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“En Nicaragua las noticias son claras, hay diálogo, se ha hablado con el Gobierno. Hay diálogo, pero esto no quiere decir que se apruebe o desapruebe todo lo que hace el Gobierno”, agregó.
El papa aseguró que “hay problemas y hay que resolverlos” y deseó que puedan regresar al país las misioneras de la Caridad, congregación que fundó la Madre Teresa de Calcuta, “porque son revolucionarias, pero revolucionarias del Evangelio y se necesitan mujeres como ellas”.
“Hay cosas que no se entienden, que no se asimilan, pero nunca hay que detener el diálogo”, agregó, tras calificar de “incomprensible” la expulsión del nuncio (Waldemar Stanislaw Sommertag), que es “un buen hombre que ahora ha sido nombrado en otro país”.
Respecto al obispo de la diócesis de Matagalpa (norte), Rolando Álvarez, crítico de la dictadura de Daniel Ortega y quien se encuentra en arresto domiciliario en Managua desde el 19 de septiembre, Francisco dijo que no ha hablado con él, e indirectamente restó importancia a la situación sin condenarla de forma tajante: “hay muchos casos de este tipo en América Latina”.
El pasado martes Cuba no renovó el visado y expulsó del país a David Pantaleón, superior de los Jesuitas, quien había criticado con dureza al régimen comunista cubano.
Al papa se le criticó hace algunas semanas por guardar silencio respecto a las decisiones de Daniel Ortega.