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La gran fiesta de Obama y la hipocresía de los “sofisticados”

Obama, El American

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Con toda razón ha causado gran indignación la respuesta de una reportera del New York Times cuando en CNN le preguntaron por la multitudinaria fiesta del expresidente Barack Obama. “Es una sofisticada multitud vacunada”, dijo Annie Karni, haciendo referencia a lo que —según ella— piensan algunas personas sobre la celebración.

“Sofisticada” es una buena palabra para entender el asunto de fondo en todo esto. Hay una élite que se siente más inteligente, por lo que utiliza su poder para obligar al pueblo a vivir de la forma en que a ellos se les ocurre que los “no sofisticados” debemos vivir.

“Haz lo que yo digo, no lo que yo hago”, parece ser la frase de muchos políticos demócratas. El partido azul es hoy en día el partido de las élites, de unas élites que ven a la mayoría como gente tonta que debe ser controlada hasta en los aspectos más sencillos de la vida. Mientras ellos, las élites “sofisticadas” y con permiso para todo, disfrutan la vida haciendo lo contrario de lo que imponen al pueblo. 

No hay que ser un genio para darse cuenta de lo que pasa acá. Mientras en Nueva York necesitas un papel que confirme que estás vacunado para poder entrar a un restaurante, Obama hace una fiesta con cientos de personas. Mientras a los niños se les obliga a usar tapabocas en los colegios, los hijos de la élite demócrata pueden bailar sin tapabocas en una multitudinaria fiesta. Mientras aún ponen problemas para que la gente se reúna en sus cultos religiosos, los sofisticados bailan sin tener que pedirle permiso a nadie. 

Para ser clara, el problema no es que Obama haga fiestas y disfrute con su familia y amigos —cientos de amigos— ¡bien por él! El asunto es que mientras esta élite hace lo que quiere, imponen al pueblo medidas completamente abusivas y le arrebatan la libertad a quienes no hacen parte del grupo de los “sofisticados”.

El reclamo no debería ser para que Obama y sus amigos de la élite dejen de hacer fiestas, el reclamo es para que esa élite deje de impedir a los ciudadanos del común vivir sus vidas como quieran.

A todo aquel que crea en la igualdad ante la ley le debe resultar inaceptable que mientras las elites hacen fiestas enormes y los hijos de los “sofisticados” pueden bailar sin tapabocas y con toda la libertad —como debe ser— vemos a madres llorando en las juntas de padres mientras gritan ‘take these masks off of my child’ y explican el drama que significa para un niño de siete años estar todo el día con un trapo que cubre su boca y nariz.

El Partido Demócrata sin duda es el partido de las élites, cada vez más alejado de lo que necesita el ciudadano del común. Puede ser cierto que son sofisticados, no en vano alardean diciendo que los menos educados votaron por Trump. Si eso es lo que quieren ser —el partido sofisticado de las élites— es su asunto, pero deberían tener claro que están cruzando una línea fundamental para los americanos, le están arrebatando a la gente la libertad y están pisoteando la igualdad ante la ley.

Vanessa Vallejo. Co-editor-in-chief of El American. Economist. Podcaster. Political and economic analysis of America. Colombian exile in the United States // Vanessa Vallejo. Co-editora en jefe de El American. Economista. Podcaster. Análisis político y económico de América. Colombiana exiliada en EE. UU.

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