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Migrantes venezolanos protestan en campamentos en frontera entre Estados Unidos y México

Editorial, detención masiva, texas

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Por Guadalupe Peñuelas

Cientos de migrantes venezolanos realizaron el jueves una protesta silenciosa en campamentos de tiendas de campaña, a ambos lados de la frontera entre Estados Unidos y México, para expresar su descontento con las recientes restricciones migratorias de Washington.

Migrantes consultados por Efe en Ciudad Juárez, situada al otro lado del Río Grande de El Paso, Texas, dijeron que intentan llamar la atención sobre la difícil situación que afrontan en su país, al tiempo que tratan de crear conciencia sobre el insuficiente apoyo de las autoridades mexicanas y de las organizaciones no gubernamentales.

Uno de los migrantes sostenía una bandera americana para simbolizar la persecución política a la que, según él, fue sometido en la Venezuela de izquierda, un país castigado duramente por las sanciones de Estados Unidos que ha estado sumido en una crisis económica durante años.

“Estoy aquí con la esperanza de conseguir asilo político. No puedo ir ahora a Estados Unidos, pero para mí la bandera representa esperanza”, declaró a Efe el sujeto que pidió no ser identificado por razones de seguridad.

El migrante detalló que tardó 75 días en llegar a Ciudad Juárez y que fue asaltado cuatro veces durante el viaje.

Por lo tanto, fue un golpe impactante para él el anuncio de que USA, en un abrupto cambio de política, anunciado el 12 de octubre por el Departamento de Seguridad Nacional (DHS), no le permitiría cruzar la frontera y solicitar asilo.

Bajo una nueva ampliación del Título 42, la política americana relacionada con la pandemia, que permite a los agentes fronterizos expulsar rápidamente a los migrantes para evitar la propagación del COVID-19, hace que los venezolanos indocumentados que llegan a la frontera sean detenidos y devueltos a México que ha aceptado recibirlos temporalmente.

Las nuevas “acciones conjuntas con México” permiten también que hasta 24,000 venezolanos que lleguen en avión, y tengan un patrocinador americano, soliciten un programa de libertad condicional humanitaria y obtengan un permiso temporal para trabajar en el país.

Pero los expertos en inmigración consideran que estas condiciones están fuera del alcance de muchos solicitantes de asilo venezolanos.

Antes del 12 de octubre, se alentaba a los venezolanos a emprender el largo viaje hasta Estados Unidos a sabiendas de que la falta de relaciones diplomáticas formales entre la patria de izquierda y Washington significaba que no podían ser devueltos con facilidad.

Ahora, muchos de estos emigrantes están varados en una ciudad donde las temperaturas pueden bajar hasta casi 6 C (43 F) en las primeras horas de la mañana.

“Si fuéramos a un refugio, la lucha no sería tan evidente. Ahora que estamos a la intemperie, se nota más”, agregó el migrante anónimo.

Otro migrante varado en Ciudad Juárez es Samir Zabian, quien afirmó que su plan sigue siendo llegar a USA, a pesar del nuevo proceso de aplicación de la ley de migración para los venezolanos.

“Le pedimos a (Joe) Biden (presidente de Estados Unidos) que ponga sus manos en su corazón y piense bien las cosas. Hay muchos niños que tienen hambre y frío”, dijo.

Las personas varadas en la frontera son “gente buena que busca una oportunidad de trabajo”, agregó.

Cientos de venezolanos deportados han llegado a las ciudades fronterizas mexicanas, tras la reciente ampliación del Título 42, una sección del código de salud pública que el entonces presidente Donald Trump implementó al inicio de la pandemia del COVID-19 para restringir los cruces fronterizos terrestres.

Hasta hace dos semanas, esa política no había afectado a los migrantes venezolanos porque las limitadas relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Venezuela dificultaban su repatriación y debido a esas complicaciones México se negaba a acogerlos.

Ahora México dice que aceptará temporalmente a “algunos” migrantes venezolanos, supuestamente como parte de un plan coordinado con Washington para disuadir a otros a hacer el traicionero viaje hacia el norte.

Fernando García, director y fundador de la Red Fronteriza por los Derechos Humanos, con sede en Estados Unidos, declaró a Efe que el cambio de política del Gobierno Biden ha creado una crisis humanitaria.

“Es una política que expulsa a los migrantes. Biden dijo que sería diferente en términos de migración, pero utiliza la misma política anti-inmigrante que el expresidente Donald Trump”, afirmó.

Por su parte, la secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) de México anunció hace dos días que daba por terminado el controvertido programa de Estados Unidos “Quédate en México”, bajo el cual decenas de miles de migrantes fueron obligados a esperar al sur de la frontera mientras sus casos de asilo se procesaban en tribunales de Estados Unidos.

En un comunicado, la SRE recordó que el Departamento de Seguridad ya había informado el 8 de agosto que pondría fin al programa, luego de que el Gobierno Biden obtuviera una sentencia favorable del Tribunal Supremo.

“Quédate en México” fue criticado por grupos de derechos humanos como un programa imprudente que ponía a los migrantes en riesgo de secuestro, extorsión y violación, entre otros abusos, en peligrosas ciudades fronterizas mexicanas como Ciudad Juárez.

Los activistas también critican la nueva ampliación del Título 42 que envía de vuelta a migrantes venezolanos, a través de la frontera, sin la posibilidad de buscar asilo en Estados Unidos.

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