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La prensa se declara en guerra contra la realidad del caso Rittenhouse

Entre los libros más influyentes en el contemporáneo pensamiento conservador americano destacaría La mentalidad conservadora, de Russell Kirk, Camino de servidumbre de Friedrich Hayek y Las ideas tienen consecuencias de Richard M. Weaver. Y Weaver adelantaba, en 1948, que:

“En definitiva, la esperanza de que la prensa, el cine y la radio pudieran redimirse informando de verdad al público no pasa de ser un engaño”.

Los dos Rittenhouse

Quienes siguieron el juicio a Kyle Rittenhouse a través de la mayoritaria prensa liberal americana todavía creen que “su” Rittenhouse es:

  • Un supremacista blanco que asesinó a sangre fría a dos manifestantes “mayormente pacíficos” e hirió a un tercero con un rifle automático con el que cruzó de la frontera estatal. Para ellos, Rittenhouse era un típico vigilante y tirador activo que fue hacia el caos “como polilla a la llama” a una ciudad con la que no tenía relación, para provocar y eventualmente asesinar a “mayormente pacíficos” manifestantes. Y como creen eso, sea que apoyen al jurado o lo desprecien, se sienten enfadados y preocupados por una decisión que no pueden entender.

Quienes siguieron el juicio a través de la prensa conservadora, y analizaron videos presentados en la corte y declaraciones de testigos saben que el verdadero Rittenhouse:

  • No es racista, vive a poca distancia de Kenosha, ciudad en la que tiene familia y se fue a la ciudad para ayudar en medio de incendios, saqueos y disturbios violentos. Rittenhouse pasó el día ayudando a limpiar daños y asistiendo heridos. En la noche se unió a una patrulla vecinal con un rifle semiautomático que le proporcionaron en Kenosha y que legalmente podía portar. Fue provocado, perseguido y acorralado por un violento individuo, que previamente había provocado agresivamente a personas armadas, y que le gritaba que lo mataría al perseguirlo para quitarle el arma. Rittenhouse no logró huir, vio su vida en peligro y disparó matando al agresor. Fue perseguido por una turba enfurecida, nuevamente acorralado, pateado en el piso y golpeado con un monopatín. Rittenhouse disparó nuevamente, matando a un atacante e hiriendo a otro que le apuntaba con una pistola, porque creyó que su vida peligraba. El joven buscó a la policía, levantó las manos y se entrego. Y como saben eso, entienden la decisión.

Media América tiene un malvado Rittenhose al que odiar. Media América sabe lo que el juicio realmente reveló sobre los hechos de aquella noche en Kenosha. Pero lo único claro para todos es que estamos ante unos Estados Unidos cada vez más profundamente divididos.

Desinformación y propaganda

Prensa y políticos de izquierda siguen sin aceptar que los hechos les arruinen una buena historia. Durante el juicio, el juez Schroeder debió expresar duras críticas a la cobertura de la prensa y a sus “expertos”. Incluso señaló las acciones inaceptables de un empleado de MSNBC hacia jurado.

Lo que hemos visto no fue un circo de medios, sino algo peor. Vimos la pretensión de la mayor parte de los medios de erigirse en fiscales, jueces y ejecutores sin considerar los hechos ni la verdad. Y la pregunta que debemos hacernos es:

 ¿Por qué actúan así periodistas, activistas y políticos woke? La respuesta es que tienen dos motivos ideológicos:

Primero, que esos periodistas divorciados de la verdad y comprometidos con la agitación y propaganda woke se formaron en las teorías de Jay Rosen, quien libró una guerra contra el “bothsidesism” desde la Universidad de Nueva York. Reclamaba Rosen que presentar los dos lados, mediante hechos, era un pésimo periodismo. Quería un periodismo “ciudadano” comprometido con “mejorar la democracia”. Y así llegamos al “periodismo” que cree que tiene que tomar partido por el lado “bueno” negando la verdad factual.

Y también porque sobre cuál sería el lado bueno siguen la teoría marxista que aprendieron en sus universidades. Sume a Rosen con la tolerancia represiva de Marcuse, para quien: “La tolerancia liberadora significaría intolerancia hacia los movimientos de la derecha, y tolerancia de movimientos de la izquierda” y entenderá porque ese “periodismo” hace lo que hace.

Guillermo Rodríguez is a professor of Political Economy in the extension area of the Faculty of Economic and Administrative Sciences at Universidad Monteávila, in Caracas. A researcher at the Juan de Mariana Center and author of several books // Guillermo es profesor de Economía Política en el área de extensión de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la Universidad Monteávila, en Caracas, investigador en el Centro Juan de Mariana y autor de varios libros

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