el discurso “progre” sin renunciar a esto).

Mientras que por un lado se centran en “conflictos culturales”, siguiendo el guion gramsciano (ideología de género, potenciamiento secularista, multiculturalismo, racialismo antiblanco, etc.), por otro aprovechan determinados problemas sanitarios y medioambientales para hacer su discurso más vendible.

No voy a negar que haya que ser responsables con el entorno natural de la biosfera así como tampoco la existencia en sí del COVID-19. Pero entiendo que se ve una oportunidad para que, alegando “emisiones de CO2 excesivas”, “exceso de población” o “deforestación” sea más fácil negar la correlación entre libertad económica y conservación (léanse los estudios de The Heritage Foundation).

Con lo cual, ya finalizando, lo que sí creo es que se ha entendido que hay que alterar la manera de potenciar el expansionismo estatista, con nuevas formas discursivas que no rompen con el racionalismo y el ansia planificadora (Revolución).

Ángel Manuel García Carmona es ingeniero de software, máster en Big Data Analyst, columnista y tradicionalista libertario // Ángel Manuel García Carmona is a software engineer, master in Big Data Analyst, columnist and libertarian traditionalist.

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