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México es una caricatura

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México es una caricatura, y no una bonita como las de Speedy González, sino más bien una retorcida y nihilista como Rick and Morty. Y el episodio correspondiente al 14 de enero ha sido el más extraño, absurdo y desesperanzador de la temporada 2021.

El día arrancó, literalmente, con una caricatura. El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) utilizó su conferencia matutina para poner escenas de Top Cat (Don Gato y su Pandilla) con el pretexto de “homenajear” al actor de doblaje Jorge Arvizu. Literalmente, López Obrador dijo: «A ver si no está Benito, era Benito, ¿no?, pero su voz. A ver, pon a Benito, a ver si la escuchamos. Don Gato y su Pandilla, y el Benito era el más simpático porque tenía una voz muy peculiar, en una de esas sí». 

Sería un detalle curioso si Andrés Manuel fuera el locutor de la hora de la nostalgia, pero es el presidente de un país dónde la crisis económica está en sus peores niveles en décadas, la inseguridad rompe récords y la pandemia de la COVID-19 avanza implacable. ¿Y el presidente? Plantando arbolito, jugando béisbol y viendo la tele.

Prioridades, literalmente, de caricatura. Imagen: Gobierno de México. México es una caricatura.
Prioridades, literalmente, de caricatura. (Gobierno de México)

Pandemia, impunidad y “coincidencias”

En cuanto al coronavirus, el 14 de enero The Wall Street Journal (WSJ) publicó un reportaje dónde demuestra que el daño de la pandemia es mucho mayor de lo que reconocen las autoridades. Durante el 2020 hubo hasta 300,000 fallecimientos por encima de lo normal. Eso significa que la cifra real de muertos por COVID-19 puede ser más del doble que los 137,000 reconocidos oficialmente por el Gobierno (al 14 de enero) y que tienen al país como el cuarto con más muertos a nivel mundial.

Lo que señalan los periodistas del WSJ no es ninguna sorpresa para millones de mexicanos: la gente no puede pagar para acudir a hospitales privados, pero tampoco acuden a los públicos porque los consideran “una sentencia de muerte”.

Hablando de muertes, ese mismo día el embajador de los Estados Unidos, Christopher Landau, declaró que la administración Trump le ofreció a su vecino del sur entregarle equipo no intrusivo para controlar el tráfico de armas en la frontera, pero México no lo aceptó.

La cerrazón del Gobierno mexicano es caricaturesca, en especial porque México lleva décadas justificando su propia incompetencia en materia de seguridad pública con el pretexto de que el problema son las armas que vienen del norte. Ahora se niegan a reforzar la colaboración para impedir ese mismo tráfico de armas. Incomprensible.

El guion de la caricatura quedó mucho más claro en la tarde de ese mismo día, cuando la Fiscalía General de la República anunció que no procederán judicialmente contra el general Salvador Cienfuegos, que hace unos meses fue arrestado en Estados Unidos por narcotráfico y luego regresó a México tras una opaca negociación entre la administración de Donald Trump y el Gobierno de López Obrador, cuyo canciller había declarado, semanas antes, que exonerar a Cienfuegos sería «casi suicida».

En respuesta a la previsible, pero absurda decisión del Gobierno mexicano, el Departamento de Justicia de Estados Unidos replicó que se reserva el derecho a reiniciar el proceso contra Cienfuegos, pero eso y la Carabina de don Ambrosio sirven para lo mismo. Obviamente el general no volverá a ir de vacaciones a Disneyland y se quedará tranquilo en México.

Ya como final del episodio, también ese día el periodista Carlos Loret dio a conocer que el Gobierno federal está destinando casi 6 millones de dólares (112 millones de pesos) en obras públicas en el área cercana al rancho “La Chingada” propiedad del presidente López Obrador, cuyo valor aumentará drásticamente gracias a los trabajos realizados con dinero de los contribuyentes. Como dirían en México, eso está de la… bueno, ustedes saben.

México es una caricatura: Cienfuegos, libre y liberado de acusaciones. (Efe)
Cienfuegos, libre y liberado de acusaciones. (Efe)

México es una caricatura, una muy mala

México se percibe condenado a seguir desperdiciando las enormes ventajas competitivas que representa ser vecino de Estados Unidos. De hecho, desde hace dos años el Gobierno mexicano parece empeñado en demoler la modernización institucional que surgió como resultado del North American Free Trade Agreement (NAFTA). Parece que el plan consiste en regresar al país a la bacana, pero desastrosa apuesta latinoamericana por el centralismo, el socialismo, el autoritarismo y el capricho político.

No es solo López Obrador. La oposición también parece sacada de un guion descartado en la Hanna-Barbera, incapaz de reconocer sus propios errores y conectar de forma auténtica con una sociedad que observa entre el cinismo y la desesperanza mientras se queda sin opciones creíbles de cara a los comicios el 6 de junio, en que se renovará la Cámara de Diputados, casi todos los congresos estatales, 15 gubernaturas y miles de alcaldías.

Sí, México es una caricatura, pero no es Speedy González, sino Rick and Morty, y con episodios como el 14 de enero solo queda esperar a que en un universo alterno las cosas estén funcionando mejor. ¿Y en este universo? Lo que queda es aferrarse a la esperanza de que eventualmente el país logre mandar a la chingada (el rancho de López Obrador, por supuesto) a los guionistas de esta muy mala caricatura.

Gerardo Garibay Camarena, is a doctor of law, writer and political analyst with experience in the public and private sectors. His new book is "How to Play Chess Without Craps: A Guide to Reading Politics and Understanding Politicians" // Gerardo Garibay Camarena es doctor en derecho, escritor y analista político con experiencia en el sector público y privado. Su nuevo libro es “Cómo jugar al ajedrez Sin dados: Una guía para leer la política y entender a los políticos”

1 comentario en «México es una caricatura»

  1. Interesante artículo que da mucho para reflexionar y crítica sin denostar. Ojalá llegue a muchos lectores y logré encender el entendimiento que en las manos de los mexicanos está la solución, el poder de lograr el cambio de rumbo. Y ojalá la oposición sepa capitalizar su oportunidad.
    Gracias Gerardo!

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