Read in English
Las audiencias del 6 de enero de ayer se centraron en el Departamento de Justicia y los supuestos intentos de la Casa Blanca de Trump de politizar el principal organismo de aplicación de la ley de nuestra nación. Mientras el comité anti-Trump mostraba el testimonio de exfuncionarios de esta institución, no pude evitar quedar hipnotizado por el olvidado Departamento de Justicia de Obama y su armamento.
El DOJ de Obama y la política
En 2015, CATO expuso cómo los demócratas estaban “utilizando la aplicación de la ley para promover la visión de la política industrial del presidente Obama” al cambiar las políticas de enjuiciamiento sobre la conducta financiera. Esto se hizo, sospecho, en un intento por apaciguar a sus seguidores anticorporaciones.
También puede leer “Obama’s Weaponization of Government” de Forbes de 2014. “Panther Politization at Obama DoJ” de 2009 de The Heritage Foundation y Every Single One: The Politicized Hiring of Eric Holder’s Voting Section de 2011. Mientras lo hace, consulte también el libro bien documentado de 2010 de Andre C. McCarthy: Cómo la administración de Obama ha politizado la justicia.
¿Nos hemos olvidado también del infame RÁPIDO Y FURIOSO que finalmente llevó al fiscal general de Obama, Eric Holder, a ser declarado en desacato al Congreso?
Y, por favor, no me hagan empezar con el Departamento de Justicia de Bush…
En defensa de los indultos de Trump
¿Podemos nosotros, como conservadores, criticar fielmente a los activistas de integridad electoral por buscar indultos presidenciales por su supuesto papel en la lucha por la seguridad electoral en 2020? Hemos visto lo que son capaces de hacer los demócratas y los ideólogos de izquierda. Los abogados de integridad electoral están siendo sancionados con denuncias de ética por su trabajo. La izquierda ha demonizado a todos y cada uno de los que se atreven a oponerse a su agenda.
¿Recuerdas cuando George Papadopoulos fue procesado injustamente por supuestamente mentir sobre el engaño de la colusión rusa (se ha confirmado que no hubo colusión rusa)?
¿Recuerdas cuando la izquierda etiquetó falsamente al juez Kavanaugh como un “violador” de mujeres?
¿Recuerdas cuando se introdujo el juicio político en contra de Trump, no una, sino dos veces, por reclamos políticamente influenciados?
¿Hemos olvidado también cómo Dinesh D’Souza fue severamente castigado por el Departamento de Justicia de Obama por una “violación trivial de financiamiento de campaña“?
Literalmente estamos siendo testigos de la militarización de los cuerpos de investigación. Solo unos tontos no intentarían protegerse contra estas tácticas.
Ruego, una vez más, si hubo un complot criminal para derribar nuestras instituciones, ¿por qué no escuchamos a las principales fuerzas del orden público de nuestra nación? ¿Dónde está el proceso penal contra estas denuncias? No me refiero al enjuiciamiento de los manifestantes J6 desarmados. ¿Por qué solo escuchamos a la anti-Trump Liz Cheney y al DNC?
Mi bandeja de mensajes permanece abierta.
Este artículo apareció originalmente el 24 de junio de 2022 en el newsletter de El American. ¡Suscríbete gratis aquí!
Luis Cornelio is the English Editor-in-Chief at El American. After graduating cum laude from the Colin Powell School for Civil and Global Leadership, he went on to intern at the Heritage Foundation. Most recently he served on President Donald Trump's re-election campaign, writing research articles on topics including law and order, immigration, and the Supreme Court. He also currently works as the Director of Communications for Got Freedom and researcher for the election integrity watchdog Amistad Project. A Dominican-American, he was granted U.S. citizenship in February 2020.
// Luis Cornelio es el English Editor-in-Chief de El American. Después de graduarse cum laude de la Escuela Colin Powell de Liderazgo Civil y Global, pasó a ser pasante de la Heritage Foundation. Recientemente, participó en la campaña de reelección del presidente Donald Trump escribiendo artículos de investigación sobre temas como la ley y el orden, la inmigración y la Corte Suprema. Actualmente trabaja como director de Comunicaciones de Got Freedom y es investigador para el grupo de integridad electoral, el Amistad Project. Un dominicano-americano, se le otorgó la ciudadanía americana en febrero de 2020.