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Esta semana viene cargada de contenido de lo más woke. Tanto el último episodio de The Last of Us como el último estreno de Marvel, Ant-Man Quantumania, hacen referencia explícita a las bondades del comunismo, pero también ha habido otras noticias rocambolescas, propias de las incongruencias de la ideología woke.
The Last of Us y Quantumania
En el episodio 6 de The Last of Us, después de múltiples vicisitudes que los dejaron al borde de la muerte, los protagonistas por fin llegan a una comunidad tranquila y segura. En el nuevo asentamiento pueden disfrutar de agua caliente, electricidad y todo tipo de comodidades como no habían tenido en 20 años, desde el estallido de la infección.
¿Cuál es el secreto de esta comunidad idílica? Que se basa en el comunismo y están prohibidas las armas.
De esta serie posapocalíptica con una especie de zombies infectados con un hongo que les permite comunicarse entre ellos, con monstruos letales con cabeza de champiñón sin ojos, con humanos convertidos en gigantes asesinos de 4 metros, y que muestra coches de gasolina que funcionan incluso 20 años después de haber sido abandonados, lo menos creíble es que el comunismo funcione.
También llama la atención la ratio de supervivencia de personas de género fluido, no binarios, homosexuales y transexuales durante el apocalipsis. Más bien da la sensación de que han inventado un nuevo género de la ciencia-ficción: la ciencia-social-ficción.
Casualmente, en el último estreno de la factoría Marvel, Ant-Man & The Wasp: Quatumania, también se nos muestra a una civilización superavanzada de hormigas que al final salvan a los héroes y heroínas —sobre todo heroínas— y a todo el universo. ¿Cómo consiguieron avanzar tanto hasta convertirse en una superpotencia salvadora? Pues aplicando el socialismo. Claro que sí. El personaje de Michael Douglas nos advierte de que “socialismo” es una palabra con “demasiada carga” negativa, pero oye, al final es la solución a todos los problemas del universo… según Marvel.
Tortugas Ninja ahora son mujeres
Siguiendo la consigna woke de humillar o matar héroes masculinos y sustituirlos por personajes femeninos, los nuevos cómics de Teenage Mutant Ninja Turtles muestran cómo los personajes originales son asesinados y reemplazados por cuatro nuevas tortugas ninja, de las cuales dos son niñas. Todo mucho más igualitario.
Las nuevas Elizabeth Warren
El caso de Elizabeth Warren asegurando que tenía ascendencia nativo-americana sin tenerla parece que ha creado escuela. Esta semana nos hemos topado con el caso de la activista musulmana Raquel Evita Saraswati, que es la responsable de equidad, inclusión y cultura del American Friends Service Committee (AFSC). Según ella, sus orígenes árabes, latinos y del sur de Asia la capacitan especialmente para ejercer el cargo.
Lástima que su propia madre haya revelado que Raquel Evita Saraswati en realidad se llama Rachel Elizabeth Seidel y es “blanca como la nieve“. Sus antepasados son alemanes y británicos por parte de madre, e italianos por vía paterna.
En un caso parecido, la activista racial y antigua fugitiva que perteneció a los Black Panther y al Partido Comunista durante los años 60 y 70, Angela Davis, descubrió algo impactante sobre su pasado en el programa de la PBS, Finding Your Roots.
En su época de activista participó en un asalto que acabó con la muerte de 4 personas, lo que la puso en la lista de más buscados del FBI. Ahora, con 79 años, descubrió durante un programa de televisión que sus antepasados llegaron a América en el Mayflower.
Según el imaginario izquierdista, las 101 personas blancas que llegaron en 1620 en el Mayflower son algo así como la raíz de todos males causados por el supremacismo blanco. Así que en el caso Angela Davis, calcular sus “reparaciones” va a resultar complicado, incluso puede que le salga a pagar.
Escuelas públicas infestadas de profesores woke
Una profesora woke de Maryland, con su correspondiente uniforme de pelo rapado, múltiples piercings en la nariz y etiquetas de “no-binaria”, “pan/bi” y con pronombres “xe, xem, xir, y xirsen” en su cuenta de TikTok, está siendo investigada por decir en clase que oponerse al robo es “supremacismo blanco”.
Al parecer, esta profesora de historia les aseguró a sus alumnos negros que “tienen derecho a reducir el país a cenizas”, ya que sus “ancestros [esclavizados] lo construyeron”. Añadiendo que la gente blanca no puede opinar en contra, ya que “su opinión en esto es, en el mejor de los casos, irrelevante y, en el peor, está literalmente propagando supremacismo blanco”.
Parece que su wokeismo se ha pasado tanto de frenada que ha terminado asociando a los afroamericanos con el robo y la destrucción de propiedad, pero justificándolo. Otro ejemplo más de condescendencia y racismo suave de profesores blancos woke.
Ignacio Manuel García Medina, Business Management teacher. Artist and lecturer specialized in Popular Culture for various platforms. Presenter of the program "Pop Libertario" for the Juan de Mariana Institute. Lives in the Canary Islands, Spain // Ignacio M. García Medina es profesor de Gestión de Empresas. Es miembro del Instituto Juan de Mariana y conferenciante especializado en Cultura Popular e ideas de la Libertad.
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