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Obama se burla de los hispanos

“Los hispanos que votaron por Donald Trump son fanáticos evangélicos ahogados en homofobia”. Ese fue básicamente el argumento que Barack Obama exprimió en The Breakfast Club  al ser consultado sobre su opinión de por qué Trump aumentó su apoyo entre las minorías, especialmente entre los hispanos, siendo decisivo en el Estado de Florida donde Trump ganó por un cómodo margen.

“La gente se mostró sorprendida de que muchos de los amigos latinos votaran por Trump. Pero hay muchos hispanos evangélicos para los que el hecho de que Trump diga cosas racistas sobre los mexicanos o ponga a trabajadores indocumentados detenidos en jaulas es menos importante que el hecho de que apoye sus visiones en torno al matrimonio homosexual o el aborto”, afirmó el expresidente.

Se ha escuchado muy a menudo intentar hacer la imposible comparación entre Donald Trump y Hugo Chávez. Sin embargo el autor de este artículo, que vivió los sombríos años del chavismo, recuerda que precisamente una característica del chavismo es, por una parte, ridiculizar a los votantes del adversario (lejos de tratar de convencerlos o escucharlos) y se busca su humillación y posterior segregación. La otra característica es la etnización de la política: creer que por tener determinado color de piel, determinado apellido u origen se está condenado a apoyar a un partido político, dejando de ser individuos con propia opinión a convertirse en mascotas de un determinado movimiento electoral.


Sin embargo, lo que hace Obama, como buen demagogo, no es nada sorprendente. Preguntarse por qué tantos hispanos en Florida le dieron el voto a Trump nos daría tanto evidencias de las luces del actual presidente como de las oscuras sombras de Obama. Para recuperar Florida los demócratas necesitan cuestionarse el cómplice acercamiento hacia el régimen de los Castro en Cuba y su posición ambigua hacia las tiranías de Maduro y Ortega. Necesitan apartarse de los demonios a los que le han abierto las puertas en su partido y contradecir a su estrella en ascenso, la muy socialista Alexandria Ocasio-Cortez. Trump, en cambio, en sus cuatro años tuvo una política firme hacia el régimen castrista y por primera vez aparecía un presidente americano dispuesto a frenar la tiranía de Maduro. Por primera vez en mucho tiempo hubo una administración en Washington preocupada por los asuntos del hemisferio más allá de grandes cumbres en las que se hablaba mucho sin decir nada.

No obstante, para un demagogo es más fácil caer en el campo de la descalificación y la mentira, como por ejemplo acusar a los hispanos republicanos o simples votantes de Trump como evangélicos fanáticos que odian a los homosexuales; afirmar que Trump es homófobo (aun cuando éste esté a favor del matrimonio igualitario) o culpar a Trump por las famosas jaulas cuando en realidad fueron construidas por el Obama. Se ignora, además, el hecho de que casi el 30% de homosexuales votaron por Trump, le faltaba decir a Obama que se trataba de gays anti-gays.

La política de identidades se ha convertido en la constitución del Partido Demócrata, razón por la que Joe Biden incluso llegó a decir en plena campaña que “un negro que no vote por mí entonces no es negro”. Esta nefasta política de identidades, que ha dividido a una de las sociedades más exitosas de la historia en pequeñas comunidades aisladas en las cuales los individuos llegan a sentirse miembros de un colectivo antes de ser individuos con libre albedrío, es uno de los crímenes políticos más dañinos que se le ha hecho a Estados Unidos. 

La idea consiste en una especie de chantaje por el cual los individuos que constituyen dichas minorías abandonan su propio raciocinio para apoyar sin previa reflexión a un partido en específico, el cual se apropia discursivamente de la representación “legítima” de dichas minorías. Así pues, los demócratas son los hispanos, los gays, los afroamerianos. No importa que Ted Cruz o Marco Rubio sean hispanos: la representación hispana se hace exclusiva de los demócratas, y cualquier hispano que ose no darles el voto se convierten en una especie de traidores a su “raza”, es por ello que se cuestiona con tanta fuerza el resultado de Trump entre las minorías.


En un pasado, en el mundo occidental los trabajadores votaban por la izquierda. Cuando fueron traicionados al aliarse con los burgueses progresistas de California y Nueva York, comenzaron a cambiar sus votos hacia alguien que sí represente sus intereses actuales. En 2016, Trump dio la inmensa sorpresa de ganar, contra todo pronóstico, los estados industriales de Pensilvania, Michigan y Wisconsin, a pesar de que las encuestas daban a Hillary Clinton una victoria aplastante. Ganó el Estado de Ohio con una ventaja abrumadora, cuando siempre fue un Estado péndulo. Incluso aceptando los polémicos resultados electorales de este año, en un estado como Wisconsin, donde Obama ganó por 213 000 votos a Romney, esta vez Trump lo perdería por apenas 20 000 votos. Ohio lo seguiría manteniendo con una confortable distancia.

Los demócratas no entendieron en su momento (y no lo hacen ahora) los factores que hicieron que tanta gente los abandonase para sumarse a las filas de Trump, de la misma forma en la que no entienden el acercamiento de muchos hispanos al Partido Republicano (GOP). Si los demócratas desaprovechan estos próximos cuatro años, lo más seguro es que consigan que Florida se consolide como un estado republicano, algo que representa una gran oportunidad para que el GOP expanda su base con individuos de origen hispano que desean ser reconocidos en base a sus méritos más allá de ser instrumentalizados en base al origen de sus apellidos.

César Sabas

7 comentarios en «Obama se burla de los hispanos»

  1. Excelenteeee!!! Este artículo da en todo el centro del pecho de este personaje. Describe con precisión a un Obama que se muestra ahora tal cual es. Un individuo que se atreve a descalificar a un grupo humano por haber votado por quién él no quiere, son señales más que claras de un espíritu totalitarista. Desde luego que la “gran prensa”….guarda silencio, calla y otorga porque ahora sí les conviene.

  2. Excelenteeee!!! El articulista da en todo el centro del pecho. Ha descrito con gran precisión a un Obama que se muestra ahora tal cual es. Un individuo que se atreve a descalificar a un grupo humano por haber votado por quién él no quiere, son señales más que claras de un espíritu totalitarista. Desde luego que la “gran prensa”….guarda silencio, calla y otorga porque ahora sí les conviene.

  3. Excelente analisis, estoy de acuerdo con su manera tan clara y precisa de lo que sucede,… Yo pertenezco al estado de Arizona…Phoenix, y claramente veo lo que ud …..en su articulo afirma…..

  4. Muy bueno este artículo, denota conocimiento de lo actual en política norteamericana, especialmente de como los demócratas pretenden hacer ver que son los puntas de lanzas en las luchas contra la segregación racial y de la homofobia, violencia de género, etc., lo cual los acerca a los socialistas que hacen lo mismo. Me gustaría leer con frecuencia a este buen articulista .

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