fbpx
Saltar al contenido

Colombia: la Petroreforma de la mentira y el hambre

Por Álvaro Grajales

Menos de 24 horas después de haberse posesionado el presidente de Colombia, Gustavo Petro, radicó su reforma tributaria. El documento, cargado de datos y argumentos amañados, permiten divisar la ideología de la nueva administración.

Y es que la reforma deja en evidencia el total irrespeto que tiene Petro y su sequito por la propiedad privada y la libertad. Subir los impuestos en una economía en proceso de recuperación, pero con desempleo e inflación en aumento, es aplicar gasolina a una hoguera en un intento poco inteligente de extinguir el fuego.

Con la eliminación de las exenciones y beneficios tributarios, la tasa efectiva de renta para las empresas quedaría más cerca del 35 %, sumado al 20 % del impuesto a los dividendos, el 30 % de ganancia ocasional, y el impuesto al patrimonio; la Administración Petro estaría logrando materializar una de las premisas del socialismo: acabar con el capital privado.

Sin capital no habrá innovación, desarrollo y nuevas empresas, lo que se traducirá en desempleo y pobreza. Sin contar que habrá fuga de capitales hacia economías con menores tasas impositivas y más seguridad jurídica, como Uruguay, por citar un ejemplo.

Otro punto para tener en cuenta es la amenaza de la no exploración y explotación de hidrocarburos, lo que disminuiría su oferta, mientras la demanda se mantiene constante —peligrando la soberanía energética—; esta medida generaría un aumento de precios en muchos bienes y servicios, como por ejemplo la comida; pues sería más costoso el transporte de alimentos, costo que será asumido por el consumidor final.

Sin embargo, la comida no solo estará cara por los costos asociados al incremento de la gasolina —por las causas antes expuestas—; muchos alimentos como las sopas, tendrán un aumento del 10 % por cuenta del impuesto al consumo. Pero el aumento de los precios de la comida no acaba ahí, pues tenemos que recordar la inflación, otro factor que afecta el precio de los alimentos.

Con esto, podríamos afirmar que en enero del 2023 la comida estaría costando más de un 20 %, poniendo en peligro la capacidad adquisitiva de millones de colombianos. Pero preocupa mucho más las medidas que pueda llegar a tomar el nuevo gobierno ante un incremento de precios de los alimentos, lo más seguro es que acuda a las recetas de sus viejos y queridos amigos del socialismo del siglo XXI: subsidios, aumentos populistas del salario mínimo y control de precios. Con eso, los colombianos nos veremos en una espiral descendiente de malas decisiones que nos harán más pobres.

Todo ese desastre justificado en el hecho de que Colombia tiene una alta tasa de pobreza monetaria, pero desconociendo los grandes avances en contra de la pobreza multimodal. Dichos avances nos tienen en una mejor posición que países como Argentina, España, Nicaragua, Venezuela y Cuba (donde gobiernan sus amigos del socialismo del siglo XXI), incluso, mejor que países como Bélgica.

La Petroreforma de la mentira y el hambre

Datos del Banco Mundial sobre la pobreza. Año 2020

Pero uno de los argumentos más amañado es el de la pobreza monetaria, pues usan los datos del año 2020, es decir, en plena pandemia; desconociendo los avances de años anteriores y la recuperación postpandemia.

Datos del Banco Mundial de la pobreza monetaria en Colombia.

Entre engaños y populismo, tramitará y posiblemente se aprobará una reforma tributaria que espolia a los colombianos, todo eso, con el beneplácito de los partidos Conservador, La U y Liberal; quienes se vendieron por un puesto en la Administración Petro.

Perla 1: las tiendas pequeñas, peluquerías y similares deberán pagar un impuesto del 2 % de sus ingresos, así el negocio dé perdidas ¿Cuántos tenderos se quebrarán?

Perla 2: el presidente de la Asociación Nacional de Industriales (ANDI), Bruce Mac Master; anunció que están estudiando la reforma, la pregunta es: ¿Alzarán su voz de protesta ante la espoliación o buscarán beneficios para ellos dejando olvidados al resto de colombianos?

Perla 3: en el momento en que dejemos que el Estado nos diga que comer bajo el argumento de proteger nuestra salud, estaremos abriendo la puerta al totalitarismo para que nos digan qué pensar, qué vestir, cómo hablar y cómo actuar bajo la excusa de nuestro beneficio.


Álvaro Grajales, abogado con énfasis en análisis económico del Derecho.

Deja una respuesta

Total
0
Share