fbpx
Saltar al contenido

6 horas en el infierno: la increíble historia del Sargento Roy P. Benavidez en Vietnam

Roy P. Benavidez

Read in English

[Read in English]

Los hispanos han servido con honor y lealtad en las fuerzas armadas de Estados Unidos, son millones de historias las que dan cuenta la valentía y sacrificio de miles de hombre y mujeres que han servido en el ejército, pero entre todos los valientes hispanos, destaca uno en especial por su valentía y sacrificio, el sargento mayor Roy. P Benavidez.

Benavidez, hijo de dos mexicanos que migraron a Texas, era un hombre duro desde sus orígenes. A los 5 años su padre y su madre murieron de tuberculosis y Roy tuvo que quedar al cuidado de sus hermanos, junto con sus abuelos a muy temprana edad. A los 15 años le tocó retirarse de la escuela y comenzó a limpiar botas para ganarse la vida, trabajo que desempeñaría hasta 1952, cuando se alistó en la Guardia Nacional de Texas, para después ser enviado a Corea.

La vida militar le sentó bien a Benavidez y continuó en servicio después de la guerra, en el ejército se integraría a la 82 división aerotransportada, donde llamaría la atención de sus superiores, quienes lo invitaron luego a tomar entrenamiento como comando y se integraría al quinto grupo de fuerzas especiales, bajo el Grupo de Estudio y Observación (SOG) de las fuerzas armadas.

En 1965, Benavidez, junto con otros miembros del SOG fue desplegado en Vietnam para entrenar al ejército de Vietnam del Sur. En su primer tour Benavidez pisó una mina plantada por el Vietcong y quedo gravemente herido.

Benavidez llegó a Vietnam en 1965 para entrenar al ejército sur vietnamita. (EFE)

Los doctores creían que Benavidez no volvería a caminar, sin embargo, las personas que compartieron su instancia en las salas del hospital militar con el sargento cuentan que Benavidez se escapaba por las noches de su cama y gateaba con sus codos hasta el muro del pasillo, donde pasaba las noches enteras intentando volverse a parar. En 1966 Benavidez caminó por fuera del hospital de la mano de su esposa, Hilaria Coy Benavidez.

Para 1968, Benavidez estaba listo para volver a servir junto con el SOG en Vietnam y así lo hizo, arribando justo para enfrentar la ofensiva del Tet, donde miles de soldados americanos caerían en combate junto con sus aliados survietnamitas, australianos y surcoreanos.

El dos de mayo, cerca de la frontera con Camboya, en las densas junglas de la provincia de Nihn Binh, un grupo de reconocimiento de 12 hombres de las fuerzas especiales y 9 vietnamitas de Grupo Civil de Defensa Irregular (CIDG), fueron emboscados por un batallón entero del Ejército de Vietnam del Norte. Superados más de 100 a 1, el sargento de primera clase Leroy Wright no tuvo más remedio que pedir a gritos una evacuación antes de que fueran superados por el fuego enemigo.

Tres helicópteros fueron despachados para rescatar a los comandos, y tres helicópteros fueron devueltos por el intenso fuego enemigo. En la base Benavidez asistió a uno de los artilleros de los helicópteros baleados, quien estaba tan herido que murió en sus brazos.

Tal fue la frustración de Benavidez de ver a este joven morir en sus brazos y escuchar a sus amigos pedir desesperados ayuda por la radio, que entró en un estado de “piloto automático” -como el lo describiría luego– y se subió en un helicóptero que estaba a punto de despegar para evacuar a la tropa. Tan impulsivo fue el acto de Benavidez que olvidó llevar incluso su fusil, el sargento solo contaba con un cuchillo bowie para enfrentar a los norvietnamitas.

La guerra de Vietnam acabó con las formas convencionales de hacer la guerra. (EFE)

Al llegar a la zona de extracción, el fuego enemigo era tan intenso que el piloto del helicóptero tuvo que realizar maniobras fuertes para esquivar las balas, por lo que no podía proveer fuego de cobertura.

