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La escasez de medicinas revela el ineptocidio en México

La escasez de medicinas es uno de los rostros del ineptocidio en México. Imagen: Danilo Alvesd via Unsplash

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La escasez de medicinas no es algo nuevo en México, pero las decisiones del Gobierno del Andrés Manuel López Obrador (AMLO) han empeorado la situación, cuestan miles de vidas que se suman a las muertes ocasionadas por el mal manejo de la pandemia. Lo de AMLO es, nuevamente, un ineptocidio, que no asesina por designio, sino por incompetencia.

Ahora, para añadir el insulto al daño, el Gobierno de México adereza su fracaso con arrogancia y paranoia, culpando a pacientes y familiares de ser parte de un complot de la oposición. Sí, tal cual. Así como suena. Veamos:

El 27 de junio, Hugo López-Gatell, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, participó en el programa Chamuco TV, conducido por propagandistas del régimen, y ahí declaró que: “el PRI y el PAN (…) están profundamente dolidos porque hemos cambiado la lógica de adquisición de medicamentos (…) entonces crearon esta fórmula de los niños con cáncer que no tienen medicamentos”, añadiendo que “esta idea de los niños con cáncer que no tienen medicamentos” es “parte de una campaña, más allá del país, de los grupos de derecha internacionales…ya con una visión casi golpista”.

Sin embargo, el desabasto de medicamentos no es una “narrativa” inventada en los cuarteles de la oposición, que de entrada carece del talento como para crear algo así. No, la escasez de medicinas es real y se profundiza con cada nueva torpeza del Gobierno de López Obrador.

Este año, la compra consolidada de medicamentos, que el Gobierno obradorista le encargó a la Oficina de Naciones Unidas de Servicios para Proyectos sumó 6 meses de atraso, a pesar de lo cual tan solo adjudicaron contratos para el 55 % de las 1,184 claves (medicinas, pues) que se necesitan en el país.

Entre las faltantes destacan la insulina humana (para la Diabetes), el Propofol (analgésico para la ventilación mecánica, indispensable en casos graves de Covid-19) e incluso medicamentos tan básicos como el Diclofenaco, la Amoxicilina y hasta el Ácido Acetilsalicílico. Es decir que, literalmente, la gran licitación que AMLO le encargó a la ONU no pudo conseguir ni Aspirinas.

Y esta escasez de medicinas adquiere tintes verdaderamente trágicos cuando se trata de enfermedades mortales. La falta de medicamentos oncológicos se ha convertido en un tormento constante desde que inició el Gobierno de López Obrador, y la situación está empeorando: En 2020 la ONG “Cero Desabasto” registró un incremento anual del 400 % en el reporte de falta de medicinas para el cáncer.

¿Y los funcionarios? responden con pretextos y promesas, incluyendo la del propio presidente, en su conferencia del 16 de junio, donde dijo que en la semana siguiente ya estarían los medicamentos, que siguen sin llegar.

La escasez de medicinas provoca movilizaciones en México. Imagen: EFE/ Sáshenka Gutiérrez
La escasez de medicinas provoca movilizaciones en México (EFE).

Ante la escasez de medicinas, la movilización

Y mientras tanto, la desesperación va dando forma a la respuesta ciudadana. También el 30 de junio, decenas de padres de niños con cáncer, que no están recibiendo medicamentos, a pesar de los pretextos y promesas del presidente López Obrador, bloquearon el acceso a la Terminal 1 del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), porque, como explicaron con el corazón en la mano “se siguen muriendo niños” sin que reciban las medicinas que nunca antes habían faltado a este nivel.

Las voces críticas comienzan a levantarse incluso entre los aliados del régimen obradorista. El periodista Federico Arreola, uno de los más leales defensores del presidente de México, publicó una breve pero lapidaria columna reconociendo el desabasto de medicinas, del que sufre en carne propia, porque uno de sus nietos requiere Metotrexato inyectable para el tratamiento de artritis idiopática juvenil sistémica. Fuera de cámaras, muchos simpatizantes de AMLO reconocen abiertamente que la escasez de medicinas es un gravísimo error del Gobierno.

El origen del problema: un capricho

De entrada, hay que aclarar que no es falta de dinero. En México el presupuesto sobra, al menos para los caprichos del presidente. López Obrador es aficionado al béisbol, así que el gobierno federal compró 2 estadios del rey de los deportes por la “módica” cantidad de $1,000 millones de pesos, e incluso el IMSS (Instituto Mexicano del Seguro Social) principal foco de las denuncias por desabasto de medicamentos, tiene el dinero como para gastar más de 10.3 millones de pesos en un “Campamento de preparación para la excelencia de béisbol juvenil”.

¿Entonces cuál es el problema?

Que el presidente López Obrador paralizó las compras de medicamentos a proveedores nacionales, porque supuestamente “eran corruptos”, y lleva dos años y medio tratando de arreglar el desastre que provocó, porque comprar medicinas a gran escala no es algo que se resuelva con una llamada telefónica o una visita a Walgreens.

Por el contrario, se requiere una enorme capacidad logística, tanto para la producción como para la distribución de los medicamentos. Dicha capacidad ya existía, y funcionaba razonablemente bien, pero AMLO decidió no utilizarla para castigar a los supuestos beneficiarios del antiguo régimen. En realidad, a quienes castigó fue a los pacientes y a sus familias.

Eventualmente al Gobierno mexicano se le ocurrió que la compra consolidada de medicamentos estuviera a cargo de una oficina de Naciones Unidas, una idea que sonaba bien en el papel, pero ha resultado desastrosa en la práctica, ya que estamos a mitad de año y siguen sin llegar.

Los funcionarios del Gobierno mexicano ofrecen que, ahora sí, en los próximos meses se regularizará el suministro y volverá a haber medicinas como ocurría antes de que López Obrador tomará el control del país. Sin embargo, para miles de mexicanos esa solución llegará demasiado tarde. Miles perderán la vida y muchos más habrán sufrido daños irreversibles y enormes sufrimientos de los que no había ninguna necesidad.

En 2015, cuando desde la oposición podía decir cualquier necedad que se le ocurriera, López Obrador prometió literalmente que “cuando triunfe Morena y se acabe la corrupción en la compra de medicinas, alcanzará para garantizar la gratuidad universal de medicamentos”. Bueno, pues Morena ganó y, según él, ya se derrotó a la corrupción. Sin embargo, no hay resultados, no hay mejoría y, lo más grave, no hay medicinas. Lo que sí hay es un ineptocidio.

Gerardo Garibay Camarena, is a doctor of law, writer and political analyst with experience in the public and private sectors. His new book is "How to Play Chess Without Craps: A Guide to Reading Politics and Understanding Politicians" // Gerardo Garibay Camarena es doctor en derecho, escritor y analista político con experiencia en el sector público y privado. Su nuevo libro es “Cómo jugar al ajedrez Sin dados: Una guía para leer la política y entender a los políticos”

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