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¿Por qué una no-fly zone es innecesaria por ahora?

No-fly zone

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El debate sobre establecer una no-fly zone en Ucrania es cada vez más candente. Hemos visto al presidente de Ucrania Volodímir Zelenski, en varias ocasiones pedir en comunicados oficiales a la OTAN que establezca dicha zona para restringir el vuelo de aeronaves rusas sobre el cielo ucraniano.

Los ucranianos han acudido a los clamores de su mandatario y han inundado las redes sociales con el #closethesky, por donde tienen la oportunidad. La petición no ha llegado a oídos sordos y entre los republicanos se debate la conveniencia de establecer una no-fly zone.

Sin embargo, por encima de los clamores, desde el punto de vista militar: ¿Es necesaria una no-fly zone? ¿Es al menos conveniente en estos momentos?

Para ponernos en contexto establezcamos qué es una no-fly zone y qué implicaría. Una no-fly zone es una restricción por parte de una fuerza militar al espacio aéreo de otro país, eso significa que cualquier aeronave no autorizada que esté en dicho espacio aéreo será considerada como objetivo militar.

Si lo que espera Ucrania es evitar que las aeronaves rusas despeguen, una no-fly zone no es menos urgente a que Occidente envíe tropas al terreno, por no decir que su efecto sería el mismo.

Una no-fly zone por parte de la OTAN entraría en conflicto con las restricciones de vuelo impuestas por Rusia al comienzo de la invasión a Ucrania.

La imposición de una no-fly zone por parte de Occidente llevaría inevitablemente a una confrontación directa, pues para que la no-fly zone sea real, la OTAN tiene que estar dispuesta a derribar aeronaves rusas, que a su vez están dispuestas a derribar aeronaves occidentales, pues bajo su perspectiva Occidente estaría violando sus restricciones.

Simplemente, una no-fly zone, se interpretaría como una declaratoria de guerra y millones de personas quedarán arrastradas a un conflicto de proporciones globales (y nucleares) que de momento solo es regional.

La Fuerza Aérea rusa en Ucrania

Entendamos una cosa, la Fuerza Aérea rusa (VKS), a diferencia de las Fuerzas Aéreas Occidentales, es más una extensión de su Ejército de Tierra, que una entidad autónoma capaz de generar cambios estratégicos en el cambio de batalla por sí sola.

“La doctrina rusa no requiere que los aviones de combate de la VKS controlen grandes extensiones de espacio aéreo para perseguir los objetivos de la campaña a través de ese mismo espacio aéreo”, explica David Axe, experto en defensa aeroespacial.

Según Axe: “En la doctrina rusa, los cazas aire-aire existen brevemente para controlar pequeñas franjas de aire para permitir que los aviones de ataque vuelen, arrojen sus bombas y salgan volando”.

Tras tres semanas de conflicto Rusia no ha logrado establecer supremacía aérea en Ucrania. (EFE)

En otras palabras, mientras que Estados Unidos utiliza sus fuerzas aéreas para devastar al máximo posible las fuerzas enemigas en tierra, y establecer una superioridad aérea absoluta, como fue el caso de la Operación Tormenta del Desierto; la VKS está para atender los objetivos tácticos que requiera el Ejército de Tierra (destruir un tanque, una estación de radio, etc.). Esta es la principal razón por la que la Fuerza Aérea rusa, incluso teniendo superioridad material respecto a Ucraniana, no ha tenido un mayor protagonismo en la guerra.

Lo cierto es que la doctrina de guerra aérea rusa, junto con la carencia de misiles teledirigidos que presenta la VKS, están llevando a los pilotos rusos a la morgue, pues deben arriesgarse a volar bajo para impactar en su objetivo. Pero esto, a la vez, los expone a las miras de los muy numerosos Manpads (sistema de defensa aérea portátil) que poseen el Ejército y la Defensa Territorial de Ucrania, y suministrados por Occidente.

Según el Ministerio de Defensa de Ucrania 77 aeronaves rusas han sido derribadas en su territorio hasta la fecha. Fuentes independientes han podido confirmar al menos trece de esos derribos. Dentro de los derribos confirmados hay 6 cazabombarderos SU-25, 4 cazas Su-34, 2 cazas SU-30, y un avión de transporte AN-26.

Si Occidente quiere ayudar a Ucrania, debe buscar la forma de darle más sistemas de defensa antiaéreos tanto de corto como de largo alcance. Es decir, Ucrania para ganar esta guerra necesita más Javelins, misiles SAM, y armas similares para compensar su carencia de aeronaves.

