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Funcionarios de Seguridad Nacional descartaron teoría del accidente de laboratorio en Wuhan por venir de Trump

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La hipótesis de que el COVID-19 pudo originarse en el Instituto de Virología de Wuhan (WIV) generó un escándalo mediático importante y produjo que algunos medios liberales empezaran a asumir su fiasco al tildar la teoría como una conspiración. Amén de cubrir su error, algunos importantes medios como el Washington Post o New York Magazine, explicaron varias de las razones del porqué actuaron “escépticos” con la teoría; una de ellas es que funcionarios de Seguridad Nacional descartaron la hipótesis porque el expresidente Donald Trump la impulsó.

Los funcionarios de Seguridad Nacional, así como los expertos de salud y medios liberales, pese a no tener evidencia que respaldara su escepticismo, decidieron descartar la plausible teoría del accidente de laboratorio solo por el hecho de que Trump la utilizó para “atacar” a China.

Según The Washington Post, funcionarios de sanidad y Seguridad Nacional tenían en el punto de mira al WIV y estos “expresaron su frustración por el hecho de que no hubiera una mejor financiación en la comunidad de inteligencia para reunir más información sobre las actividades del laboratorio”.

Sin embargo, los funcionarios dejaron de creer en la teoría del acccidente de laboratorio solo porque Trump la empezó a difundir públicamente.

«Trump no ofreció ninguna prueba que respaldara la teoría del laboratorio. Su asesor comercial, Peter Navarro, un viejo halcón de China, acusó al gobierno chino de diseñar el virus, sin ofrecer ninguna prueba creíble que apoye tan audaz afirmación.

Para algunos de los funcionarios que sospechaban en privado del laboratorio de Wuhan, los comentarios de Trump y Navarro convirtieron la hipótesis de la filtración del laboratorio en una teoría conspirativa marginal. Se hizo casi imposible generar interés entre los expertos en salud en una hipótesis que Trump había convertido en un arma política, dijeron».

Parte del artículo del WaPo.

Los comentarios de Trump y Navarro fueron en abril de 2020. En ese momento, tanto Fox News como Josh Rogin, columnista del Washington Post, publicaron reportes periodísticos donde se informó sobre investigaciones con coronavirus de murciélagos llevados adelante en el WIV que preocuparon a las autoridades americanas.  

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Una vista del Instituto de Virología de Wuhan (EFE).

No había pruebas, pero sí dudas razonables

Según explicó el propio Josh Rogin, funcionarios americanos que trabajaron en Beijing y estuvieron en el WIV enviaron cables diplomáticos a inicios de 2018 explicando que el laboratorio de Wuhan estaba realizando investigaciones potencialmente peligrosas con coronavirus de murciélagos, incluyendo la controvertida ganancia de función, una investigación que potencia genéticamente un virus para introducirlos en conejillos de indias o ratones humanizados y ver su evolución.

Esta práctica controvertida, según explicaron expertos en salud, tiene como objetivo analizar sus efectos en las muestras humanizadas y así poder crear anticuerpos o antídotos ante una potencial enfermedad.

El problema es que, según algunos funcionarios americanos, el ejército chino tenía mucha influencia en el WIV y este laboratorio, pese a ser el primer laboratorio chino en alcanzar el más alto nivel de seguridad internacional de bioinvestigación (conocido como BSL-4) no cumplía con los estándares de personal necesarios para manejar los equipos o instalaciones de este tipo de laboratorios, razón por la que era inseguro llevar experimentaciones como la ganancia de función.

Por supuesto, el simple hecho de que el Instituto de Virología de Wuhan realizó experimentos peligrosos no significa que sea la fuente del virus, sin embargo, ante una crisis sanitaria global, lo lógico hubiese sido que este laboratorio se sometiera a una investigación rigurosa para determinar si el origen del virus nació en este sitio.

Pero el régimen chino tenía otros planes. El hermetismo del Partido Comunista chino impidió sistemáticamente investigaciones independientes en su territorio y boicoteó los intentos de la cuestionada Organización Mundial de la Salud (OMS) por realizar estudios en el WIV. Además, difundió sus propias teorías sin base sobre el posible origen del virus.  

