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La increíble historia del beisbolista César Prieto, la estrella que escapó del régimen castrista para jugar en la MLB

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UN DESERTOR es alguien que huye de una obligación. Es una persona con pocos escrúpulos y convicciones que abandona una causa que defendía. Por ende, los cubanos —esos que huyen y escapan de la miseria y la represión del régimen castrista— no son desertores aunque las autoridades castristas insistan en hacernos creer eso.

Los cubanos que escapan del comunismo, como el joven y prometedor beisbolista César Prieto, son personas comunes que arriesgan sus vidas buscando algo que no existe en la isla que tanto aman: libertad.

La tragedia en Cuba es tal los cubanos se lanzan en balsas improvisadas al océano para intentar llegar a Estados Unidos. Miles de deportistas cubanos en su país no tienen la oportunidad de brillar y ser remunerados adecuadamente como en el resto del mundo. Por esto, los más talentosos eligen escapar de sus delegaciones cuando viajan al exterior aceptando ser tratados como traidores y desertores por el régimen castrista.

Ese es el caso de César Prieto, quien en mayo del 2021, antes de jugar la primera jornada del Preolímpico de las Américas realizado en Florida, huyó del régimen comunista para buscar un futuro en Estados Unidos.

Muchos medios cubrieron la huida de Prieto de la delegación cubana de béisbol. En ese momento, el oriundo del municipio Abreus ya era considerado el bateador estrella del equipo cubano y un propecto con un futuro brillante jugando a la pelota. La delegación oficial, siguiendo al pie de la letra la narrativa del régimen, cargó contra el joven deportista por huir. Pero, aunque huir de Cuba para brillar en las Grandes Ligas parezca una decisión sensata, no es fácil de tomar.

Prieto, por ejemplo, tuvo que olvidarse de representar a su país en una competencia que daba cupos para los Juegos Olímpicos. Pero la decisión estaba tomada: no importaban los riesgos, para el pelotero cubano la única opción era huir. Detrás de él había un plan que lo respaldaba.

Un riesgo que valió la pena correr

En Sports Illustrated se publicó una de las más famosas crónicas deportivas de este año, en la cual Greg Bishop relata cómo se gestó el escape de César Prieto de la delegación cubana.

En la historia, el protagonista no es el pelotero cubano, sino los extractores: Jo Hastings y Billy Henderson.

Hastings, de 63 años, es una mujer cubanoamericana que llegó a Estados Unidos con apenas cuatro años. Trabajó de azafata por décadas, abrió un restaurante, se casó con su esposo David e ideó una forma de ayudar a los deportistas cubanos a huir de la isla para llegar a Estados Unidos.
Billy Henderson, de 39 años, es un exagente de policía que sirvió con los Marines como médico de combate. Conoció a Jo a los 14 años de edad cuando necesitaba ayudar a su mamá monetariamente. Los Hastings le abrieron las puertas dándole trabajos esporádicos, invitándolo en las cenas importantes de Acción de Gracias o Navidad y, en definitiva, arropándolo como uno más de la familia.
¿Cómo estas dos personas —un exagente de la policía y una dueña de restaurante— pasaron a ser “extractores” de deportistas cubanos? Gracias a la idea de Jo.
Como cubana, conocía de primera mano las penurias que muchos compatriotas para huir de Cuba; como acudir a los siempre desconfiables coyotes o contratar peligrosas lanchas rápidas que podían no llegar a destino. Debía haber una forma de hacer mejor las cosas, pensaba Jo.
Y la encontró.
Pero para ello necesitaba la experticia de Billy, un hombre capaz de llevar adelante misiones de escape sin tener problema en correr riesgos físicos al momento de extraer deportistas.
Fue en 2015 cuando Jo le planteó a Billy la idea de ayudar a deportistas cubanos a huir. Al principio, él no quería aceptar el trabajo, pero a medida que fueron investigando, generando contactos, y se fue hablando de las potenciales ganancias por representar a jugadores que podían llegar a la MLB, las dudas se fueron disipando.

El escape de César Prieto

Organizar un escape no es sencillo. En 2019, César y Jo se reunieron por primera vez por FaceTime. Allí, el joven beisbolista le explicó a su extractora que él quería jugar al béisbol al más alto nivel y haría todo lo que ella dijera para conseguirlo.

A partir de allí, iniciaron las preparaciones para un escape que se pospuso constantemente entre la pandemia, la cancelación de actividades deportivas en el exterior, un viaje fallido a México y las pocas ventanas que encontraron Jo y Billy para poder extraer a César Prieto.

Finalmente, en 2021, llegó la hora, con la delegación cubana viajando a Miami. El avión de Baby J, el nombre clave de Prieto en la misión, estaba por aterrizar, y Jo y Billy tenían el cronograma del vuelo, los detalles del aeropuerto y las entradas y salidas del hotel para llevar a cabo el escape.

La increíble historia del beisbolista César Prieto, la estrella cubana que escapó del régimen castrista para jugar en la MLB

César Prieto representando a Cuba, en un torneo disputado en Honduras. (EFE)

Al aterrizar, los extractores debían identificar el autobús donde iría la delegación cubana a su hotel en West Palm Beach para seguirlo de cerca con un SUV oscuro hasta esperar el momento justo para activar el escape.

En la autopista, en medio del seguimiento al bus verde donde va la delegación cubana y Baby J, Jo detecta que hay otra camioneta siguiendo a los cubanos aunque no sabía con qué intenciones exactamente. Asumió que eran agentes que cuidaban el bus.

