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El presidente Joe Biden no penalizará directamente a Mohammed bin Salman, príncipe heredero de Arabia Saudita, de quien se demostró, según un informe, que aprobó el asesinato de Jamal Khashoggi, el disidente y columnista del Washington Post que fue drogado y desmembrado en octubre de 2018.
La decisión se produjo tras semanas de debate en el que su equipo de seguridad nacional le advirtió que no había forma de prohibir que el heredero de la corona saudí ingrese a Estados Unidos, o sopesar cargos criminales en su contra, sin romper la relación con uno de los aliados árabes clave de Estados Unidos, aseguraron altos funcionarios de la administración a The New York Times.
De acuerdo al diario, Biden estaba siendo presionado para que imponga sanciones de viaje contra el príncipe heredero tal y como lo hizo el expresidente Donald Trump a los involucrados en el complot de asesinato.
“Prohibición Khashoggi”
La administración Biden aplicó este viernes restricciones de visado a más de 76 saudíes que “se cree que han estado implicados en amenazas a disidentes en el extranjero”, informó Antony Blinke en un comunicado reseñado por EFE. Algunos de los sancionados están involucrados en el asesinato del periodista Jamal Khashoggi en 2018 en Estambul.
El funcionario indicó que con la medida Estados Unidos ha “dejado claro que las amenazas extraterritoriales y los ataques de Arabia Saudita contra activistas, disidentes y periodistas tienen que terminar. No van a ser tolerados por Estados Unidos”.
Además, el Departamento del Tesoro reveló que sancionó al exsubdirector general de Inteligencia de la Presidencia saudí, Ahmad Hassan Mohamed al Asiri. El funcionario es descrito como cabecilla de la operación que acabó con la vida del periodista, así como al cuerpo de seguridad Fuerza de Intervención Rápida, encargada de la protección personal de Bin Salmán.
