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Cuando mi editora en jefe me envió un artículo de Los Angeles Times titulado «Por qué los periodistas están fallando al público con el ‘both-siderism’ en la cobertura política» —una columna escrita por Jackie Calmes—, por un minuto pensé que iba a leer una crítica objetiva hacia cómo la prensa liberal está cubriendo las noticias relacionadas a la política. Pensé: «esto es bueno», finalmente se están dando cuenta que su cobertura es deficiente y que la gente no está confiando más en la prensa debido al desvergonzado partidismo expuesto en los medios tradicionales. Pero no, Desafortunadamente no es el caso.
La columna de Calmes, lejos de ser una crítica prudente y sensata, explica mucho por qué los americanos ya no confían en los periodistas y la prensa tradicional. La columnista de Los Angeles Times plantea una realidad alterna donde los medios son inequívocamente críticos con el presidente Joe Biden y excesivamente dóciles con el Partido Republicano y sus principales referentes, como Donald Trump.
Ella, indignada, reclama que los medios están haciendo falsas equivalencias morales mientras abusan del ‘both-siderism’ para no apuntar directamente al Partido Republicano por sus atropellos contra la democracia. Para Calmes es evidente que, en Estados Unidos, los malos son los del GOP y que hay que utilizar la fuerza mediática para señalarlos.
¿Jackie Calmes vive en una realidad alterna o simplemente miente?
Sinceramente, no sé qué medios ha leído Calmes últimamente, pero casi todos los medios tradicionales, mayormente afines a las ideas progresistas y, por ende, más cercanos al Partido Demócrata, han sido completamente complacientes con la administración Biden-Harris, sobre todo considerando cómo está el país actualmente: crisis fronteriza, el desastre en política exterior con Afganistán y Francia, los precios descontrolados por la inflación, problemas con los empleos y despidos; la inseguridad in crescendo, la crisis de indigencia, las tensiones ideológicas y polarización social que van en aumento junto con la escasez.
Hay dos opciones para explicar la columna de Calmes: o está mintiendo al público o simplemente está disociada de la realidad.
De acuerdo con un reciente estudio de Edelman, donde se evaluó la confianza de los americanos en la prensa, un 56 % de las personas cree que «los periodistas y reporteros intentan engañar a la gente a propósito diciendo cosas que saben que son falsas o grandes exageraciones» y otro 58 % piensa que «la mayoría de las organizaciones de noticias están más preocupadas por apoyar una ideología o posición política que por informar al público». ¿Saben cuáles son los ciudadanos que menos confían en los medios? Los republicanos, solo un 18 % confía en la prensa, mientras que un 57 % de los demócratas sí confía en los medios.
Otro estudio, el Digital News Report 2021 a cargo del Reuters Institute, reveló que los americanos son los que menos confían en los medios comparados con los índices de confianza de otros 46 países.
Los datos son bastante claros: solo un 29 % de los americanos confía en los medios de comunicación, mientras que un 23 % dice que no confía. El otro 44 % de los americanos dice que no confía lo suficiente.
Es curioso, si supuestamente los medios están siendo tan benévolos con los republicanos, ¿cómo es que ellos precisamente son quienes no confían en la prensa y tienen la percepción de que los medios están mintiendo y engañando al público?
¿No será por qué los medios liberales ocultaron, durante meses, la gran revelación del New York Post sobre la laptop de Hunter Biden en las semanas previas a las elecciones?, ¿no será por qué los medios de comunicación tradicionales han tergiversado hechos sistemáticamente para atacar a políticos y referencias conservadoras como el gobernador de Florida Ron DeSantis?, ¿no será por qué los medios, durante cuatro años, atacaron sistemáticamente al expresidente Trump a menudo con desinformación o hechos desmentidos?
También es curioso que para Calmes sea evidente que solo los republicanos son los culpables del debilitamiento institucional que enfrenta a Estados Unidos. Debe ser que los demócratas no armaron y utilizaron durante años la falsa colusión rusa; debe ser que los demócratas, amén de sus ansias de poder, no promueven la peligrosa idea de expandir la Corte Suprema; debe ser que el presidente Joe Biden, amén de imponer sus restricciones sanitarias, no amenazó con pasarle por encima al gobernador DeSantis y otras autoridades estatales.
La realidad es que los demócratas han contribuido con el ataque hacia las instituciones de Estados Unidos y también a la perdida de libertades de los ciudadanos americanos. Sin embargo, Jackie Calmes insiste en Los Ángeles Times que son los republicanos quienes «bloquean la legislación federal sobre el derecho al voto, los de los estados rojos siguen impugnando los votos de 2020 para Biden (pero no los suyos), aprueban leyes para suprimir futuros votos de forma desventajosa para los demócratas, hacen un gerrymander de los distritos legislativos y sustituyen a los supervisores electorales no partidistas por otros partidistas».
Calmes miente y lo hace descaradamente. Esa teoría de que los republicanos están intentando imponer leyes Jim Crow 2.0 es falsa. Luego de todas las polémicas con las presidenciales de 2020, resguardar el sistema electoral con leyes más claras es lo más sensato que puede hacerse para que los ciudadanos, especialmente los conservadores, vuelvan a tener confianza en las instituciones electorales.
«Los medios de derecha coaptaron los adjetivos justos y equilibrados»
El colmo del artículo de Calmes es cuando dice que «es fundamental que los periodistas políticos sigan siendo justos y equilibrados, en contraste con la red de la derecha que cooptó cínicamente esos adjetivos».
Lo primero aquí es que la columnista se contradice, pues su propio artículo sugiere que los medios deben cambiar su forma de abordar los temas políticos siendo aún más duros con el GOP. Lo segundo, y no menos importante, es que acusa a la prensa «de derecha» de ser cínica y adueñarse del balance noticioso.
No hay que olvidarse que la mayoría de medios conservadores en Estados Unidos han nacido como reacciones al partidismo político de los medios tradicionales. Fox News fue, directamente, una reacción a CNN y su cobertura políticamente sesgada hacia la izquierda. Y mal no le ha ido, pues es la cadena de noticias más exitosa del país. El New York Post, por ejemplo, se volvió inequívocamente conservador luego de que el New York Times radicalizara su línea editorial hacia la izquierda política. Los medios de comunicación alternativos de tendencia conservadora nacieron porque los medios tradicionales liberales empezaron a funcionar como brazos comunicacionales del Partido Demócrata y no como empresas periodísticas serias.
Además, ¿cuáles son los medios que, hipócritamente, se hacen llamar objetivos e imparciales? Los medios liberales. Es risible que alguien diga que la prensa de derecha se adueñó de los adjetivos «justos y equilibrados».
Que se entienda bien: un medio puede tener su línea editorial y defender ideologías y ciertos valores que crean correctos, sin embargo, eso no significa que serán dóciles con los políticos que están, en teoría, de su lado; si ellos se equivocan la crítica debe ser igual de dura con relación a sus adversarios. Una vez los medios, de ambos lados, practiquen esta premisa, la confianza en los medios seguramente crecerá y la institucionalidad y la democracia americana mejorará, pues la prensa, en definitiva, debería ser la primera aliada de los ciudadanos y el primer fiscalizador del gobierno. Que no te engañen las columnistas como Jackie Calmes.
Emmanuel Alejandro Rondón is a journalist at El American specializing in the areas of American politics and media analysis // Emmanuel Alejandro Rondón es periodista de El American especializado en las áreas de política americana y análisis de medios de comunicación.
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