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La insólita sensación de que todo hombre es asesino en potencia

Hombre, asesino, historia

El relato lo crean, lo forman y los distribuyen los medios; quiénes compran y consumen ese relato son las masas. Hoy las personas están más vulnerables a la avalancha informativa, por lo que formar un «pensamiento» se hace mucho simple. Pero la realidad demuestra que no se forman pensamientos, sino percepciones y sensaciones; ¿saben cuál es una de las más insólitas? La sensación de que todo hombre es asesino, violador o secuestrador en potencia.

El resumen de la historia

Ocurrió en Argentina, un país sudamericano donde las locuras parecen cotidianas. Una chica, que ahora goza de buena fama mediática, tomó un taxi en la ciudad de Rosario. El chófer tenía hambre, por lo que decidió organizar con su hijo qué iban a comer al llegar a casa, luego de la carrera.

Esta situación, según la historia de la chica rosarina, la alarmó, pues el taxista hizo una «descripción de comida demasiado justa», ella entendió que el señor estaba hablando en clave con su interlocutor y que todo era parte de un modus operandi para llevar adelante su secuestro.

Habiendo imaginado toda esta situación, la chica esperó algún semáforo en rojo, notoriamente alterada le pagó al taxista la carrera y no esperó el cambio; el chófer, sorprendido, le preguntó si había pasado algo, la chica insistió en que cobre rápido para, posteriormente, salir del vehículo corriendo previo cierre de la puerta.

El señor, después de esta rápida y desconcertante escena, simplemente se quedó varios segundos detenidos para avisarle a su hijo lo que había pasado y que ahora sí se dirigía a cenar con él.

El hombre, siempre culpable hasta que se demuestre lo contrario

La chica, al llegar a su casa, hizo un descargo en Instagram y publicó una serie de stories contando su terrorífica experiencia de cómo sobrevivió a un posible «secuestro».

«Le dije (al taxista) dobla acá (…) y empieza a hablar con un tipo y el tipo le empieza a decir, en un audio: “Hola, ¿cómo estás? Quiero una pizza con esto, con lo otro. Sino tienes pizza, quiero un carrito con esto, con lo otro. Si no tienes carrito, quiero una medialuna con jamón y queso, que el queso sea así”. Y yo dije “la puta que me parió”, lo único que me acordaba era del caso de Pizzagate», explicó la chica.

Después de esa primera serie de historias en Instagram, ella continúa explicando que estaba «flasheando», es decir, que se estaba inventando una película. Pero luego, según su relato, ella estaba hablando con su amiga, a quién le detalló la figura de su «secuestrador», “era gordo, un pelado, tenía una camisa de cuadritos”; luego llegaría el momento cumbre, el choripán, una comida típica de Argentina que consiste, básicamente, en meter un chorizo dentro de un pan.

Según la chica, el taxista dijo «tengo un choripán con mayonesa, quemado arriba y toda una descripción de comida demasiado, demasiado justa, estaba entre Pellegrini y entre Ríos (calles), sino me bajo ahora, no la cuento más», sentenció.

«Porque sos mujer, literalmente porque sos mujer, sos carne de cañón para lo que sea. Capitalismo, empresista, racista, fascista, machista, patriarcal, que lo arrasa con todo y no le importa la vida y que cree que una mujer y una vaca es lo mismo», mencionó la joven entre llanto en otra parte de la descarga.

El taxista la pasó mal, casi pierde su trabajo y se vio involucrado en una historia dramática que no merecía. La chica fue a denunciar la situación en el centro Territorial de Denuncias. El señor ya avisó que hará un descarto en el Ministerio Público de la Acusación en la Argentina.

Audios del hombre acusado por “posible secuestro”.

En fin, un caso desagradable donde se demuestra que ahora el hombre es culpable, no inocente, hasta que se demuestre lo contrario.

Moraleja: no culpen a la chica, culpen a los medios y al sistema educativo

Es una época kafkiana. Un hombre que estaba trabajando de madrugada, en un país donde la crisis económica es infernal, que tan solo quería comer una pizza con su hijo, terminó escrachado y casi desempleado por una acusación de “posible secuestro”.

