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La revista SELF protagoniza La Idiotez de la Semana de El American con su último número dedicado al “Futuro del Fitness”, en el que denuncian la gordofobia y el supremacismo blanco en los gimnasios.
La izquierda tiene que inventarse continuamente nuevas formas de opresión con las que hacer creer a sus seguidores que necesitan votar por ellos para solucionar sus problemas. Problemas a los que, por cierto, podrías ponerle remedio por ti mismo sin necesidad de ningún tipo de política pública. Pero al parecer es más sencillo creerse que alguien te los solucionará.
La última de estas supuestas opresiones engordadas por la ideología woke es la “gordofobia”. A diferencia de anteriores opresiones —para las que siempre reclamaban como solución más dinero público y cuotas de acción afirmativa— el movimiento contra la “gordofobia” tiene la peculiaridad de no reclamar gimnasios gratis, sino exigir que cambie el canon de belleza, así como las costumbres y definiciones en el mundo del fitness.
Casi por definición, ponerse en forma significa no estar gordo, y no significa ponerse en forma esférica. Pero al parecer estábamos equivocados todo este tiempo.
Esta confusión, según el progresismo, es fruto de la misma excusa de siempre para todos los males del mundo. En esta ocasión, también, según algunos de los expertos que han escrito para SELF, todo es culpa del privilegio blanco. ¡Cómo no!
Para ellos, toda la industria de los gimnasios y el movimiento fitness es antigordos y antigrasa. Digo yo que esa es la idea, ¿no? Suponer que un gimnasio es un lugar poco acogedor y que mira mal a los gordos es lo mismo que suponer que un hospital es poco acogedor para enfermos y que te van a mirar por encima del hombro por no estar sano.
Revista SELF alimenta el relato woke
Una vez más, la izquierda demuestra que no tiene ningún límite a la hora de alimentar la paranoia y el victimismo con tal de tener el poder, y parece que han visto en los obesos un filón inagotable de votantes.
El wokeismo vuelve a explotar la idea de que se puede eliminar de la realidad y de nuestros pensamientos todo hecho o concepto que nos haga sentir mal, o que te recuerde que no eres perfecto y que puedes y debes intentar mejorar. El punto es hacer creer que no solo ellos lo harán posible, sino que además te lo mereces por el mero hecho de existir.
Eso sí, no pidas coherencia a esta ideología, ya que lo mismo te dicen que la obesidad mórbida es buena y no debes hacer nada para solucionarla, sino simplemente aceptarte tal como eres, y que si el médico te aconseja que vayas al gimnasio y cambies la dieta es porque es un privilegiado supremacista blanco en contubernio con la turbocapitalista y ultraderechista industria del fitness, mientras que al mismo tiempo te aseguran que si crees que has nacido con el género equivocado, debes someterte a carísimas e irreversibles cirugías de mutilación genital y tomar peligrosas drogas hormonales de por vida.
Siendo malpensados, todo este empuje por parte de la izquierda de la narrativa contra la “gordofobia” no hace más que sumarse a sus otros relatos misántropos y en contra de la vida. Al fin y al cabo, ¿qué tienen en común un obeso mórbido, un transgénero y un bebé abortado? Pues una esperanza de vida muy corta y a un activista de izquierdas susurrando a su oído que eso es lo correcto.
Ignacio Manuel García Medina, Business Management teacher. Artist and lecturer specialized in Popular Culture for various platforms. Presenter of the program "Pop Libertario" for the Juan de Mariana Institute. Lives in the Canary Islands, Spain // Ignacio M. García Medina es profesor de Gestión de Empresas. Es miembro del Instituto Juan de Mariana y conferenciante especializado en Cultura Popular e ideas de la Libertad.
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