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Ministerio de Propaganda de Biden: ¿el fin de la libertad?

Ministerio de propaganda, El American

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George Orwell, el desilusionado exescritor socialista, lo resumió bien en dos de sus clásicas sátiras políticas, Rebelión en la granja (1945) y 1984 (1949). La importancia de controlar la narrativa de los medios de comunicación, las noticias y el discurso público es fundamental si se quiere instaurar una dictadura. En cuanto a los regímenes totalitarios (de la peor clase), el monopolio de los medios de comunicación y de la información (o desinformación) que emana de ellos, es una pieza central de su estructura organizativa. La administración Biden pretende instituir una agencia de policía política dentro de uno de los departamentos del gobierno federal, nada menos, que en el de Seguridad Nacional (DHS). La denominada “Junta de Gobierno de la Desinformación” es un plan de acción que emana, con gran audacia, del marxismo cultural (o neo-marxismo). 

La KGB dedicó la mayor parte de los vastos recursos de su agencia a la difusión de la desinformación. El modelo despótico post-soviético, diseñado y dirigido actualmente por Vladimir Putin, ha continuado y construido sobre este infame legado. La libertad de expresión y la disponibilidad de puntos de vista plurales no censurados por el gobierno o los cuasi monopolios privados, es esencial para una república. La infracción de los derechos básicos de pensamiento, expresión e intercambio de ideas en asambleas pacíficas son inherentemente primordiales para una democracia que funcione, medidas similares a un Ministerio de la Verdad o de la Propaganda son antitéticas para una sociedad libre. La mayor amenaza para Estados Unidos hoy en día es una minoría interna. Esta élite, la oligarquía, está compuesta por el Partido Demócrata de Barack Obama, los medios de comunicación dominantes, las grandes empresas tecnológicas y las empresas de inversión y de capital woke de la nación.

Herbert Marcuse, un miembro prominente de la Escuela de Frankfurt (FS), expuso en su ensayo de 1965, “La tolerancia represiva“, la racionalización de la censura estatal para promover el socialismo. El pensador y activista neo-marxista argumentó que “… lo que hoy se proclama y practica como tolerancia, en muchas de sus manifestaciones más efectivas, sirve a la causa de la opresión”. En otras palabras, la diversidad de opiniones que niega la moral socialista está al servicio de la “opresión”. Con una sinceridad brutal, Marcuse añadió: “La tolerancia liberadora, entonces, significaría la intolerancia contra los movimientos de la derecha y la tolerancia de los movimientos de la izquierda”.

El comunista alemán y mentor de Angela Davis, la marxista, y miembro del Partido de las Panteras Negras, está afirmando sin paliativos que la intolerancia debe practicarse hacia la Derecha, mientras se permite la tolerancia exclusivamente para la Izquierda. Esto ciertamente se hace eco del sentimiento de Silicon Valley, del despierto Wall Street y del Washington demócrata de estos días.    

El esquema del Ministerio de la Verdad de Biden no es el primer intento de supresión de la disidencia por parte de la cábala izquierdista que dirige el gobierno americano en la actualidad. La conspiración de la supremacía blanca, que se ha convertido en un elemento básico de la narrativa subversiva de la izquierda, se acomoda a la prescripción de censura de Marcuse. HR 350, el proyecto de ley de “Terrorismo Doméstico“, señaló explícitamente a los grupos nacionalistas blancos como amenazas a la seguridad nacional, por ejemplo, y ni siquiera se mencionó a las organizaciones comunistas como Black Lives Matter y Antifa, que aterrorizaron a Estados Unidos en el verano de 2020. La compra y potencial liberación de Twitter por parte de Elon Musk ha inquietado a la izquierda. La policía política del DHS en su guerra contra la Derecha, así como el Centro, debe ser desafiada. 

El socialismo sectario, con sus políticas represivas woke, señala el fin de la libertad en Estados Unidos. El mundo libre se enfrenta a muchos desafíos. El régimen de Putin está desafiando el orden democrático internacional. Ucrania es solamente un primer paso. China, aunque con el revés de la determinación del pueblo ucraniano de seguir siendo libre y el apoyo de Occidente a su esfuerzo, seguirá siendo un peligro imperialista amenazante. Aquí, en Estados Unidos, los mayores enemigos son internos. Un Ministerio de Propaganda es otra manifestación de este hecho.  

Julio M Shiling, political scientist, writer, director of Patria de Martí and The Cuban American Voice, lecturer and media commentator. A native of Cuba, he currently lives in the United States. Twitter: @JulioMShiling // Julio es politólogo, escritor, director de Patria de Martí y The Cuban American Voice. Conferenciante y comentarista en los medios. Natural de Cuba, vive actualmente en EE UU.

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