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El marxismo cultural no existe, son los padres

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No quiero desmerecer la herramienta para la difusión del conocimiento que supone la enciclopedia Wikipedia, ni su utilidad como primera fuente de información a la hora de introducirnos en un tema, pero creo que deberíamos convenir que no es el pináculo de la sabiduría de la historia de la humanidad, ni tampoco se caracteriza por su rigor, exhaustividad o precisión a la hora de profundizar en ciertos temas. Sin embargo, nos guste o no, es la primera y a veces única fuente de información para millones de personas en todo el mundo, especialmente para los estudiantes que se encomiendan a ella cada vez que tienen que entregar un trabajo de clase. -Aunque dudo que sus profesores izquierdistas (disculpen el pleonasmo) les encarguen a sus alumnos trabajos sobre el marxismo cultural-.

Sí creo que cuando cualquier joven se encuentra por primera vez y, seguramente por casualidad, con la expresión “marxismo cultural” en algún artículo, charla, meme o, incluso, en el vídeo de algún youtuber, y lo que previsiblemente hace para informarse sobre el mismo es acudir a Google, el primer resultado que encontrará es el de Wikipedia, que le explicará que “el marxismo cultural, en su uso moderno, es una teoría conspirativa difundida en círculos conservadores y de extrema derecha estadounidenses desde la década de 1990.”

Es decir, Wikipedia, te explica que el marxismo cultural no existe, que sólo se trata de una teoría de la conspiración, y si eso no es suficientemente peyorativo, recalca que no se trata de una conspiranoia de las normales e inocentes, sino de ¡una teoría de la conspiración de la extrema derecha conservadora! Además, si crees en su existencia, la enciclopedia online, prácticamente nos tacha de locos con sombreros de aluminio, antisemitas e islamófobos, simultáneamente, xenófobos en general, así como de homófobos, misóginos y un largo etcétera de fobias y odios que, casualmente, ha ido acuñando e instrumentalizando la izquierda a lo largo de las últimas décadas.

Pero, ¿qué es el marxismo cultural? La enciclopedia virtual de libre acceso afirma que quienes utilizamos la expresión “marxismo cultural” nos estamos refiriendo a una supuesta forma de marxismo que se ha ido infiltrando de forma coordinada en las sociedades occidentales a través de agentes en las universidades y escuelas, religiones y movimientos espirituales, medios de comunicación, literatura, cine, música y cuanta forma de entretenimiento o cultura popular hay, con el objetivo de destruir instituciones tradicionales y subvertir valores occidentales como la familia, la propiedad privada, las libertades individuales, los derechos naturales y el capitalismo.

Antonio Gramsci, el influyente teórico marxista italiano, considerado uno de los padres del marxismo cultural, dijo que “la conquista del poder cultural es previa a la del poder político y esto se logra mediante la acción concertada de los intelectuales llamados orgánicos infiltrados en todos los medios de comunicación, expresión y universitarios”. -Lo pueden comprobar en Wikiquote

De igual manera sentenció que la clave era “adueñarnos del mundo de las ideas, para que las nuestras sean las ideas del mundo”. Al leer esto, parece que Wikipedia nos estuviera diciendo, imitando y parafraseando a otro famoso marxista -del único marxismo que considero inofensivo, el genial Groucho Marx-, quien decía: “¿A quién va usted a creer? ¿A mí que le digo que el marxismo cultural no existe o a sus propios ojos después de leer a Gramsci y mirar a su alrededor?”

Como si esta infiltración que explícitamente plantean no existiera, y como si uno no pudiese ver sus efectos en las mentes de millones de personas, -y tristemente- en una cada vez mayor proporción de jóvenes, que sólo albergan en sus cabezas radicales ideas izquierdistas y están condicionados para demonizar cualquier otro pensamiento u opinión que difiera de lo que la hegemónica izquierda cultural defina como lo único correcto y superior moralmente.

Los conceptos que reciben los jóvenes, de todas partes y a diario, son predominantemente ideas socialistas. Desde sus ídolos musicales hasta los deportivos, desde novelas y cómics hasta películas y videojuegos, desde celebrities e influencers hasta periodistas e intelectuales. Constantemente reciben estas ideas hasta del papa Francisco, de sus profesores universitarios, sus maestros en la escuela, sus cuidadores en la guardería e incluso de sus propios padres.

