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Los inversionistas han perdido más de $400,000 millones en China durante el último semestre. Muchos de ellos se están preguntando si todavía tiene sentido invertir en el gigante asiático o si será mejor destinar el dinero de los capitalistas americanos en otros mercados de Asia.
Fondos de pensión, bancos y otras entidades financieras consideran o ya han retirado parte de su capital de China tras la polémica decisión del régimen de Xi Jinping de comenzar una cruzada regulatoria en contra de la educación privada en el país asiático.
Los reguladores chinos le advirtieron a los institutos y compañías de educación privada en China que tendrán que comenzar a operar como instituciones sin ánimo de lucro para seguir en el sector de la educación chino.
La educación privada en China mueve más de $120,000 millones al año. La noticia de las nuevas regulaciones sobre la educación privada impulsó una venta masiva de compañías que invierten en el sector educativo, como TAL Education Group o Gaotu Techedu.
Beijing ha dicho que las nuevas regulaciones se hacen con el fin de rescatar a un sector «secuestrado por el capital». Estas regulaciones prohíben a las compañías que invierten en educación repartir utilidades, listar en bolsa de valores o recaudar capital para inversión, básicamente las convertiría en organizaciones sin ánimo de lucro.
Las otras cruzadas del Partido Comunista de China contra el sector privado
Esta no es la única cruzada regulatoria que Beijing se encuentra liderando. Los servicios de delivery de comida también serán regulados y el Partido Comunista de China (PCCh) ya ha indicado que a los repartidores de las plataformas digitales que presente este tipo de servicio en China se les deberá garantizar un salario mínimo.
Otras aplicaciones como DIDI, que sirven para contratar un servicio de transporte, también han sido temporalmente bloqueadas. Las nuevas restricciones de Beijing impuestas a esta empresa impiden que nuevos usuarios puedan descargar la app para su uso, lo que impedirá que la compañía crezca y se expanda por China.
Los tecnócratas del PCCh también lideran una campaña regulatoria entre los gigantes del internet como Alibaba. A comienzos de este año la empresa tuvo que pagar más de $2,800 millones en una multa «antimonopolio» impuesta por el régimen de Xi Jinping. El dueño de esta empresa, Jack Ma, ya ha tenido varios enfrentamientos con el régimen chino.
El caso más sonado es el bloqueo de los reguladores chinos a la oferta pública para salir en bolsa de valores de Ant Group, la otra empresa de Ma. El consorcio financiero que ha logrado registrar más de mil millones de usuarios en su plataforma fue sujeto a escrutinio después de que Ma hiciera unos comentarios sobre la onerosa regulación china en el sector financiero.
El régimen chino forzó a Ant Group a entrar en una fuerte restructuración, pues argumenta que su modelo de negocio de tecnología financiera representa una forma de competencia desleal para los bancos tradicionales chinos.
Los reguladores chinos se encuentran trabajando con Ant Group para acordar una posible salida de Ma de su propia empresa, lo que implicaría ceder su participación en Ant Group a otro grupo empresarial o inversionista a fin a los intereses del PCCh.
La horda regulatoria soltada por el régimen chino tiene como propósito reforzar el control del PCCh sobre el sector privado en China. Las nuevas regulaciones elevan la influencia del Gobierno en el sector privado chino y están impulsando a muchos inversionistas a sacar su dinero de China.
Economist, writer and liberal. With a focus on finance, the war on drugs, history, and geopolitics // Economista, escritor y liberal. Con enfoque en finanzas, guerra contra las drogas, historia y geopolítica