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Perú está siendo jaqueado por todo un elaborado proyecto antisistémico de contornos violentos. Planificado y coordinado por la red de amenazas de la extrema izquierda nacional y regional (con el boliviano Evo Morales como punta de lanza).
La llegada de Pedro Castillo y su asociado Vladimir Cerrón (exgobernador de la región Junín) y sus controladores internos y externos al más alto cargo político nacional en julio de 2021 solo contuvo al extremismo por cálculo. Tenían que aparentar que respetaban la democracia representativa, pero a la par la iban socavando.
De fondo el autoritarismo de sondeos lentos del prosenderismo corruptor de Castillo para «refundar» el país se activaba con el control de los dineros públicos, el clientelaje y el populismo. El país se salvó con las justas gracias a la contención patriótica de las instituciones oficiales armadas.
Los peligros, no obstante, aún se mantienen. Quienes fueron removidos del poder luego del autogolpe del 7 de diciembre de 2022 incitan cada vez más escenarios violentos dejando en mala posición a quienes quizá creyeron en ellos, de cierta forma, o fueron manipulados con fines políticos protervos. No todos los que protestan por su puesto son terroristas, delincuentes o vándalos.
El contradictorio apoyo de asháninkas al prosenderista Castillo
Un ejemplo de esa manipulación es el que se ejecutó sobre un grupo muy menor de indígenas asháninkas (selva central del Perú); esto tiene un efecto altamente simbólico.
¿Son conscientes los indígenas de que están apoyando la impunidad de un golpista considerado como el heredero político del grupo terrorista Sendero Luminoso? ¿Han olvidado cómo el maoísmo salvaje de Abimael Guzmán (fundador de Sendero Luminoso) los agredió de forma genocida en el pasado?
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Que este grupo de asháninkas no sepan o no entiendan que el régimen de Castillo suponía la reivindicación del senderismo (vía su brazo político Movadef), solo se explica por una falta impresionante de información o de memoria. O, con el mismo grado de error, creer que las grandes soluciones a los problemas nacionales pendientes provendrán de los esquemas políticos e ideológicos que las izquierdas antidemocráticas, estatistas y polarizantes plantean.
Es crucial, por ello, que nuevas voluntades u organizaciones que compitan electoralmente recojan las expectativas frustradas (sobre todo por la acción de un Estado casi fallido y venal) para darles salida dentro de los márgenes democráticos y con el impulso del crecimiento económico integrador. El sistema es perfectible y la Constitución reformable (puntualmente en su parte política), pero no se necesita apostar por su destrucción total para avanzar en la ruta del desarrollo con libertades.
La violencia política planificada
En la coyuntura, es importante resaltar que las movilizaciones pacíficas son esenciales en un sistema político libre y democrático. Lamentablemente, quienes así lo entienden a veces son sobrepasados por los azuzadores coordinados. Es lo que hoy se está viendo.
La violencia diseñada y organizada en Perú está imitando la que se desplegó en otros países de la región donde el izquierdismo antiliberal perdió el poder o pretendió hacerse con este a la mala. En el frente interno, el senderismo y otros actores como el narcotráfico y la minería ilegal perpetran tácticas de terrorismo urbano crecientes que se suman al vandalismo. No reconocerlo, no decirlo, es un error.
Como hemos apuntado desde hace un buen tiempo en este espacio, incluso la subcontratación de criminales comunes por parte de extremistas políticos era totalmente factible.
Aguardemos pues que la mayoría de peruanos que rechazan el violentismo se manifiesten cada vez más. El silencio no debe dominar.
Hay que recordar que los enemigos de la libertad crecen bajo la sombra de la tibieza. Y que además, la inacción o la falta de firmeza de las instituciones y el Estado de derecho nutre cada día los planes de poder político y delictivo de pillos y tiranos.
Political analyst and columnist focused on issues of risk and political conflict, radicalization and violent political extremism // Analista político y columnista enfocado en temas de riesgo y conflictos políticos, radicalización y extremismo político violento