Billy y Jo, ante la inesperada compañía de otra camioneta similar a ellos, evalúan sus opciones. No querían estropear el escape. Primero, el expolicía le dice que la extracción debe hacerse en el momento, cuanto antes, porque no iba a haber otra ventana. Luego recuerda a una amiga de Jo, que vive cerca del hotel, y le piden ayuda para bloquear al bus verde en una calle de un solo sentido que daba entre el estacionamiento y el vestíbulo.

Así, el SUV oscuro de Billy y Jo pudo acercarse lo suficiente despistando a los agentes que no pudieron ver la camioneta mal aparcada que se puso en sentido contrario a la salida, muy cerca del bus de la delegación cubana.

Allí inició el momento de la verdad. Billy se baja del SUV, le pide a Jo que tome el volante, el expolicía hace contacto visual con Prieto; quien aunque no lo conoce físicamente, identifica a su extractor, él se despide de un amigo de la delegación a quien le da sus últimos 100 pesos, y sale disparado hacia su nueva vida.

Billy y Prieto llegan a la camioneta, Jo, quien tuvo problemas para arrancar rápido, finalmente logra acelerar y salir del hotel dirigiéndose a un centro comercial cercano. Toda la secuencia, desde la llegada al aeropuerto hasta la huida final, fue grabada con una GoPro. Las imágenes fueron compartidas en exclusiva por Sports Illustrated, que no solamente publicó el artículo de Greg Bishop, sino también un documental titulado The Extractor. El escape estaba consumado y el pelotero cubano se preparaba para su nueva vida.

Bishop —quien ya había escrito sobre Jo y Billy en 2019, cuando ayudaron a la cubana Robeisy Ramírez, doble medallista de oro olímpica, a escapar en México— le dijo a El American que esta era una de las mejores historias que ha escrito.

“Yo diría que está ahí arriba, absolutamente. Creo que debería ser una película. La describiría como quizás la historia más increíble que he contado. Y la clasificaría allí arriba con la cobertura del accidente de autobús de Humboldt, la fuerza de la familia Hilinski, las tradiciones de la tribu Acoma, la primera historia de los helados de aguacate de Tom Brady (¡es broma!) y algunas otras”, dijo Bishop. “Sin duda, es un artículo que no olvidaré “.

César Prieto, Orioles de Baltimore

César Prieto al bate. (EFE)

Bishop dijo que, cuando conoció a César Prieto, durante las grabaciones para el documental, le quedó la sensación de que el beisbolista cubano definitivamente nació para alcanzar sus sueños.

“Era tranquilo, pero respetuoso”, dijo el periodista. “Hizo preguntas, a pesar de la barrera del idioma (y, para ser justos, su inglés era mucho mejor que mi español). Parecía motivado. Habló de sus pasiones. Nos puso al teléfono con su padre. Me fui pensando: este chico tendrá éxito, ya sea en el béisbol o en lo que decida hacer”.

Luego de su escape, Prieto no paró de entrenar y estrechó vínculos con Billy, quien lo ayudó con su entrenamiento para ganar masa muscular. En cuestión de poco tiempo, varios equipos de la MLB se interesaron en el prospecto cubano. Firmó con los Orioles de Baltimore.

“Debido a que César llegó a los Estados Unidos hacia el final del ciclo de firmas, la mayoría de los equipos de MLB ya habían agotado sus fondos. César firmó con Baltimore por solo un bono de $ 650,000”, se lee en la crónica de Bishop. “Los Orioles le hicieron la oferta más alta y, sin infielders centrales estelares firmados con grandes contratos en el equipo, ofrecian el camino más claro hacia las mayores. Si Billy y Jo hubieran usado un método más arriesgado para llevar a César a los Estados Unidos antes, esa cifra, y su parte, casi seguramente habría sido mayor”.

David, el marido de Jo, es normalmente el que se encarga de la contabilidad de la empresa y también de representar a los beisbolistas cubanos que ayudan a escapar. Pero no es un negocio fácil. Detrás de toda esa acción en las misiones, hay un montón de papeleo migratorio y legal; además de mucha inversión para mantener a sus deportistas y financiar los escapes.

También hay dudas. Billy, el superhéroe que protagoniza las secuencias de acción en esta saga, se jacta de ayudar a cumplir el sueño americano de unos jóvenes deportistas de otro país, pero le abordan las dudas cuando siente que no ha tenido la suficiente recompensa económica para lograr ese sueño por sí mismo.

Tanto él como Jo siguen esperando esas grandes ganancias que pueden llegar gracias a algún gran prospecto a que triunfe en las mayores, en forma de comisiones como agentes. No todo beisbolista que ayudan triunfará. Algunos no siguen, ni siquiera, con el béisbol pues se ven desbordados por su nuevas vidas llenas de libertad.

Quizás ese gran beisbolista que resuelva sus dudas sea César Prieto, cuya carrera marcha, de momento, muy bien. El joven pelotero ya es, de hecho, uno de los diez prospectos más prometedores de los Orioles; consiguiendo una mejoría notable en sus habilidades de fildeo, promediando .298 de bateo en Doble A y poniéndose cerca de alcanzar sus primeros 100 imparables como profesional. ¿Será César Prieto una estrella de la MLB? Sólo el tiempo responderá esa incógnita.

Emmanuel Alejandro Rondón is a journalist at El American specializing in the areas of American politics and media analysis // Emmanuel Alejandro Rondón es periodista de El American especializado en las áreas de política americana y análisis de medios de comunicación.

Contacto: [email protected]

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