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Junio 9-1944, Francia. En las afueras de la pequeña villa normanda de Amfreville, un grupo de paracaidistas americanos, de la 17 división, trata de cubrirse de un intenso fuego de ametralladora. Por más de cuatro horas los artilleros alemanes han tenido inmovilizados a los paracaidistas americanos que atesoran cada refugio que puedan encontrar de las balas alemanas.
En medio del fuego, el soldado Joe Gandara, decide levantarse de su refugio y disparando su ametralladora Thompson desde el costado, decide atraer a las ametralladoras alemanas hacia él, para darle una oportunidad a sus compañeros de poder avanzar sin ser víctimas del fuego de supresión.
Heroica o milagrosamente, Gandara, logró él solo tomar los tres nidos de ametralladoras que tenían paralizada a su compañía, en el valiente acto, Gandara recibió un disparo directo y a las pocas horas moriría por sus heridas.
Gandara, un hijo de dos inmigrantes mexicanos que en los años 20 migraron a California, solo recibiría el reconocimiento por su sacrificio 70 años después, cuando el presidente Barack Obama le entregó a su sobrina (pues Gandara murió muy joven para tener hijos), la Medalla de Honor póstuma, el más alto reconocimiento que un militar puede recibir por su servicio.
Como Gandara, millones de soldados hispanos han servido en las Fuerzas Armadas con honor y valentía. Sin embargo, muchos no llegan a recibir el reconocimiento por su sacrificio que muchos de sus colegas –con un apellido más anglosajón o alemán detrás– sí llegan a tener.
Los hispanos en las Fuerzas Armadas han servido con honor y lealtad desde la guerra civil
Aunque numerosos soldados de ascendencia hispana sirvieron en las Fuerzas Armadas desde la Guerra Civil americana, fue a partir de la Segunda Guerra Mundial que la palabra ‘hispano’ comenzó a ganar notoriedad dentro de la cúpula militar americana.
El Departamento de Guerra estima que entre 400,000 y 500,000 soldados hispanos sirvieron en las tropas americanas durante la Segunda Guerra Mundial, tanto en el frente europeo como en el Pacífico.
El General Douglas McArthur se refería al 158 regimiento de la Guardia Nacional de Arizona -una unidad compuesta principalmente por hispanos- como los “bushmasters”, haciendo alegoría a su habilidad para camuflarse en las densas junglas del Pacífico. El general llegaría a decir que la valiente unidad de hispanos eran “uno de los más grandes equipos de combate que han sido desplegados en batalla”.
Durante la Guerra de Corea, los hispanos se integraron de forma más activa en las Fuerzas Armadas. Un regimiento en particular, el 65 de infantería, también conocido como “the borinqueneers”, por su alta composición de soldados provenientes de Puerto Rico, destacó por su valentía en el combate.
En Corea los borinqueneers no solo sirvieron con honor, sino que lideraron la última carga de bayonetas vista en el Ejército de Estados Unidos, el 31 de enero de 1951 a las afueras de Seúl. Según los registros del Departamento de Defensa, los boriqueneers ese día dieron de baja a 5,905 soldados chinos y capturaron otros 2,086. Cerca de 150,000 hispanos sirvieron en la Guerra de Corea, de los cuales 61,000 eran puertorriqueños.
Durante la Guerra de Vietnam, hasta 80,000 hispanos sirvieron en las Fuerzas Armadas, participando en escenarios como la batalla por Hue City, hasta el asedio de Khe Sanh. Por su valentía durante el servicio en Vietnam más de 22 hispanos fueron premiados con la Medalla Honor, entre ellos el Sargento Roy P. Benavides, quien rescató a 8 camaradas del fuego norvietnamita al tiempo que recibió 37 heridas de bala, granadas y bayoneta.
17 años después de la Guerra de Vietnam los hispanos volvieron a participar en otra guerra en defensa de su nación, la Guerra del Golfo. Aproximadamente 22,000 hispanos sirvieron durante la Operación Tormenta del Desierto, representando hasta el 4.2 % de las tropas que sirvieron en dicho despliegue contra el régimen de Saddam Hussein.
Los hispanos en las Fuerzas Armadas han incrementado su participación, pero continuan siendo excluidos de los altos rangos
Durante la guerra contra el terror los hispanos no solo sirvieron con valor al Ejército de Estados Unidos en Irak e Afganistán, sino que durante los últimos 20 años han incrementado exponencialmente su participación dentro de las Fuerzas Armadas.
Para el 2019, los hispanos en servicio activo representaban el 21.39 % de los hombres en servicio, mientras que las mujeres latinas representaban el 17.9 % de las mujeres.
Aunque los latinos son la población que mas está aumentando su participación en el ejército, las Fuerzas Armadas carecen de oficiales de alto rango latinos.
Mientras que los generales del ejército son casi exclusivamente blancos, los hispanos que llegan a un rango similar apenas constituyen un 2.1 %. Entre todos los oficiales, los hispanos apenas constituyen el 7.6 % del cuerpo.
Aunque es cierto que los hispanos son la tercera demografía con mayor representación en el ejército, estos todavía están lejos de alcanzar posiciones de decisión dentro de las fuerzas en las que sirven. A pesar de ello, miles de jóvenes hispanos e hispanas continúan sirviendo a su país con honor, lealtad y sacrificio a lo largo del mundo.
Economist, writer and liberal. With a focus on finance, the war on drugs, history, and geopolitics // Economista, escritor y liberal. Con enfoque en finanzas, guerra contra las drogas, historia y geopolítica