Soy consciente de que uno de los principales y más contundentes argumentos contra cualquier teoría de la conspiración es el de la llamada: “Pregunta de los Delatores”: ¿cuántas personas (y de qué tipo) deben ser conspiradores leales para que funcione? Cuantas más personas haya involucradas, más difícil es que no haya delatores o desertores que destapen la conspiración entre tantos famosos, políticos, empresarios, profesores o, como he afirmado, ¡incluso entre los propios padres!

Ante esto respondo con otra pregunta que quizás nos haga reflexionar sobre la facilidad de coordinar a muchas personas, durante mucho tiempo, en la persistencia de una mentira muy grande y evidente: ¿Existen Papá Noel, los Reyes Magos o el ratoncito Pérez? ¿No es acaso una conspiración de millones de adultos contando una mentira descomunal a todos los niños? No intentamos juzgar si es una tradición positiva o negativa para la crianza de un niño, sino de entender que existe una enorme conspiración planetaria en la que todos participan de forma activa o pasiva para sostenerla.

De niños todos nos creímos el engaño. Quien suscribe lo creyó. Incluso me ponían en Televisión Española imágenes de los Reyes Magos llegando en helicóptero a un estadio de fútbol.

Nadie, durante casi diez años se fue de la lengua, y si algún niño o adulto se chivaba sabía que iba a ser tratado como un “Grinch de la Navidad” e inmediatamente “cancelado”. En mi niñez no existía la  Internet, pero si hoy fuera a Google y preguntara “¿existen los reyes magos?”, al pinchar en el primer resultado, Los Reyes Magos existen, encontraría toda la información necesaria para seguir creyendo en “Sus Majestades” fervientemente.

Con el marxismo cultural pasa algo parecido pero al revés. Si pinchamos más allá de esos primeros enlaces que lo definen como teoría de la conspiración, y empezamos a detectarlo en la mayoría de los contenidos que llegan para consumir a diario, veremos que sí existe.

Queremos aprovechar algunas de nuestras columnas en “El American” para señalar elementos de la cultura popular que contienen y transmiten estas ideas contrarias a la libertad, pero sobre todo, nuestra intención es destacar la cantidad de películas, series, videojuegos, novelas, cómics, memes virales, música, podcasts, entrevistas, humoristas y todo tipo de piezas de la cultura popular que sí transmitan ideas favorables sobre la Libertad para contrarrestar el marxismo cultural ése que “no existe.”

Ignacio Manuel García Medina, Business Management teacher. Artist and lecturer specialized in Popular Culture for various platforms. Presenter of the program "Pop Libertario" for the Juan de Mariana Institute. Lives in the Canary Islands, Spain // Ignacio M. García Medina es profesor de Gestión de Empresas. Es miembro del Instituto Juan de Mariana y conferenciante especializado en Cultura Popular e ideas de la Libertad.

Social Networks: @ignaciomgm

4 comentarios en «El marxismo cultural no existe, son los padres»

  1. Muy buena nota, el Marxismo Cultural está incluso presente en las conversaciones entre amigos,con sólo prestar algo de atención se puede notar cómo muchos de los comentarios están impregnados de esas ideas. En la novela policial se dice que el mejor asesino es aquel que jamás imaginarias que lo es.Pues con ésto ocurre algo similar,he oído a personas que dicen no interesarse en lo mínimo en política, hablando de lo mal que funciona el mundo producto de la “desigualdad”. Obviamente jamás les va impediría expresarse, simplemente creo que no son conscientes del “virus” que han contraído. Antonio Gramsci evidentemente era un genio con las ideas incorrectas, algo así cómo ese jugador que ves luciendo la camiseta de tu clásico rival y te preguntas:
    “Qué diferente podría haber sido todo si éste hombre hubiera estado en nuestro equipo”

  2. Buen tema (como siempre), quisiera que hubiesen mas espacios y medios donde los valores como familia, propiedad privada, etc. sean tratados y no usados para manipular a la gente. Es increíble darse cuenta que la nueva generación tiene básicamente la cabeza llena de la basura propagandística que hemos dejado colar en la vida diaria.

  3. Pingback: 3 canciones que derribaron el Muro de Berlín

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