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Mujeres y niños refugiados ucranianos se han convertido en el objetivo de grupos criminales para la trata de personas

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Las mujeres y los niños ucranianos que huyen de la guerra en Ucrania se han convertido en objetivo de grupos criminales de tráfico de personas o de delincuentes sexuales que se aprovechan de la situación de vulnerabilidad de los refugiados que llegan a Polonia.

Las autoridades polacas afirman haber detectado la presencia de delincuentes en los alrededores de las estaciones de tren de Varsovia y Przemys, cerca de la frontera con Ucrania.

Mientras el 99 % de los polacos quiere ayudar a los refugiados ucranianos, las organizaciones criminales de tráfico de personas están viendo una oportunidad de negocio con la llegada de refugiados ucranianos, dijo a Efe el alcalde de Varsovia, Rafal Trzaskowski.

Desde que Rusia inició una invasión a gran escala de Ucrania el 24 de febrero, la población de Varsovia ha aumentado un 15 %, con más de 200.000 refugiados ucranianos instalados en la capital polaca, según datos oficiales.

“Intentamos distribuir información a las mujeres para decirles que deben tener cuidado. Que no deben aceptar ninguna ayuda si están solas. Que viajen en grupo y que pidan los datos de las personas que les ofrecen ayuda si no son del gobierno o de las ONG que están registradas con nosotros. Tenemos que estar atentos”, advirtió Trzaskowski.

“Ya ha habido casos en los que la gente ha intentado abusar de la situación”, dijo a Efe la coordinadora del punto de recibimiento de la estación, Katarzyna Niwinska, que destacó el caso de una joven a la que un hombre ofreció ayuda y le exigió que le enviara una foto de su cuerpo antes de ir a recogerla a la estación.

Más de 100 voluntarios han sido enviados a la estación para impedir que se aprovechen de las mujeres y los niños.

Mientras tanto, en Przemysl, medio millón de refugiados, principalmente mujeres, niños y ancianos, han llegado a la estación de tren.

“Desde el primer día intentamos tener mucho cuidado con este tipo de situaciones cuando alguien recoge a una persona en la estación”, dijo el alcalde de Przemysl, Wojciech Bakun.

Para controlar la situación y proteger a los refugiados, las autoridades locales han puesto en marcha un sistema en el que los conductores deben estar registrados con licencia, matrícula del coche y haber acordado un destino antes de recoger a un refugiado.

“Así sabemos con qué conductor va cada refugiado y a dónde va. Con este sistema, nadie puede salir del punto de recogida sin un brazalete especial para que la policía sepa que es un refugiado y un conductor registrado”, añadió Bakun.

Los refugiados también tendrán acceso a una aplicación de teléfono móvil en la que podrán confirmar que han llegado sanos y salvos a su destino.

“Los conflictos crean oportunidades para que florezca el crimen organizado y amplifican la amenaza que los grupos criminales pueden suponer para la seguridad interna”, dijo la agencia policial Europol.

La Comisión Europea también ha advertido del riesgo de que las mujeres y los niños que llegan de Ucrania caigan en manos de las redes de tráfico de personas, en particular los huérfanos, que son grupos “extremadamente vulnerables” de los que se suele explotar sexual o laboralmente.

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