El debate en redes no tardó. Miles defendieron a la chica alegando que ser mujer es un horror y que la sensación de miedo es insoportable. Otros miles acusaron a la chica de ser esquizofrénica, otros tantos de exagerada, y muchos otros de calumniadora. Por supuesto, al taxista también le llegaron sus muestras de solidaridad.

Por más que me vea tentado en la indignación de culpar a la chica por su insólito relato, donde no tuvo el más mínimo respeto por la dignidad humana, debo decir que sería muy simplón de mi parte no ver lo que está pasando.

En Argentina, un país que está infestado de socialismo y progresismo, el miedo que se le ha implantado a las mujeres desde los medios de comunicación y la esfera política es infernal.

Para múltiples medios, políticos o formadores de opinión argentinos, los asesinatos de mujeres, las violaciones, las redes de tratas de blanca, la violencia doméstica; todos ellos son gracias a una sociedad «capitalista, machista, racista, facha» donde existe un opresor, el hombre, y una víctima, la mujer.

Este relato vendido y promovido no inicia con la prensa, pero sí se difunde masivamente allí, llegando a las redes sociales y a las masas más vulnerables. ¿Pero de dónde salen todos estos comunicadores o formadores de opinión que venden el relato de «sociedad machista»? Del adoctrinamiento educativo.

Hace escasas semanas atrás publiqué un ensayo de cómo en la Universidad de Buenos Aires (UBA) el adoctrinamiento progresista era una realidad, para que se tenga contexto, esta es una de las casas de estudio más importantes de Latinoamérica. O al menos así lo fue históricamente.

En ese sentido, ya en la UBA se obliga a los estudiantes a realizar cursos en estudios de género obligatorios así tu carrera no tenga nada que ver con las ciencias sociales. Es decir, no importa que estudies diseño gráfico o ingeniería, tienes que presentar obligatoriamente un curso donde se habla de la historia del feminismo argentino, la sociedad machista y como el capitalismo fomentó todos esos “valores patriarcales” en nuestra sociedad.

En EE. UU. ocurre algo similar, pero más enfocado en el tema racial. Los medios vendieron una hegemonía del hombre blanco como opresor del hombre negro. El Partido Demócrata, en sus histerias progresistas y populistas, colaboraron para vender dicho relato. No es sorprendente que esto ocurra, pues en el país de las libertades hace rato que se vende abiertamente propaganda marxista, de hecho, un estudio del Young America’s Foundation (YAF), reveló que solo una de las 100 mejores universidades de EE.UU. invitó a un orador republicano para dirigirse a las ceremonias de graduación de este 2020.

Al final, al rebaño se lo baña de miedo, pero, curiosamente, casi siempre son los gobiernos socialistas quiénes infunden o promueven percepciones o realidades de terror para dominar a sus ciudadanos. En Argentina utilizan la manipulación mediática para demonizar al capitalismo, poner al hombre como opresor natural de la mujer y también resaltar las bondades del socialismo progresista. En Venezuela no anduvieron con rodeos y diseñaron un sistema violento a la fuerza para amordazar a toda una sociedad. Casos distintos, resultados no tan diferentes.

Así que sería injusto de mi parte devolver el escrache a la chica rosarina por tener la insólita sensación de que todo hombre es asesino en potencia, pues el problema no es ella, sino el adoctrinamiento que recibió por parte de su sistema educativo, aparato comunicacional y políticos progresistas.

Emmanuel Alejandro Rondón is a journalist at El American specializing in the areas of American politics and media analysis // Emmanuel Alejandro Rondón es periodista de El American especializado en las áreas de política americana y análisis de medios de comunicación.

Contacto: [email protected]

1 comentario en «La insólita sensación de que todo hombre es asesino en potencia»

  1. Los taxistas deberán desde ahora preguntar si la usuaria es feminista y si responde que sí, simplemente pedirle que se baje del carro, pues no se las puede llevar porque el cerebro de ellas no está funcionando correctamente

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