En plena época navideña el alcalde demócrata de Los Ángeles, Eric Garcetti, decidió apagar la ciudad tras el aumento de casos de coronavirus.
“Es hora de cancelar todo”, dijo Garcetti luego de emitir una orden de emergencia en la que ordena a los residentes de la ciudad que se queden en casa.
“Debemos minimizar el contacto con los demás tanto como sea posible”, escribió Garcetti en la orden fechada el 2 de diciembre.
De acuerdo con la medida, los residentes de Los Ángeles aún pueden salir de sus hogares pero solo para ciertos servicios esenciales; los bancos, medios de comunicación y oficinas de correo también se mantendrán operativos.
Casi todo está prohibido en Los Ángeles
Está prohibido caminar, conducir, viajar en transporte público, bicicletas, motocicletas y scooters, salvo para quienes realicen actividades esenciales.
Paradójicamente las reuniones públicas y privadas estarán prohibidas, a excepción de las congregaciones en iglesias o las convocatorias para participar en protestas.
“Mi mensaje no podría ser más simple”, dijo Garcetti el miércoles por la noche. “Es hora de agacharse. Es hora de cancelar todo. Y si no es esencial, no lo hagas”, agregó el alcalde.
“Nuestra ciudad está ahora cerca de un punto de inflexión devastador, más allá de cual cantidad de
pacientes hospitalizados comenzaría a abrumar nuestro sistema hospitalario, arriesgando a su vez
sufrimientos innecesarios y la muerte”, señala la orden.
De acuerdo con Bloomberg el condado de Los Ángeles tiene la mayor cantidad de infecciones de todos los condados de los Estados Unidos, con 408.396 casos confirmados y 7.700 muertes.
“Cualquier persona mayor de 16 años que viaje a Los Ángeles debe completar un formulario en línea a su llegada para confirmar que ha leído y comprendido un aviso de viaje de California. La falta de envío del formulario se castiga con una multa de hasta $ 500″, señala la agencia de noticias.
La medida asumida por el alcalde de Los Ángeles y similar a las anunciadas en ciudades como Nueva York, contradice entonces a unas declaraciones emitidas por la misma Organización Mundial de la Salud en las que el doctor David Nabarro llamó a los gobiernos a dejar de utilizar el confinamiento como principal herramienta frente a la pandemia de coronavirus.
La OMS explicó en octubre que aunque son conscientes de que el confinamiento es una medida necesaria para suprimir rápidamente el virus y evitar que los sistemas de salud se vean abrumados, no es una solución sostenible debido a sus importantes “impactos económicos, sociales y de salud en general”.
¿Cuándo volveremos a la normalidad?
Para que Estados Unidos regrese a la normalidad en 2021, entre el 75 y el 85 % de la población tendría que vacunarse contra el COVID-19; así lo afirmó el doctor Anthony Fauci, el especialista en enfermedades infecciosas más importante del país.
De acuerdo con Fauci si las personas se vacunan en la primavera como se tiene previsto, los neoyorquinos y todo el país podrían volver a la normalidad.
El especialista resaltó que los pacientes con afecciones subyacentes deberían ser la prioridad.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) anunciaron que los trabajadores de la salud y los residentes de centros de atención a largo plazo deberían ser los primeros en vacunarse.
Pfizer y Moderna, las dos compañías más cercanas a obtener la aprobación de sus vacunas, han calculado que tendrán suficiente para vacunar a no más de 22,5 millones de estadounidenses para enero; lo que significa que 21 millones de trabajadores de la salud serían elegibles antes que nadie y junto a ellos vacunar a tres millones de personas, en su mayoría ancianos, que viven en asilos y instalaciones de cuidado a largo plazo.
Sabrina Martín Rondon is a Venezuelan journalist. Her source is politics and economics. She is a specialist in corporate communications and is committed to the task of dismantling the supposed benefits of socialism // Sabrina Martín Rondon es periodista venezolana. Su fuente es la política y economía. Es especialista en comunicaciones corporativas y se ha comprometido con la tarea de desmontar las supuestas bondades del socialismo