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La economía de los Estados Unidos creció rápidamente durante el segundo trimestre, y excedió sus expectativas de crecimiento durante los primeros seis meses del 2021. Sin embargo, con la expansión de contagio por el COVID-19 a causa de la variante Delta el crecimiento de la economía americana podría frenarse.
Recientemente, los Centers for Disease Control and Prevention (CDC) volvieron a restablecer su recomendación de requerir el uso de mascarillas dentro de espacios cerrados, incluso para personas ya vacunadas.
Por su lado, la administración de Joe Biden advirtió que está dispuesta a volver a imponer nuevos cierres en caso de ser necesario para contener la expansión del virus. Aunque los estudios han mostrado que, hasta el momento, las vacunas retienen su eficacia para contrarrestar el virus, las autoridades de salud temen que dentro de la amplia población sin vacunar el virus pueda mutar en variantes que las vacunas no puedan prevenir.
En estos momentos la variante Delta es responsable del 70 % de los nuevos contagios en Estados Unidos, y según información del Ministerio de Salud de Israel —país donde más del 60 % de la población se encuentra inmunizada— la efectividad de las vacunas para prevenir un contagio puede caer hasta un 67 % debido a la propagación de la variante Delta.
¿Cómo la variante Delta podría afectar la recuperación económica de Estados Unidos?
Los economistas ven dos formas en que la variante Delta pueda afectar la recuperación económica: en primer lugar que los estados vuelvan a imponer restricciones a la movilidad para evitar la expansión del virus. En segundo lugar, que las personas dejen de salir, buscar trabajo o movilizarse por miedo a contagiarse.
Algunas compañías han tomado cartas en el asunto y llevaron a cabo medidas para blindarse de una posible ola de contagios a causa de esta variante. Apple informó que volverá a requerir que sus clientes y empleados utilicen las máscaras en sus sedes.
Google/Alphabet retrasó sus planes para volver a las oficinas hasta mediados de octubre. Varios empleadores, tanto públicos como privados, confirmaron que requerirán a sus empleados estar plenamente vacunados antes de poder regresar a sus trabajos.
Hasta el momento las restricciones han sido limitadas en alcance y se han restringido a implementaciones como exigir el uso de tapabocas en algunas localidades, como en el condado de Los Ángeles.
El elevado porcentaje de vacunación generó que las personas vuelvan a salir a la calle y mantengan sus niveles de gastos durante la pandemia. Sin embargo, el ritmo de la vacunación continúa ralentizándose y la población joven parece ser más resistente a inocularse que las generaciones mayores.
Pese a la presencia de la variante Delta, los americanos continúan viajando, y tanto el número vuelos como los índices de ocupación de hoteles ha aumentado durante el verano.
De igual manera, el consumo no parece rezagado, ni próximo a disminuir. Las principales restricciones que enfrentan los consumidores para satisfacer sus necesidades, más que la variante Delta, es la capacidad de la oferta de mantener un inventario disponible para el público.
Ante esta situación, los proveedores han acumulado un inventario para blindarse de la inflación que están ocasionando los cuellos de botella en las cadenas de suministro junto a la creciente demanda por parte de los americanos que, de momento, no parece verse afectada por la variante Delta.
Economist, writer and liberal. With a focus on finance, the war on drugs, history, and geopolitics // Economista, escritor y liberal. Con enfoque en finanzas, guerra contra las drogas, historia y geopolítica