Donald Trump afirmó que considera seriamente presentarse a las elecciones del 2024, accidente de laboratorio
El presidente Donald Trump fue uno de los impulsores de la teoría del accidente de laboratorio. Funcionarios de seguridad nacional, expertos de salud y medios liberales desestimaron la teoría sin evidencia contraria. (Flickr)

Otro punto importante es que, así el virus hubiese sido generado por un salto entre especies (de murciélagos a humano), eso no significa que no salió de un laboratorio. Esa fue la explicación que Xiao Qiang, científico investigador de la Escuela de Información de la Universidad de California en Berkeley, le dio a Josh Rogin el año pasado.

Pese a que en el 2020 ya existían dudas razonables para cuestionar la teoría del mercado de mariscos y dirigir las miradas hacia el laboratorio chino que realizó peligrosos estudios con coronavirus sin un personal capacitado, los funcionarios de seguridad nacional y expertos de salud decidieron enterrar la “teoría conspirativa” por sus presuntos prejuicios raciales y no seguir el razonamiento de los funcionarios de la administración Trump.

Los medios liberales también siguieron la opinión de los expertos que ridiculizaron la teoría y hoy están retractándose.

Cuestionamiento a funcionarios por ignorar la teoría del accidente de laboratorio

Jonathan Chait, de la revista con tendencia progresista New York Magazine, escribió una interesante critica basándose en el reciente reportaje del WaPo que reveló la postura de los funcionarios de seguridad con respecto a la teoría del accidente de laboratorio:

«Un reciente reportaje del Washington Post, en el que se analizaba la respuesta del gobierno al origen del virus, informaba de que muchos funcionarios se negaban a explorar la hipótesis de la fuga del laboratorio porque se asociaba con la política de derechas (…) Esa es una admisión extraordinariamente condenatoria. Los expertos en salud que entendieron todo el tiempo que era totalmente posible que el virus surgiera de un laboratorio simplemente se negaron a examinar la hipótesis porque se había asociado con personas como Donald Trump».

Pero no todos los medios liberales criticaron a los expertos y a la mainstream media por su inadecuada cobertura del posible accidente de laboratorio. En un extenso reportaje de Vanity Fair, por ejemplo, se lee una crítica a la administración Trump por supuestamente politizar el ambiente y también impulsar la teoría del laboratorio como “racismo tóxico”.

Sin embargo, el mismo reportaje acepta que «Con el presidente Trump fuera del cargo, debería ser posible rechazar su agenda xenófoba y aun así preguntarse por qué, en todos los lugares del mundo, el brote comenzó en la ciudad con un laboratorio que alberga una de las colecciones más extensas del mundo de virus de murciélagos, haciendo algunas de las investigaciones más agresivas».

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La teoría del accidente de laboratorio en Wuhan tomó fuerza con Trump fuera del cargo (EFE).

Sin Trump en el cargo, la teoría ya no es conspirativa ni racista

Hoy en la Casa Blanca no está Trump, sino el presidente Joe Biden, quien ya aprobó una revisión de los orígenes del COVID-19 incluyendo la posibilidad de que el virus pudo salir del Instituto de Virología de Wuhan. Ya sin el republicano en el cargo, el accidente de laboratorio ya no es descabellado y tampoco xenófobo. O eso dicen los medios liberales.

Algunos medios hacen mea culpa, pero otros siguen viendo razonable que hayan acusado la teoría de conspiración solo porque la derecha fue la que denunció primero.

Jonathan Chait explica que esto sienta un precedente peligroso en dos frases: «Cuando los científicos argumentan abiertamente en contra del estudio de una hipótesis científica, por razones no científicas, algo se ha torcido» y «El hecho de que los periodistas desecharan una teoría plausible, porque la asociaron con personas que tienen creencias nocivas, no les parece un problema, sino un modelo epistemológico correcto».

Al final tanto los funcionarios de seguridad nacional, como los medios de comunicación liberales y los expertos de salud terminaron jugando a favor del Partido Comunista chino durante todo un año. Justo cuando el mundo más necesita una respuesta sobre el origen del COVID-19.

Emmanuel Alejandro Rondón is a journalist at El American specializing in the areas of American politics and media analysis // Emmanuel Alejandro Rondón es periodista de El American especializado en las áreas de política americana y análisis de medios de comunicación.

Contacto: [email protected]

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