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La migración ilegal como arma política de los demócratas

inmigrantes, Estados Unidos, El American

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La frontera sur de Estados Unidos se encuentra desbordada por las políticas migratorias demócratas, cientos de miles de personas se han movilizado en buses, camiones, y otros mecanismos provistos por los coyotes mexicanos para transportar migrantes a territorio americano.

El procedimiento efectuado en los últimos meses no ha sido el que suele verse en las películas de Hollywood, mucha gente no está cruzando las líneas fronterizas de forma ilegal para asentarse en el país sin documentación, lo que están haciendo es entregarse a las autoridades y pedir asilo político, y ante la falta de recursos, espacio en los retenes, jueces, y agentes fronterizos para controlar la masa migrante, las personas están siendo liberadas en territorio americano en cuestión de días.

En los últimos días conversé con dos personas que cruzaron por la frontera sur y se entregaron a las autoridades, venían procedentes de Venezuela, viajaron a Ciudad de México y de allí efectuaron viajes en carretera al norte del país, más precisamente hacia el estado de Sonora que limita con Arizona; el primero de ellos estuvo cinco días detenido, posteriormente fue soltado e inició su viaje hacia la ciudad de Louisville en Kentucky, ciudad donde vive uno de sus familiares.

Tres semanas después el mismo viaje fue emprendido por su pareja, siguió el mismo protocolo hasta llegar a la ciudad de México y movilizarse hasta la frontera, en su caso, solo estuvo detenido por un día y luego fue soltado para ir a encontrarse con su novio; presuntamente el segundo tardó menos tiempo detenido que el primero por dos razones: la primera es que es obeso y ante la falta de condiciones sanitarias las autoridades están evitando mantener detenidos a este grupo de personas para evitar complicaciones médicas por el coronavirus, y otro de los condicionantes es su homosexualidad; actualmente las personas pertenecientes a la comunidad LGTB estarían recibiendo un trato preferencial de las autoridades migratorias del país.

El primero de los entrevistados, que decidió conversar bajo anónimato para no entorpecer su caso judicial dijo a El American: “no recibí mal trato de parte de las autoridades estadounidenses, fueron en todo momento muy respetuosos y recibí las tres comidas, pero las condiciones sí eran difíciles, las personas estaban hacinadas en las instalaciones”.

El discurso desde que la Administración demócrata tomó el poder ha sido bastante proclive a fomentar la migración ilegal al país, esto ha generado que un número gigante de personas se hayan movilizado en las últimas semanas hacia las fronteras americanas buscando ser admitidos por el sistema migratorio. Aquí se presentan diversas aristas que pueden leerse sobre esta nueva política del partido azul, que más allá de permitir a un grupo de personas conseguir “el sueño americano”, tiene que ver con los cálculos políticos y demográficos que hace la izquierda americana de cara a futuras elecciones federales.

Si bien en las últimas elecciones el apoyo de la comunidad latino hacia el Partido Republicano, y más precisamente, hacia el expresidente Donald Trump creció porcentualmente, la mayoría de hispanos apoya fervientemente al Partido Demócrata, en las últimas elecciones presidenciales a pesar del crecimiento de Trump, solo el 32 % se inclinó por el GOP, lo que quiere decir que casi un 70 % de esta población sigue votando azul.

La ecuación para los demócratas es bastante sencilla, a pesar de que la mayoría de cubanos y venezolanos asentados en Florida se ha puesto del lado republicano por sus políticas antisocialistas dentro y fuera de Estados Unidos, los mexicanos, una comunidad que representa el 59 % de voto latino en el país es mayoritariamente demócrata. Según datos recogidos por Pew Research en 2016, el voto latino se compone de la siguiente manera: 59 % mexicanos, 14 % puertorriqueños, 5 % cubanos, y el 22 % de otros orígenes hispanos, entre estos, la comunidad venezolana es una de las menores con derecho a voto.

Recientemente los demócratas han propuesto elaborar un camino directo a la ciudadanía para migrantes ilegales, este procedimiento podría tomarse unos ocho años y brindar derecho a voto aproximadamente entre 11 a 20 millones de personas; de seguir la tendencia actual el Partido Demócrata podría capitalizar por lo menos a 7 de 3 nuevos votantes, lo cuál sería suficiente para voltear de forma definitiva las elecciones en estados como Florida y Texas: esto sería el golpe definitivo para acabar con las esperanzas de que un candidato republicano vuelva a instalarse en la Casa Blanca.

Biden - política migratoria
Campamentos migrantes (archivo)
La vieja política de nacionalizar votantes

En el año 2004 en Venezuela, el entonces presidente socialista, Hugo Chávez, tomó la iniciativa de abrir un proceso para nacionalizar a los residentes ilegales en el país, en aquel entonces se estimó que entre 2 y 4 millones de colombianos podían beneficiarse de las políticas del chavismo; finalmente cientos de miles de colombianos se nacionalizaron. Aunque nunca se supo la cifra exacta, el chavismo fortaleció su masa electoral en momentos donde las encuestas le daban menos del 50 % de aprobación y el entonces presidente estaba por enfrentar un referéndum revocatorio; el resto de la historia todos la conocen, hoy el Partido Socialista Unido de Venezuela continúa en el poder habiéndose transformado en una tiranía presidida por Nicolás Maduro, el sucesor escogido por Chávez antes de morir.

En la actualidad, lejos de analizar lo oportuno o inoportuno de las políticas migratorias que hoy promueven los demócratas, no se puede dejar de lado el incentivo político que hay detrás de ellas, la ecuación de 7 a 3 resulta bastante prometedora, y si se suma que muchos de los migrantes entenderán su estatus migratorios como un favor del partido azul, pues notablemente se trata de un negocio redondo.

Ante esto el Partido Republicano también deberá reaccionar y pronunciarse, siendo Estados Unidos un país de inmigrantes los extremistas antimigración le harán un favor al partido si guardan silencio; en resumidas cuentas, no se trata de oponerse a la migración en el país de las oportunidades, se trata de pedir procedimientos y legislaciones sensatas para que el ingreso se dé por las vías regulares, y la frontera sur del país no se convierta en el nuevo negocio multimillonario de los coyotes mexicanos lucrándose con el tráfico de personas.

La crisis en la frontera sur, con cientos de miles de personas ingresando a diario, sin poder si quiera chequear de forma exhaustiva los antecedentes de cada uno de ellos, y sin contar con un mínimo de medidas sanitarias, no solo afecta la seguridad nacional y aumentará los índices de criminalidad en ambas partes de la frontera, sino que también se convertirá en un arma política para presionar cada vez más por un Estado benefactor en América.

A tan solo semanas de haber asumido la Administración Biden el desastre en la frontera sur no es casual, y es precisamente ese elemento algo a tomar en cuenta por el partido rojo: nada de lo que está pasando ha sido producto de un error o una mala administración, todo ha sido fríamente calculado, y si el GOP no se articula para hacer frente a esta nueva crisis con políticas sensatas, puede irse despidiendo de la presidencia en las próximas décadas.

Emmanuel Rincón is a lawyer, writer, novelist and essayist. He has won several international literary awards. He is Editor-at-large at El American // Emmanuel Rincón es abogado, escritor, novelista y ensayista. Ganador de diversos premios literarios internacionales. Es editor-at-large en El American

1 comentario en «La migración ilegal como arma política de los demócratas»

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