Benavidez saltó del helicóptero con un equipo de primeros auxilios y corrió hasta donde sus compañeros, que yacían heridos de bala por el intenso fuego. El sargento no perdió tiempo y colocó vendas e inyectó morfina a los heridos, además arrastró a los que no podían moverse y los ubicó en posiciones donde podían cubrirse del fuego enemigo, para entonces Benavidez había sido herido en las dos piernas pero la adrenalina ocultó el dolor.

Tras socorrer a los heridos, Benavidez tiro una granada de humo para que los helicópteros descendieran y evacuaran a los heridos. Los norvietnamitas al detectar el humo comenzaron a hostigar la zona, por lo que Benavidez tomó una ak-47 de un enemigo caído y comenzó a responder el fuego.

Al ver que no había rastros del sargento Wright, Benavidez se adentró en la selva para rescatar a su amigo, solo para encontrarlo muerto. Benavidez intentó llevar el cadáver de su amigo a la zona de evacuación pero fue aturdido por la explosión de un granada, para luego recibir una bala en su costado derecho.

Cuando recuperó la consciencia, se vio forzado a dejar el cuerpo de su amigo, para volver a la zona de evacuación, solo para encontrar que uno de de los helicópteros de evacuación había sido derribado. El piloto había muerto, pero 5 hombres lograron sobrevivir.

Benavidez volvió a arrastrar a los heridos, armó un perímetro de fuego, rescató el radio del helicóptero y pidió apoyo. La fuerza aérea desplego varios aviones para rociar napalm sobre los vietnamitas, pero no lograron hacer retirar al enemigo.

Una vez los aviones volvieron a la base para cargar combustible los norvietnamitas retomaron su ofensiva, y comenzaron a rodear a los comandos. En ese momento un helicóptero con un equipo de rescate arribó y Roy Benavidez ayudó a subir a los heridos al helicóptero.

La ofensiva del Tet fue el ataque más intenso que recibieron las fuerzas americanas y sus aliados por parte de las tropas norvietnamitas y el Vietcong. (EFE)

Los norvietnamitas comenzaron a romper las posiciones de los americanos, y Benavidez tuvo que volver a proporcionar fuego de cobertura. Un vietnamita que logró cruzar las líneas enemigas, hirió a Benavidez con su bayoneta, pero el aguerrido sargento logró recomponerse y se abalanzó sobre su enemigo e incrustó una y otra vez su cuchillo bowie hasta que murió.

Benavidez después mató a otros dos soldados norvietnamitas y arrastró al último colega hasta los helicópteros de evacuación. Una vez rescatados sus colegas, el sargento perdió la consciencia, había recibido 37 heridas de bala, granadas y bayoneta, cuando llegaron a la base fue dado por muerto.

El presidente Ronald Reagan condecoró a Benavidez

Cuando el doctor estaba cerrando la bolsa mortuoria en la que habían puesto el cuerpo de Benavidez, el sargento en un último esfuerzo escupió al médico, a lo que el doctor afirmó “creo que este sobrevivirá”.

Benavidez había luchado durante 6 horas para salvar a sus camaradas y sobrevivido.

El sargento herido y convaleciente en un hospital de Tokio, había rescatado a 8 personas de una muerte segura. Pasó un año entero recuperándose. Su oficial a cargo nombró a Benavidez para que se le otorgara la Cruz de Servicio Distinguido, pues el proceso para recibir una medalla de honor era bastante largo, y no estaba seguro si Roy viviría el suficiente tiempo para poder llegar a recibirla.

A pesar de sus graves heridas, Benavidez sobrevivió y el 24 de enero de 1981 fue condecorado con la Medalla de Honor por el presidente Ronald Reagan.

Reagan dijo” si la historia de su heroísmo hubiera sido un guion de película nadie lo habría creído”.

El Sargento Mayor, Roy P Benavidez, murió el 29 de noviembre de 1998 tranquilamente a la edad de 68 años.

Economist, writer and liberal. With a focus on finance, the war on drugs, history, and geopolitics // Economista, escritor y liberal. Con enfoque en finanzas, guerra contra las drogas, historia y geopolítica

Deja una respuesta

Total
0
Share