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Molnupiravir: ¿cómo el capitalismo creó el primer medicamento para el coronavirus?

Molnupiravir

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El capitalismo volvió a demostrar que triunfó en su aporte a la ciencia. La semana pasada, la publicación de estudios clínicos en Fase III (MOVe-OUT) de un nuevo tratamiento oral, llamado Molnupiravir, efectivo para el coronavirus generó esperanza en la comunidad científica.

Se trata de un medicamento antiviral oral en fase de investigación para el tratamiento de la enfermedad de leve a moderado en adultos que corren el riesgo de evolucionar a COVID-19 grave y/o de ser hospitalizados.

De acuerdo con los estudios, la píldora experimental redujo el riesgo de hospitalización o muerte en aproximadamente 50 %. Esto de acuerdo con el análisis interino positivo del estudio de Fase 3. En el análisis interino, 7,3 % de los pacientes que recibieron molnupiravir fueron hospitalizados o fallecieron, en comparación con el 14,1% de los pacientes tratados con placebo.

¿Quién está detrás de este avance científico del Molnupiravir?

La medicina fue desarrollada por la empresa farmacéutica MSD, conocida como Merck&Co en Estados Unidos y Canadá, junto con su socio Ridgeback Biotherapeutics, que ya pidió a la autoridad sanitaria su aprobación en uso de emergencia.

“Se necesitan con urgencia más herramientas y tratamientos para combatir la pandemia de COVID-19, que se ha convertido en una de las principales causas de muerte y continúa afectando profundamente a los pacientes, las familias y las sociedades, y ejerce presión sobre los sistemas de atención médica en todo el mundo”, dijo Robert M. Davis, director ejecutivo y presidente de Merck. 

Ante las esperanzas creadas por la compañía, surgieron dudas sobre la historia de la empresa. Todas las respuestas concluyen en que la innovación y el capitalismo son herramientas fundamentales para el desarrollo de la sociedad.

Merck & Co. se fundó en Estados Unidos el 1 de enero de 1891. George Merck, de 23 años, estableció la empresa para distribuir productos químicos en la ciudad de Nueva York. En 1933 se creó el Laboratorio de Investigación Merck en Rahway, Nueva Jersey. El laboratorio representó la incursión inicial de Merck en la investigación farmacológica e incluyó tres divisiones separadas: Pure Research, el Instituto Merck de Investigación Terapéutica e Investigación Aplicada.

En su historia, la empresa ha desarrollado diferentes medicamentos y vacunas para muchas patologías. En su filosofía reconocen que trabajan para obtener ganancias. Sin embargo, tienen claro que los que los motiva a continuar innovando ha sido ayudar a la sociedad.

En un momento decisivo para la empresa, cuenta su página oficial, George W. Merck dio una charla en el Medical College of Virginia en Richmond, durante la cual hizo una famosa declaración sobre cómo la comunidad médica y farmacéutica podría tener éxito.

“Tratamos de recordar que la medicina es para el paciente. Tratamos de no olvidar nunca que la medicina es para la gente. No es para las ganancias”, aseguró.

El desarrollo de medicamentos gracias a la inversión privada ha permitido erradicar enfermedades, y en el último año se demostró la necesidad de que el esfuerzo privado continúe dando aportes a la medicina y la sociedad.

Molnupiravir se  suma a las vacunas en la lucha contra la pandemia (Imagen: EFE)
Molnupiravir se suma a las vacunas en la lucha contra la pandemia (Imagen: EFE)

El escritor sueco Johan Norberg, en su escrito En defensa del capitalismo global (2001), resaltó algunos avances en el planeta gracias al aporte de dicho sistema económico. Entre ellos, destacan que entre 1965 y 1998, el ciudadano medio multiplicó por dos sus ingresos, pasó de 2,497 a 4,839 dólares. También indicó que el desarrollo material del último siglo permitió que se haya liberado de la pobreza a más de 3,000 millones de seres humanos.

Además, no hay que ir tan lejos. Hace menos de dos años, el mundo comenzó a enfrentar desafíos con la llegada del coronavirus, la declaración de una pandemia y el colapso del sistema sanitario en diferentes países, y aunque parecía que sería difícil conseguir una solución al corto plazo, las empresas privadas y líderes pro-mercado lo lograron.

En marzo de 2020, a inicios de la pandemia, el entonces presidente Donald Trump ya se había reunido con empresarios para el desarrollo de una vacuna. El 15 de mayo, el republicano anunció el inicio oficial de la Operación Warp Speed, que se trató de una asociación público-privada iniciada por el Gobierno Federal para facilitar y acelerar el desarrollo, fabricación y distribución de vacunas contra el COVID-19 .

“Estamos muy convencidos de que tendremos una vacuna para finales de este año”, dijo en ese momento Donald Trump.

Este logro no hubiese sido posible si no se hubiese realizado la alianza entre su Gobierno y la empresa privada. De hecho, expertos decían que lo más pronto que se podía tener un antídoto para la enfermedad sería en 18 meses, pero se logró en 8.

En los siglos anteriores el ser humano no tenía las condiciones de bienestar que se tienen en la actualidad. Hoy los ciudadanos tienen una mejor calidad de vida y esto ha sido gracias a que se ha permitido el desarrollo individual y con ello el impulso de empresas privadas que han dado paso a la innovación.

Mientras sistemas políticos como el socialismo propone quitarle las riquezas a unos para darle a los otros; el capitalismo incentiva la generación de riquezas para el goce de toda la sociedad.

Finalmente, estos avances demuestran que la pandemia trajo consigo una devastación económica y de salud muy grande. Pero también dejó claro una vez más que, aún en tiempos donde pareciera que todo ya está creado, es necesario el capitalismo y la libertad para lograr sociedades más avanzadas y ricas.

Williams Perdomo es periodista y escritor, especializado en las fuentes Política y Cultura.

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