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El millonario mercado de los terrenos en el metaverso

terrenos en el metaverso, El American

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El metaverso, eso que seguramente millones de personas aún ni siquiera saben qué es y que muchos otros tildan de un simple juego virtual, ya está generando millonarias cantidades de dinero por cuenta de un mercado en el que se intercambian terrenos que no existen en el mundo real.

Según la firma de inversión y análisis MetaMetric Solutions, las ventas de propiedades en las cuatro principales plataformas de metaverso que se dedican a estas transacciones alcanzaron los $501 millones en 2021 y en el 2022 se prevé que la cifra escale hasta los mil millones de dólares.

Las inversiones cada vez son más grandes y lo proyectos más llamativos. Republic Realm, una empresa que invierte y desarrolla activos en el mundo virtual llamó la atención cuando pagó 4.3 millones de dólares por un terreno comprado en Sandbox, la plataforma de bienes raíces que más factura en el metaverso, para desarrollar un proyecto llamado Fantasy Islands, que ofrece 100 islas, con sus lujosas mansiones y todos los artículos que un millonario quisiera tener. Alrededor de 90 de esas islas se vendieron el primer día que salieron a la venta por $15,000 cada una y varias de esas propiedades ya están disponibles para ser revendidas por más de $100,000.

El mercado de los terrenos en el mundo virtual, aunque desconocido para la mayoría de la gente, ya ha llamado la atención de grandes inversionistas, millonarios y artistas que no quieren llegar tarde al nacimiento de lo que para algunos es el futuro. Snoop Dogg es uno de los artistas que ya tiene sus terrenos en el metaverso, de hecho, recientemente alguien pagó $450,000 para convertirse en vecino del famoso rapero que ha creado un “Snoopverse” en un terreno donde construyó una réplica de su mansión en la vida real y donde planea dar conciertos y hacer eventos. Según MetaMetric Solution, solo en enero las ventas de terrenos en el metaverso superaron los $85 millones de dólares.

Tal vez la manera más sencilla de entender el porvenir que puede tener el metaverso es entendiéndolo como el paso siguiente a las redes sociales y a las aplicaciones para comunicarse, pero más allá de eso, compañías que están invirtiendo fuertemente en su desarrollo lo plantean como la próxima generación del internet.  

Mientras que por Zoom o cualquier otro tipo de videollamada usted puede hablar con sus amigos, en el metaverso usted puede invitar a sus amigos a su casa virtual, viajar a cualquier país, jugar, trabajar o simplemente ir a un bar donde haya decenas de avatares y disfrutar bailando. 

Pero el metaverso no solo plantea un escenario tentador para la diversión y reuniones con amigos, es una plataforma que según sus desarrolladores cambiará la forma de hacer negocios y trabajar. Facebook, cada vez permite a más empleados trabajar desde sus casas incluso en otros continentes y reunirse de manera virtual. Mark Zuckerberg está haciéndolo primero él, con su compañía, para mostrarle al mundo lo que el metaverso trae para el futuro del trabajo. 

Imagine lo que significaría para millones de empresas no limitarse a contratar gente de un país específico, sino estar abiertos a talento humano alrededor del mundo. Y cuánto dinero se ahorrarían las empresas si no tuvieran que tener a sus trabajadores en edificios y costear todo el gasto que ese mantenimiento implica. 

Para algunos, estos desarrollos nunca podrán generalizarse, porque creen que relacionarse en el mundo real es absolutamente necesario, pero para otros el mundo avanzará a un estado en el que incluso el escenario más conservador sería un método híbrido donde en cierta medida todos harán parte del metaverso.

Hay dos razones básicas por las que alguien podría querer una propiedad en el metaverso, la primera es porque disfrutan interactuar con otras  personas a través de realidad virtual y así como queremos que alguien visite nuestra página en internet o nuestras redes sociales, muchos quieren mostrar a sus amigos su espacio en el mundo virtual. Un lugar donde se pueden acumular los objetos que nos gustan y que hemos comprado en realidad virtual, de modo que en vez de ir a un espacio público podamos invitar a quienes queramos a entrar a un lugar que es nuestro y que muestra nuestra personalidad.

Pero además de lo llamativo de tener un espacio privado, está la posibilidad de invertir. Ya hay grandes inversionistas de diferentes sectores comprando propiedades y desarrollando  proyectos. Por ejemplo, el director ejecutivo de Tokens.com, Andrew Kiguel, ha anunciado que planea desarrollar un complejo de moda donde realizará eventos y mostrará el trabajo de tiendas minoristas. Kiguel recientemente gastó $2.4 millones en terrenos ubicados en el distrito de la moda de Decentraland y logró un fondo de 16 millones de dólares para invertir en bienes raíces del metaverso.

El metaverso parece que será un oportunidad enorme para cualquiera que busque hacer publicidad en un ambiente llamativo. No solo se trata de vender productos para realidad virtual, como accesorios para nuestro avatar o nuestra casa virtual, también en el metaverso se pueden vender y probar productos que vamos a usar en la vida real. Incluso aunque no se trate de un negocio o de querer vender un producto, para muchos hoy es una buena inversión comprar una propiedad en un mercado que apenas se está desarrollando y que según algunas de las mentes más brillantes de la actualidad será el futuro del internet.

No sobra decir que aunque sea tan llamativo y en los últimos meses esté creciendo tanto, es una inversión riesgosa. Como cualquier producto nuevo, aún no se puede asegurar que tendrá éxito y será sostenible en el tiempo. Eso sí, sea cual sea la posición que usted tome frente al metaverso, es innegable que sus desarrolladores están creando algo completamente nuevo, que para quienes disfrutamos de la realidad virtual abre un universo de posibilidades.

Vanessa Vallejo. Co-editor-in-chief of El American. Economist. Podcaster. Political and economic analysis of America. Colombian exile in the United States // Vanessa Vallejo. Co-editora en jefe de El American. Economista. Podcaster. Análisis político y económico de América. Colombiana exiliada en EE. UU.

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