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El fin de semana, Joe Biden visitará la frontera entre USA y México por primera vez en su presidencia, en un viaje a El Paso (Texas).
Altos funcionarios del gobierno americano dijeron el jueves en una conferencia de prensa telefónica que durante su visita fronteriza del domingo, el presidente se reunirá con funcionarios locales y discutirá medidas de seguridad fronteriza y de aplicación de la ley.
Biden visitará El Paso antes de viajar a México los días 9 y 10 de enero para reunirse con su homólogo mexicano, Andrés Manuel López Obrador, y con el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, en su primera visita presidencial al vecino del sur de USA y también su primera visita a una nación latinoamericana, desde que accedió a la Casa Blanca en enero de 2021.
Antes del viaje, la Casa Blanca anunció el jueves una serie de medidas migratorias, entre ellas la ampliación del programa de visados humanitarios que hasta la fecha solo afectaba a los venezolanos, pero que a partir del viernes beneficiará también a cubanos, nicaragüenses y haitianos que entren legalmente en Estados Unidos.
De acuerdo con el programa, Estados Unidos aceptará a más de 30.000 inmigrantes al mes procedentes de Venezuela, Cuba, Nicaragua y Haití, pero al mismo tiempo deportará inmediatamente a México a los inmigrantes de esos países que intenten entrar ilegalmente en Estados Unidos.
A pesar de las críticas de la oposición republicana, Biden ha evitado viajar a la frontera durante los dos primeros años de su presidencia alegando que no quería que ese viaje se convirtiera en un circo político.
Su predecesor, el republicano Donald Trump, visitó la frontera entre Estados Unidos y México al menos cinco veces para supervisar la construcción de su tan anunciado muro fronterizo, uno de los proyectos clave de su mandato.
La actual administración demócrata se enfrenta a una oleada sin precedentes de migrantes en la frontera entre Estados Unidos y México debido a las crisis económicas, sanitarias y políticas que asolan a diversos países del hemisferio occidental.
El 27 de diciembre, la mayoría conservadora del Tribunal Supremo ordenó al Gobierno mantener provisionalmente el Título 42, una política de salud pública implementada por Trump que permite a Washington expulsar rápidamente a los inmigrantes ilegales, aparentemente para evitar que introduzcan COVID-19 en el país.
Los estados gobernados por republicanos se quejan de que han sido completamente abandonados por el gobierno federal en medio de la crisis migratoria, mientras que la Casa Blanca ha pedido a los legisladores republicanos en el Congreso que aprueben una reforma migratoria para arreglar el sistema actualmente “roto”.
Cuando fue vicepresidente bajo la presidencia de Barack Obama, Biden recibió el encargo de diseñar una política hacia Centroamérica con un marcado componente migratorio, pero al asumir la presidencia delegó ese trabajo en la vicepresidenta Kamala Harris, que ha adoptado una postura muy poco activa al respecto.