Como el Stinger en los 80 en Afganistán, las armas antiaéreas occidentales están causando un desastre entre los pilotos rusos. En tres semanas de guerra, Ucrania ha logrado derribar al menos 33 helicópteros rusos, lo que ha causado que los pilotos rusos tengan que disparar así:

Como se observa en el vídeo, los pilotos rusos están tratando de disparar sus cohetes en ángulo parabólico, como si fuera una pieza de artillería, en vez de dispararlos directamente, pues la segunda alternativa implica acercarse más a las tropas ucranianas y arriesgarse a ser impactado por un misil de un Manspad.

La realidad es que la VKS no ha logrado establecer la supremacía aérea en Ucrania, mientras que Fuerzas Armadas ucranianas han logrado destruir varias unidades rusas desde el aire, y en especial con el uso de drones como el Bayraktar TB2s turco.

La horrible doctrina de guerra rusa y lo que implicaría establecer una no-fly zone

Tal vez la parte más despreciable de toda la guerra aérea, es la costumbre rusa de bombardear hospitales y otras instalaciones médicas. En Siria, la VKS fue responsable de bombardear más de 100 instalaciones hospitalarias, algunos hasta 3 y 4 veces, y en Ucrania ha bombardeado 18.

La doctrina de guerra ruso/soviética contempla dentro de sus manuales la despoblación de un área bélica lo más rápido posible. De esta forma, en Afganistán, los rusos lograban despoblar completamente regiones enteras en menos de dos días.

Bombardeos indiscriminados a civiles, una táctica aceptada por el Estado Mayor Ruso. (EFE)

Aunque en apariencia una no-fly zone podría parecer incluso como una respuesta humanitaria a este problema, lo más probable es que Rusia no la acate y para terminar con los bombardeos la OTAN tenga que interceder y atacar blancos rusos en tierra.

Hay formas más efectivas y menos riesgosas para el mundo de luchar contra Rusia

Los Manspad y los sistemas aéreos de largo alcance están funcionando, y tienen asustados a los pilotos rusos, por lo que Occidente tiene que procurar que más de ellos le lleguen a Ucrania.

El Ejército ucraniano en estos momentos si bien no tiene déficit de voluntarios, sí de armamento, por lo que procurar que las armas sigan fluyendo es una primera necesidad.

Cabe anotar que ha habido varias deserciones de extranjeros de la fuerza de Defensa Territorial en Ucrania, entre ellas la de un veterano de la legión extranjera francesa que cuenta: “Solamente teníamos un cartucho por proveedor, no teníamos cascos, no teníamos protectores, no teníamos nada (…) en la unidad la que estaba parecían todos boy scouts, en la noche hacían fogatas, las luces blancas encendidas (…)”.

Ucrania necesita atraer soldados profesionales, sin embargo, los problemas de aprovisionamiento que están denunciando harán muy difícil retener o incluso atraer cualquier tipo de profesional. Occidente debe brindar más armamento y más profesionales para este tipo de unidades.

En estos momentos, el gobierno ucraniano ofrece una amnistía y una recompensa de $48,000 a todo soldado ruso que deserte. Aunque no sabemos qué tanto resultado ha dado esta estrategia, la deserción es un negocio riesgoso para un soldado, pues se arriesga a perder la vida al huir de su unidad, y muy seguramente a ser fusilado si Ucrania termina siendo el lado perdedor.

Muchos miembros de la Defensa Territorial de Ucrania se encuentran mal aprovisionados. (EFE)

Sin embargo, el profesor de economía Bryan Caplan sugiere que Occidente debería hacer una propuesta más ambiciosa y ofrecerle $100,000 de recompensa a cada desertor ruso y asilo político, para evitar ser fusilado por Putin.

“Incluso en un escenario mágico en el que los aproximadamente 200,000 militares rusos acepten el trato, $100,000 dólares por soldado son apenas $20,000 millones de dólares. Eso es menos de una quinta parte de lo que Alemania ahora planea gastar en defensa solo en 2022”.

Por lo demás, la guerra no parece ir yendo muy bien para Rusia, el Pentágono estima que en las tres semanas del conflicto han perecido 7,000 rusos, esto es casi la mitad de las muertes que la URSS tuvo en 10 años de conflicto en Afganistán.

Teniendo en cuenta que muy buena parte del Ejército ruso son conscriptos pobres y mal adiestrados, no es improbable que con unas buenas condiciones de rendición y garantías cientos se sientan incentivados a dejar las armas.

Aunque la situación parece extremamente precaria para el pueblo ucraniano, con el apoyo adecuado hay soluciones menos riesgosas para asegurar la derrota de Rusia que una no-fly zone que podría lanzar al resto de Occidente a una guerra casi segura con un dictador al mando de una potencia nuclear.

Economist, writer and liberal. With a focus on finance, the war on drugs, history, and geopolitics // Economista, escritor y liberal. Con enfoque en finanzas, guerra contra las drogas, historia y geopolítica

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