El Departamento de Justicia de Estados Unidos acusó hoy miércoles 28 de octubre a ocho personas por conspirar a favor del régimen comunista de China, además de acosar y forzar el regreso de ciudadanos chinos a su país de origen. Esta acción se rige bajo los objetivos de la Operación conocida como «Operation Fox Hunt».
De los ocho acusados, cinco fueron detenidos en territorio estadounidense por el FBI «por cumplir las órdenes del Gobierno chino en los Estados Unidos», afirmó John C. Demers, el fiscal general asistente de Seguridad Nacional.
The New York Post informa que los acusados —entre ellos un investigador privado— fueron arrestados en los estados de Nueva York, Nueva Jersey y California. Se cree que los tres restantes estarían en China. Todos los implicados enfrentan juicios en la Corte Federal de Brooklyn. Entre las víctimas de esta operación se encuentran ciudadanos norteamericanos y residentes legales —uno es un hombre de Nueva Jersey no identificado—, según revelaron los funcionarios Wray y Demers del FBI.
Este hombre recibió una nota de amenaza que decía «si estás dispuesto a regresar a la patria y pasar diez años en prisión, tu esposa y tus hijos estarán a salvo», agregaron los integrantes del FBI.
El director del FBI, Christopher Wray, llamó a esta operación «parte de la campaña diversificada de China de robo e influencia maligna en nuestro país y sus alrededores».
«Con los cargos de hoy hemos puesto de cabeza la Operación Fox Hunt de la República Popular de China —los cazadores se convirtieron en los cazados, los perseguidores en los perseguidos», sentenció John Demers durante una rueda de prensa virtual.
¿Qué es la «Operación Fox Hunt» sobre la que el FBI tiene puesta la mira?
Estos hechos se desarrollan en el marco de la Operación Fox Hunt, una operación global encubierta lanzada en 2014 por el Partido Comunista de China, cuya naturaleza se enfoca, según el régimen, en la detección, persecución y repatriación de funcionarios corruptos y empresarios fugitivos.
Sin embargo, fuertes críticas y sospechas han sido dirigidas en contra del régimen chino, pues esta avanzada es considerada por muchos como una excusa para infiltrar sus agentes a países considerados enemigos. En el pasado, Christopher Wray ha dicho que «el principal objetivo de la Operación es el de suprimir disidencia entre la diáspora china».
Durante el 19° Congreso del Partido, el secretario general del Comité Central y presidente del régimen, Xi Jinping, urgió continuar con los esfuerzos de «gobernar el país con disciplina e implementando el espíritu del Congreso del Partido».
Según lo informado por China Daily, la estatal mediática china, «Xi exigió a todo el Partido mantener la autoridad y un liderazgo unificado del Comité Central del Partido Comunista Chino, intensificar la lucha contra la corrupción y trabajar por una mejor «ecología política» dentro del Partido».
El órgano panfletario chino The Global Times afirmó que «Estados Unidos está proporcionando refugio a los que huyen. Tenemos motivos para sospechar que Estados Unidos quiere desviar la atención y recuperar la autoridad moral».
Estados Unidos versus China
Existen varias razones por las que China está intensificando su inteligencia y su propaganda en contra de Estados Unidos.
La primera es producto de la guerra comercial que el presidente Donald Trump inició contra el régimen de Xi Jinping. El cambio del paradigma comercial fue consolidado por Estados Unidos, y ahora que compañías chinas (manufactureras especialmente) han decidido migrar, muchas de ellas motivadas por las ventajas que geográficamente pudiera facilitarles Norteamérica. De acuerdo con Prince Manufacturing, la interrupción en el envío de bienes se ha vuelto una regla, generando pérdidas a las compañías.
Aunado a esto, la agilidad de los envíos ha sido siempre bastante precaria por la lejanía que China representa como punto de partida. Este problema y el riesgo en la cadena de suministros que ahora el país asiático está sufriendo, debilitan geopolíticamente a Beijing.
La segunda va dirigida más hacia la filtración de información sobre lo que ocurre dentro de las fronteras chinas.
Una columna del Financial Times sobre el trabajo forzado en las cárceles del país revela cómo esta realidad es usada como modus operandi para aumentar la producción de bienes y mantener los costos bajos. Por otro lado, la migración a los Estados Unidos de empresarios expulsados del Partido Comunista representa, a ojos de Xi, una perfecta oportunidad para que estos individuos revelen la estructura corporativa, los desmanes administrativos y los escándalos de corrupción del régimen a cambio de, why not, custodia federal… y libertad.
En este mismo sentido, en un momento de pospandemia y con la claridad de parte de la trama del coronavirus y cómo el régimen chino ha venido operando para callar voces que conocen la verdad, disidentes que migraron o que ya residen en Estados Unidos son una amenaza para el Partido Comunista y los secretos que guarda. Por lo tanto, infiltrar agentes encubiertos, forzar ciudadanos chinos a regresar al país y cumplir sentencias ilegales de juicios ilegítimos, llevados a cabo por tribunales partidizados, es la mejor manera de evitar que los enemigos del régimen chino puedan accionar en su contra.
Rafael Valera, Venezuelan, student of Political Science, political exile in São Paulo, Brazil since 2017 // Rafael Valera, venezolano, es estudiante de Ciencias Políticas y exiliado político en São Paulo, Brasil desde 2017