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¿Hambre en los Estados Unidos? Quién lo hubiera creído

¿Hambre en los Estados Unidos? Quién lo hubiera creído, EFE

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La idea de una hambruna en los Estados Unidos, como aquellas que guarda la historia universal en sus páginas más desoladoras, nos hubiera parecido no hace mucho tiempo una posibilidad completamente inviable. Este país ha sido, desde muy poco después de su fundación, una verdadera potencia mundial, no solamente en el aspecto económico y bélico, sino también en lo que se refiere a su mercado de consumo y a su capacidad productiva, en la mayoría de los frentes. Durante el siglo 20, los Estados Unidos ayudaron al mundo entero a sobreponerse en dos guerras mundiales contra verdaderos ejes del mal, que hubieran podido llevar toda nuestra civilización a límites horriblemente inimaginables.

Estados Unidos ocupa el tercer lugar en la lista de países productores de alimentos, después de China e India, con una producción que en el 2020 superó los $307 billones de dólares, de los cuales casi la mitad se exportan a otros países. Con esa capacidad de producción no es de extrañar que ninguna generación viva hoy en los Estados Unidos recuerde una situación como la que atravesamos, donde, a medida que los precios de los alimentos se vienen disparando, prácticamente fuera de control durante el Gobierno Biden, las familias están pasando hambre y los bancos de alimentos están enfrentando dificultades para poder proveer productos a todos los que los necesitan.

Es un hecho que durante el Gobierno Biden, el aumento vertiginoso de los precios ha obligado a las familias a reducir el consumo de alimentos, lo que ha provocado que más estadounidenses tengan dificultades para pagar sus facturas en los supermercados y los bancos de alimentos se vean sobrecargados. En agosto, los precios al consumidor aumentaron un 8,3 por ciento en comparación con el año pasado, manteniéndose cerca de los máximos de 40 años y superando las expectativas de los economistas.

Los precios generales de los alimentos aumentaron un 11,4 por ciento, año tras año, marcando el mayor aumento desde 1979, en el mismo período, los ingresos reales promedio por hora cayeron un 2,8 por ciento, lo que significa que los salarios de los trabajadores no pueden mantenerse al día con el aumento de los precios de los alimentos.

La Bidenflación está provocando que las facturas de los comestibles se disparen, obligando a muchos estadounidenses a recurrir a las marcas genéricas, a recortar en lo esencial o a prescindir por completo de ciertos tipos de alimentos. Los precios de los comestibles se dispararon un 13 por ciento con respecto al año pasado, lo que representa el mayor aumento en 43 años. Los precios de los huevos se dispararon un asombroso 40 por ciento, mientras que artículos como el pan, las carnes frías y la leche aumentaron 16, 18 y 17 por ciento, respectivamente.

Desde que Biden asumió el cargo, los precios de los alimentos han aumentado drásticamente debido a la inflación, costando a las familias estadounidenses casi $100 dólares más sólo el mes pasado, de acuerdo con el Comité Económico Conjunto del Congreso. Debido a este aumento de los precios, el 39 por ciento de los estadounidenses no ha tenido otra opción que recortar sus gastos en comida y comestibles en los últimos seis meses, y muchos se han visto obligados a recurrir a los bancos de alimentos para abastecer a sus familias.

Mientras los precios de los alimentos siguen aumentando, los jóvenes estudiantes y los ancianos están pagando el precio de los fracasos de Biden. Gracias a la Bidenflación, las escuelas de todo el país están teniendo que incrementar sus precios u ofrecer menús limitados, y algunas escuelas están reduciendo las porciones de comida y recortando los alimentos frescos.

La Bidenflación también está aumentando la inseguridad alimenticia entre los estadounidenses de mayor edad, especialmente los jubilados. Casi la mitad de los estadounidenses de edad avanzada no pueden hacer frente a sus gastos esenciales, incluida la alimentación. El 37 por ciento de los estadounidenses de entre 50 y 80 años afirma que el aumento de los precios de los alimentos les ha afectado mucho, incluyendo el 46 por ciento de los de mayor edad que ganan menos de $30,000 dólares al año.

Los precios de los alimentos vienen devorando inapelablemente los presupuestos familiares, y las políticas radicales de Biden y los demócratas solo han empeorado las cosas. Estudios de la Tax Foundation, Penn Wharton, Moody’s y la Oficina Presupuestaria del Congreso han descubierto que la “Ley de Reducción de la Inflación” de los demócratas contribuirá a empeorar la inflación o no hará esencialmente nada para reducirla. Un reporte del Banco de la Reserva Federal de San Francisco reveló que el “estímulo” de $1.9 trillones de dólares de Biden y los demócratas alimentó la inflación. Incluso los economistas liberales están de acuerdo en que el gasto masivo de Biden aumentó la inflación, entre ellos la misma Janet Yellen, secretaria del Tesoro de Biden.

Jaime Florez is the Hispanic Communications Director - Republican National Committe. Public Relations, Public Affairs, Communications, and Marketing Executive with extensive experience in politics, international trade, publishing, and mass media // Jaime Florez es Director de Comunicaciones Hispanas - Comité Nacional Republicano. Ejecutivo de Relaciones Públicas, Asuntos Públicos, Comunicaciones y Marketing con amplia experiencia en política, comercio internacional, publicaciones y medios de comunicación.

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