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Las Movies: Detroit Become Human, el libre albedrío y la guerra en un mundo futurista

Las Movies, El American

En la más reciente entrega de Las Movies, el espacio que El American dedica a analizar el mundo de la cultura y el entretenimiento, Ignacio M. García Medina nos habla sobre Detroit Become Human, un videojuego lanzado a la venta en 2018 y destacado por su estupenda producción y grado de detalle.

Detroit Become Human ha vendido más de seis millones de copias en todo el mundo y ha recibido muy buena crítica, especialmente por la calidad de sus gráficos, la construcción de los personajes y la presencia de actores de categoría.

Detroit Become Human: un mundo alternativo definido por decisiones individuales

El videojuego está ambientado en un Detroit futurista muy bien logrado, ubicado en el 2038, destacables fotografía y cinematografía, y que se desarrolla en una historia coherente por medio de tres personajes jugables.

Ignacio apunta especialmente al sistema de toma de decisiones que de cierta forma define el rumbo de la historia y habilita distintos finales alternativos, lo que hace posible jugar varias veces con la posibilidad de obtener resultados diferentes.

El plot principal del juego consiste en una empresa fabrica humanoides que se venden como objetos ya que están programados para obedecer órdenes por parte de sus dueños. Las consecuencias sociales, evidentemente, son la segregación entre humanos y humanoides, y el desempleo de ciudadanos vivos ha alcanzado un 40 %.

Lo interesante ocurre cuando los humanoides comienzan a desarrollar conciencia, sentimientos, libre albedrío e incluso hasta una religión, y se convierten en “divergentes” que luchan contra los humanos.

Los tres personajes jugables son androides, de modo que el público solo puede jugar desde la perspectiva de los humanoides. Sin embargo, el juego ofrece la opción de jugar para cualquier bando.

La izquierda más woke ha tenido, por supuesto, críticas contra la historia de Detroit Become Human. Ignacio imagina que, como se trata de un juego en el que el libre albedrío resulta en distintos escenarios, quienes lo critican habrán tomado decisiones colectivistas cuyos resultados no han sido complacientes con su ideología.

“Les molesta que un juego que es en sí mismo una metáfora contra el racismo y la esclavitud no sea una cuestión racial específica sobre los afroamericanos de Detroit”, comenta Ignacio al respecto.

Vea esta y todas las anteriores entregas de Las Movies en nuestro canal de YouTube. Siga nuestras redes sociales oficiales para mantenerse al día.

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