Read in English
House of the Dragon y The Rings of Power han sido las apuestas de HBO y Amazon Prime Video respectivamente para librar su particular guerra por conquistar los servicios de streaming. Una vez finalizada la primera temporada de ambas series, parece claro que la ganadora indiscutible es House of the Dragon.
Aunque a priori The Rings of Power tenía todos los ingredientes para erigirse como vencedora, House of the Dragon ha terminado ganándose tanto a la crítica como al público.
The Rings of Power contaba con el mayor presupuesto de la historia para una serie de televisión y, sobre todo, tenía a su disposición el nombre de Tolkien y su obra, una de las más populares y veneradas de todos los tiempos.
Por su parte, el éxito arrollador de Game of Thrones era un activo para House of the Dragon, pero a la vez suponía un lastre debido al desencanto que provocaron sus últimas temporadas.
Con House of the Dragon, HBO supo aprender de los errores de Game of Thrones y ha demostrado su solvencia y experiencia haciendo series, dejando en evidencia la inexperiencia de Amazon al dejar en manos de advenedizos a The Rings of Power.
Las claves del éxito de House of the Dragon
Game of Thrones falló en sus últimas temporadas cuando se quedó sin el material original de los libros de G.R.R. Martin. Como resultado nos encontramos con una dramática caída en la calidad de los diálogos, con tramas importantes que nunca se cerraron o que quedaron cerradas en falso, así como con unos cambios de ritmo desconcertantes, fruto de la precipitación por finalizar la serie.
Que HBO continuara su franquicia estrella con una precuela basada en unos libros ya terminados se ha revelado como la mejor decisión que pudieron tomar. Contar con un material literario completo y terminado ha permitido a sus creadores planificar correctamente la serie y ajustar el ritmo de la narración de manera que han conseguido una primera temporada sin altibajos, coherente y en la que ningún capítulo se siente como si fuera de relleno.
A pesar de la millonada gastada en comprar los derechos de Tolkien, Amazon cometió el error de adquirir solo una parte de la obra y confiar en que podrían emularlo inventándose la historia a partir de lo que tenían. Al carecer de un material original sólido, The Rings of Power es una serie completamente desnortada, diletante, que no sabe a dónde va y que parece hecha por amateurs que están improvisando. Justo lo que les pasó factura a las últimas temporadas de Game of Thrones.
House of the Dragon mantiene el foco en lo importante y lo hace con determinación, justo lo contrario que The Rings of Power.
Aunque la primera temporada de House of the Dragon cubre varias décadas de historia, con elipsis que incluso obligaron a tener que recurrir a actores diferentes para interpretar a algunos personajes —con lo arriesgado que es cambiar de forma tan drástica las caras que empezaban a resultar familiares—, House of the Dragon no se resiente en ningún momento de estos saltos temporales, al contrario, gana muchísimo por contar exclusivamente lo relevante para la historia.
Además, el casting de House of the Dragon es excelente. Combina perfectamente actores veteranos y más o menos reconocibles, como Matt Smith o Rhys Ifans, con caras nuevas que empiezan a despuntar como Olivia Cooke, Milly Alcock o Emma D’Arcy.
Mención aparte merece Paddy Considine, quien encarna al rey Viserys I Targaryen. El desarrollo de su personaje desde un joven e idealista gobernante hacia un rey viejo, enfermo, debilitado y entristecido, pero honorable es digno de reconocimiento, y es un firme candidato para ganar todo tipo de premios por su actuación.
La entrega y compromiso de este actor con su personaje no hay forma de encontrarla en The Rings of Power. A pesar de que en todas las entrevistas el equipo de la serie de Amazon habla de lo afortunado que han sido por participar en un proyecto tan diverso e inclusivo, lo cierto es que su entusiasmo no se ha visto traducido en actuaciones memorables. De hecho, algunas son para olvidar.
Amazon se ha empeñado en hacernos creer que sienten devoción por la obra de Tolkien, mientras que lo único que han hecho en realidad es cargarse deliberadamente su legado, hasta el punto de llevarlo a la humillación. The Rings of Power ha conseguido espantar a los fans más acérrimos de Tolkien y ha sido incapaz de sumar espectadores entre el público woke al que pretendía apelar.
Sin embargo, House of the Dragon ha sido más prudente, y con una promoción humilde y casi silenciosa, ha conseguido ir sumando espectadores semana tras semana, recuperando a los que quedaron desencantados con el final de Game of Thrones, y sumando nuevos espectadores gracias a la recomendación por boca a boca.
Una vez finalizadas las primeras temporadas de cada serie, House of the Dragon ha llegado a superar en algunos países los récords de la exitosa Game of Thrones, mientras que las cifras de The Rings of Power son puestas en entredicho por muchos analistas.
El fuego de los dragones del Poniente de HBO ha calcinado por completo al sucedáneo de Tierra Media que nos ha presentado Amazon.
Ignacio Manuel García Medina, Business Management teacher. Artist and lecturer specialized in Popular Culture for various platforms. Presenter of the program "Pop Libertario" for the Juan de Mariana Institute. Lives in the Canary Islands, Spain // Ignacio M. García Medina es profesor de Gestión de Empresas. Es miembro del Instituto Juan de Mariana y conferenciante especializado en Cultura Popular e ideas de la Libertad.
Social Networks: @ignaciomgm