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Las Movies: el mensaje proamericano y anticomunista de Elia Kazan (y sus consecuencias)

Elia Kazan - El American

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En la décima entrega de Las Movies, el espacio que El American dedica a analizar el mundo de la cultura y el entretenimiento, Ignacio M. García Medina nos habla sobre la vida y la obra del cineasta greco-americano nacido en Estambul, Elia Kazan, autor de clásicos del cine como A Streetcar Named Desire (1951) y East of Eden (1955).

Kazan, quien fue «probablemente una de las piezas fundamentales en la historia del cine», fue director de teatro, productor, guionista, actor y escritor. Sin embargo, su obra cinematográfica como director fue «revolucionaria e influyente». Fue reconocido como un gran «descubridor de actores», ya que lanzó al estrellato a talentos como James Dean, Marlon Brando y Warren Beatty.

Consagrado como «uno de los mejores directores de cine de todos los tiempos», fue uno de los fundadores de la emblemática escuela y asociación de actores, directores y escritores americanos con sede en New York —actualmente al mando de Al Pacino y Ellen Burstyn—, que formó íconos como Paul Newman, Al Pacino, Robert De Niro y Montgomery Clift.

Pese a su magnífico récord de influencia en la cultura cinematográfica, Kazan no es ese ícono mediático al que todo el mundo hace referencia ni se le aplaude públicamente con frecuencia. Ignacio nos cuenta que esto sucede porque no comulgaba con la visión izquierdista que predominaba entonces (y sigue predominando) en Hollywood y porque colaboró con el House Un-American Activities Committee.

Elia Kazan recibe el Oscar honorífico en 1999.

Kazan militó temporalmente en el Partido Comunista de América, pero luego denunció ante el HUAC a varios de sus antiguos copartidarios marxistas infiltrados en la industria de cine americana, cosa que «no hizo mucha gracia en Hollywood. Entonces ni todavía se le perdona».

En 1999 fue reconocido con el Oscar Honorífico tras la “batalla” de Martin Scorsese, quien tuvo que insistir a una Academia renuente a galardonar sus innegables credenciales, currículum e influencia. Durante aquella ovación de pie que le ofreció buena parte del público, caras como Ed Harris, Sophia Loren, Nick Nolte (entre otros) decidieron fruncir el ceño o negar el aplauso en rechazo al pasado de Kazan (o «para demostrar que eran muy comunistas», como nos dice Ignacio.

Fanáticos y celebridades reaccionan al reconocimiento en los Oscars hacia Elia Kazan. (AP)

Muchas de sus películas, según la visión que nos brinda el host de Las Movies, tratan de explicar o justificar su decisión de «posicionarse contra el comunismo» y «delatar a quienes él consideraba conspiradores y enemigos de esa América que a él le había dado libertad y la posibilidad de prosperar y triunfar».

El testimonio de Elia Kazan dentro de On The Waterfront

Pone el ejemplo de On The Waterfront (1954) —con Marlon Brando, Marl Malden y Rod Steiger— como «quizá la película que mejor nos hace llegar» el mensaje libertario y proamericano de Kazan.

Esta película cuenta la historia de un joven estibador portuario que se enfrenta a la mafia sindical que controlan los muelles, quienes se quedan con gran parte de los trabajadores y «liquidan» a aquellos que denuncian los abusos del sistema.

El personaje de Marlon Brando, una joven promesa del boxeo, se deja ganar en una pelea por apuestas amañadas con esa mafia sindical para la que trabaja su hermano mayor. Pronto se ve implicado en el asesinato de uno de los detractores de la mafia, pero su lealtad comienza a «tambalearse» cuando se enamora de la hermana de su víctima.

On The Waterfront. (Elia Kazan, 1954)

Junto a ella, el personaje conoce a un sacerdote que intenta organizar a los trabajadores en contra del sindicato y sus formas criminales de operar, y es encargado de infiltrarse en la parroquia para estudiar e informar sus actividades. Pero su conciencia se lo impide, y finalmente termina testificando contra la mafia (y contra su hermano).

Lo que aparentemente podría ser un personaje detestable, en On The Waterfront, Kazan lo convierte en un héroe que se alza contra el sistema maligno, corrupto y asesino. «El paralelismo con el comunismo no es muy sutil», nos dice Ignacio, quien considera que la película es un testimonio de Kazan sobre su situación frente a los comunistas.

«Es una demostración perfecta» de la importancia de la narrativa y el relato en la forma de contar una historia. «Según como se nos cuente, con todas sus aristas, dobles caras e interpretaciones, podemos tomar una posición u otra», comenta Ignacio.

«Esta película nos hace ver cómo quien domina el relato y la narrativa domina los pensamientos y la opinión pública», dice García Medina. «Siempre es bueno poder ver algo diferente a lo que habitualmente nos muestra Hollywood, que suele ser lo contrario a esto». Y usualmente cuando se habla de “cacería de brujas”, pensamos en injusticia.

Y como dice Ignacio: «Sabemos que las brujas no existen, pero ojo: los comunistas sí existen y trabajan en las sombras para meternos con calzador su versión de la historia e imponer su forma de entender la sociedad».

No se pierda esta y las anteriores entregas de Las Movies, conducido por Ignacio. Puede encontrar todos los capítulos en nuestro canal de YouTube.

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