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Las razones por las que más de 60 mil colombianos salieron a protestar contra el Gobierno de izquierda que lleva menos de dos meses en el poder

Marchas en contra del Gobierno de Gustavo Petro

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Al canto de “fuera Petro” una manifestación de 35,000 personas se tomó la avenida regional, una de las principales calles de la ciudad de Medellín, la segunda más grande en Colombia. Los manifestantes no solo cantaban por la salida del polémico presidente de izquierda, Gustavo Petro, sino que alzaban su voz preocupados por el futuro del sistema de salud, la economía y los derechos políticos de la oposición en Colombia.

No solo en Medellín, que destacó por una amplia asistencia, ocurrieron las marchas. Miles de personas salieron a las calles en Bogotá, Barranquilla, Cartagena, Bucaramanga y Cali, todas capitales regionales de Colombia. Según cifras de la policía nacional colombiana, hasta unas 60,000 personas salieron a marchar en todo el país.

La marcha viene de un descontento ciudadano que manifiesta una profunda desconfianza por el Gobierno de Petro y el establishment político colombiano, cada vez más cercano al que otrora calificaban como un político de extrema izquierda.

Entre la ciudadanía preocupa un paquete de reformas al sistema tributario, pensional, de salud y electoral propuesto por el Gobierno de Petro y a las que la oposición ha bautizado como las Petroreformas, un programa que busca dinamitar lo que la extrema izquierda colombiana conoce como “los vestigios neoliberales” de la Constitución de 1991.

El paquete de reformas del Gobierno de Petro

La petroreforma más inmediata es la reforma tributaria, que amenaza con cargar a las empresas con onerosos impuestos y a los ciudadanos particulares con otros tantos, para financiar un llamado gasto social, que el Gobierno del presidente Petro todavía no se molesta en explicar de qué trata.

En la polémica reforma tributaria se encuentra un impuesto a las gaseosas y comidas ultraprocesadas, que busca gravar el consumo pero sin arriesgarse a subir el impuesto al valor agregado (IVA), rechazado por la mayoría del electorado colombiano. A pesar del enfoque del impuesto algunos expertos apuntan que encarecerá el costo de los alimentos para las familias de más bajos recursos y podría llevar a la quiebra a miles de tiendas de barrio que dependen de la venta de este tipo de alimentos y bebidas.

La reforma tributaria también contiene un impuesto especial para las pensiones, otro al patrimonio y las herencias, así como un aumento en el impuesto a la propiedad raíz, todos estos tributos que impactan al bolsillo de la clase media, ese mismo estrato social que Gustavo Petro prometió no tocar en campaña cuando decía que su reforma solo grabará a las 4,000 familias más ricas del país.

60,000 personas en toda Colombia se manifestaron en contra del Gobierno de Petro. (EFE)

Aunque la reforma tributaria es tal vez el asunto de mayor preocupación para los colombianos, la reforma de pensiones es aun más radical que la misma tributaria.

La reforma pensional de Petro amenaza con acabar el sistema de aseguramiento individual y forzaría a la mayoría de las personas a cotizar obligatoriamente en el fondo de pensiones público, Colpensiones, que se encuentra ad-portas de la quiebra y solo es sostenible por las transferencias que recibe por parte del Gobierno año a año.

Una de las petroreformas que ha pasado de agache en la prensa colombiana es la reforma política, radicada ante el Congreso por el ministro del interior, Alfonso Prada, que le quita a los partidos políticos el derecho a presentarse con listas abiertas, y también les prohíbe buscar financiación externa para sus campañas, las cuales solo podrán ser financiadas directamente por el Estado.

La última petroreforma que causa temor entre la oposición colombiana es la reforma a la salud, una propuesta elaborada por la ministra de salud Carolina Corcho que busca acabar con el sistema de aseguramiento público-privado que ha construido el país para reemplazarlo por un sistema completamente centralizado y controlado por el Estado

La ministra Corcho ha levantado las sospechas de la oposición tras haberle pedido al Congreso que disminuya el presupuesto destinado al régimen de salud, petición que se ha interpretado como una maniobra para desfinanciar el sistema de aseguramiento en salud y causar la crisis que Corcho afirma necesaria para reformar la salud en Colombia.

La situación actual del país motivo de preocupación de los colombianos

Aparte de las petroreformas en Colombia están sucediendo otra serie de hechos que tienen preocupados a los colombianos opositores al Gobierno de Petro.

En la región del Cauca, en el pacífico Colombiano, los conflictos entre campesinos, empresas y movimientos indígenas por la tierra se agudizan; con enfrentamientos donde incluso hubo intercambio de disparos. El Gobierno de Petro ha brillado por su ausencia.

Por otro lado, muchos ciudadanos ven con preocupación las negociaciones con el grupo terrorista de extrema izquierda, ELN, cuyo garante de conversaciones es nada menos que la Venezuela de Nicolás Maduro, un régimen afín a esta organización narcoterrorista.

conflicto cauca

El conflicto por las tierras se agudiza en Colombia. (EFE)

El Gobierno ha extendido los diálogos con el ELN a otros grupos armados como el Clan del Golfo y los Urabeños. Según una exclusiva del periodista Daniel Coronell, la Administración Petro ofrecería a los delincuentes quedarse hasta con el 10 % de sus ganancias ilícitas si se someten a la justicia.

Preocupan también los desencuentros que ha tenido el Gabinete de Petro con el sector empresarial colombiano, en especial los de su ministra de minas y energía, Irene Vélez, que ha mostrado tener poca experiencia para ocupar la cartera que precede.

Vélez es una acérrima defensora de la agenda climática de Petro, que se reduce a atacar al sector de los hidrocarburos mientras busca tercerizar la demanda de los mismos con la Venezuela de Maduro.

En las tres ciudades principales del país: Bogotá, Medellín y Cali, sus alcaldes progresistas también fueron parte del foco de las protestas. La inseguridad en Bogotá, la corrupción en Medellín y la mala gestión en Cali tienen alarmados a los ciudadanos que durante las manifestaciones le dedicaron varias arengas de rechazo a la gestión de Claudia López, Daniel Quintero y Jorge Iván Ospina, en sus respectivas ciudades.

Tras 50 días, el Gobierno de Gustavo Petro, que prometió unir a los colombianos y construir sobre el diálogo, ha generado un clima político hostil y polarizador como no se veía en los últimos 30 años. Coincidentemente o no, el presidente Gustavo Petro organizó la reapertura comercial de la frontera con Venezuela para el mismo día de la marcha. Aun así los titulares de la prensa colombiana se lo llevaron los manifestantes y en un segundo lugar quedó la rimbombante apertura de aduanas.

Economist, writer and liberal. With a focus on finance, the war on drugs, history, and geopolitics // Economista, escritor y liberal. Con enfoque en finanzas, guerra contra las drogas, historia y geopolítica

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