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Lecciones del fracaso del boicot a Hogwarts Legacy

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La horda woke lo ha vuelto a hacer o, mejor dicho, lo ha vuelto a intentar, y ha tratado de boicotear el estreno del videojuego Hogwarts Legacy. Su campaña ha fracasado, porque el juego es un éxito, pero es que además es muy probable que la campaña de acoso woke haya contribuido a aumentar las ventas. Este rocambolesco caso nos deja una serie de lecciones sobre cómo hay que tratar a la horda woke.  

El juego de Hogwarts Legacy transcurre en la famosa escuela de magia durante el siglo XIX, pero al parecer no es lo suficientemente inclusivo y diverso a la hora de representar a los miembros de la comunidad mágica de la época.

Aunque la verdadera razón del boicot es que la autora de Harry Potter —que ni siquiera está involucrada directamente en su desarrollo— tiene una opinión diferente a la del lobby transgénero en lo que a biología se refiere.

Desde que se anunciara su desarrollo, los activistas woke han conseguido que se fuera el jefe de diseño inicial por tener un canal personal de YouTube acusado de “reaccionario”, por tener vídeos en contra de la doctrina feminista y de la justicia social. También lograron el despido de una trabajadora de una empresa de videojuegos quien, tras mostrarse entusiasmada en Twitter por el juego, fue acusada de transfobia por seguir a las cuentas de Ben Shapiro y Libs of TikTok.

Hace unos días, una streamer de Twitch tuvo que cortar un directo entre lágrimas por el acoso en el chat de los activistas transgénero. Sin embargo, a pesar de haber ganado de forma deshonrosa estas batallas, parece que el juego ha terminado ganando la guerra y es un éxito de ventas, gracias, en gran medida, a que muchos fans se han unido para denunciar el hostigamiento woke y pedir que se compre el juego como acto de rebeldía ante sus constantes campañas de acoso.

El fracaso estrepitoso del boicot nos debería hacer reflexionar sobre cómo funciona la ideología woke y sobre cómo lidiamos con sus ataques. 

Hay que saber que la horda woke es insaciable. Aunque el juego hizo cambios de última hora para incluir personajes transgénero, el acoso ha continuado. Los woke no quieren solucionar problemas, solo quieren ver el mundo arder.

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No se debe claudicar o pedir perdón ante sus ridículas demandas. No solo no te lo agradecerán, sino que aumentará su poder. La ideología woke no pide respeto o tolerancia, busca la imposición de sus valores, y exige una adscripción completa a todos sus postulados y demandas más radicales. No es suficiente con no posicionarte, tienes que defenderlos o darles la razón siempre, para no ser víctima de cancelación.

El éxito de ventas nos demuestra que solo son una minoría que es muy ruidosa en internet y que cuentan con el apoyo de medios e instituciones, pero a la hora de la verdad, la mayoría silenciosa ha demostrado su hartazgo comprando el videojuego.

Esto es una oportunidad para dar por certificada la frase “go woke, go broke” e ir un paso más allá. No solo es que haciéndote woke te arruines, sino que hay un gran mercado para las empresas que se muestren explícitamente anti-woke. Y hay que aprovecharlo.

Ignacio Manuel García Medina, Business Management teacher. Artist and lecturer specialized in Popular Culture for various platforms. Presenter of the program "Pop Libertario" for the Juan de Mariana Institute. Lives in the Canary Islands, Spain // Ignacio M. García Medina es profesor de Gestión de Empresas. Es miembro del Instituto Juan de Mariana y conferenciante especializado en Cultura Popular e ideas de la Libertad.

Social Networks: @ignaciomgm

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