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El pasado viernes se registró el despido simultáneo más grande de la historia de la ciudad de New York. Se trató de al menos 1,430 trabajadores que decidieron no cumplir con el mandato de vacunación impulsado por el Gobierno del demócrata Eric Adams.
Despido simultáneo
El jueves, The New York Times había informado sobre el riesgo que corrían al menos 3,000 empleados de perder sus trabajos por no vacunarse contra el COVID-19. El despido, de 1,430 de ellos, se dio a pesar de que cientos tomaron las calles de la ciudad para pedir el fin del mandato.
“Sus súplicas fueron rechazadas por el alcalde Eric Adams, quien reafirmó el inminente ultimátum de la ciudad: si los trabajadores de la ciudad no se vacunan, serán despedidos”, reseñó NYT.
Funcionarios del Gobierno de la ciudad explicaron al NYT que a los trabajadores ya se les había suspendido el sueldo por su negativa a ser vacunados. La situación se da en un momento en el que, de acuerdo con estimaciones del periódico, 95 % de los 370,000 trabajadores de la ciudad han recibido al menos una dosis de la vacuna.
Voces contra la vacunación obligatoria
Todo ocurre en un momento en el que diversas personalidades se oponen a la vacunación obligatoria. Gobernadores republicanos como Ron DeSantis y Greg Abbott han impulsado medidas para evitar el mandato.
De hecho, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) también explicó que la “vacunación obligatoria no es admisible bajo ninguna circunstancia”.
Un artículo publicado por El American reseñó que la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, dijo en un seminario sobre acceso a medicamentos y vacunas que si bien los derechos humanos no prohíben los mandatos de vacunación, sí imponen límites sobre cuándo y cómo deben ser aplicados.
“Deben estar previstos por la ley, con las garantías procesales adecuadas, incluido el derecho a solicitar una exención y el derecho a apelar cualquier forma de sanción ante una autoridad imparcial e independiente”, sostuvo Bachelet.
