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Este domingo salió en su versión impresa un reportaje del New York Times sobre Tucker Carlson. En él, el medio afirma que Carlson tiene el show más exitoso de la historia de la televisión por cable, y lo logró con “mentiras” y “racismo”. Para “sostener” que el show es racista y “alimenta el miedo”, el New York Times “analizó” más de mil episodios. Imagino que tienen mucho tiempo libre.
Es paradójico, el NYT se cree un termómetro de lo que sucede en Estados Unidos y de lo que piensa el americano, pero al mismo tiempo te dice que el show más exitoso en la historia de la televisión por cable es “racista” y “supremacista blanco”.
Por otro lado, todos recordamos cuando el NYT y otros grandes medios como The Washington Post, Vox, CNN, NBC, etcétera, decían que Donald Trump era un presidente racista y que solo un racista podría votar por él. Hablaban, entonces, de los millones de electores que lo eligieron en el 2016 y que lo respaldaron en el 2020. Al menos la mitad del país.
Lo que ocurrió este último mes con Netflix —que se vino abajo en suscriptores por su contenido activista y progresista— y el incipiente proyecto CNN+ —que tuvo un fracaso trágico y fue cancelado a menos de un mes de su salida— son un claro ejemplo de lo que realmente está sucediendo en las casas de los americanos.
Asimismo, cuando millones de usuarios están entusiasmados por la compra de Twitter —cuyas acciones subieron considerablemente luego de que se anunciara la adquisición— por parte de Elon Musk y porque se realizarán los cambios necesarios en la plataforma, vienen medios como The Washington Post (propiedad de otro multimillonario como Jeff Bezos) a decirte que es inapropiado que una plataforma como Twitter, que se supone es un espacio para el debate público, esté en manos de un multimillonario con los principios de Musk.
Musk es, hoy, el hombre más rico del mundo. Algunos influencers y periodistas de grandes cadenas también le llamaron “racista”.
Hoy escribe Glenn Greenwald con acierto: “Ejemplo perfecto de cómo el partidismo de los medios corporativos los ha hecho irrelevantes. El New York Times escribe para los progresistas/demócratas. Los progresistas creen (o afirman) que cualquiera que se oponga a ellos es racista. Los conservadores saben que los medios progresistas acusan a todos los que se opone a ellos de ser racistas. Es un juego”.
En síntesis, lo que hay es una clara desconexión entre el mainstream media de lo que realmente quiere la gente. Esa desconexión los va a hundir, como ya está ocurriendo. Go woke, go broke.
Este artículo apareció originalmente en el Newsletter de El American del 2 de mayo de 2022. ¡Suscríbete gratis aquí!
Orlando Avendaño is the co-editor-in-chief of El American. He is a Venezuelan journalist and has studies in the History of Venezuela. He is the author of the book Days of submission // Orlando Avendaño es el co-editor en Jefe de El American. Es periodista venezolano y cuenta con estudios en Historia de Venezuela. Es autor del libro Días de sumisión.