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El presidente de Colombia, Gustavo Petro, sobrepasando su autoridad legal, ha cuestionado la política del Banco de la República de Colombia, en un hilo en su cuenta de Twitter donde se va lanza en ristre contra el alza de tasas de interés en Colombia.
Como candidato, Petro cuestionó la independencia del Banco de la República en varias ocasiones y acusó a la junta de estar cooptada por el Gobierno de Iván Duque. Como presidente, aunque ha comentado menos al respecto, criticó la decisión de subir las tasas de interés durante el mes de septiembre.
En el siguiente tweet, Petro acusa a la junta del Banco de la República de querer llevar a la economía colombiana a una recesión, mientras afirma que la única razón por la que se encuentran subiendo tasas de interés es para evitar la salida de inversión extranjera del país, que se siente más atraída por los mercados de Estados Unidos
Luego, con argumentos confusos y engañosos, el presidente Petro mezcla temas y ofrece soluciones meramente ideológicas para resolver un problema tan complejo como la inflación o lograr el crecimiento de largo plazo en Colombia.
Para comenzar, Petro miente al decir que las tasas de interés no son efectivas para controlar la inflación. Lo son, sin embargo, la economía tarda un tiempo en reajustarse al cambio, en la literatura macroeconómica apunta que el impacto en el consumo de un alza moderada en los tipos de interés puede tardar entre 6 a 12 meses en notarse.
Aun más preocupante, es el siguiente tweet del presidente Petro donde sugiere que el Banco de la República está incumpliendo su mandato constitucional, pues una sentencia de la Corte Constitucional de Colombia lo obliga a velar por el crecimiento y empleo del país, ignorando su otro mandato de contener la inflación.
Cárdenas también aclaró que el Banco de la República no tiene la obligación de velar por el crecimiento y el empleo del país por encima de la inflación como lo sugiere Petro.
El presidente propone además una política “antiinflacionaria” donde, al igual que el presidente Joe Biden, mágicamente la inflación se controlará con un impuesto a las grandes fortunas de Colombia y con subsidios a los fertilizantes y una futura reforma agraria cuyo costo equivale 60 billones de pesos ($13,000 millones).
Lo que molesta a Petro realmente es que el alza de los tipos de interés también le encarece el costo del endeudamiento al Gobierno, lo que lo impide incurrir en mayores gastos públicos.
Aunque países como Argentina o Venezuela ya han experimentado en carne propia las desastrosas consecuencias de devaluar la moneda para financiar gasto público, el Gobierno de Petro, fiel a su postura de izquierda, parece desconocer este hecho y cuestiona las decisiones de un Banco Central que ha sido responsable y ha logrado mantener la inflación controlada durante décadas.
La queja de Petro viene días después de que el mismo presidente cuestionara la regla fiscal, que controla el nivel de endeudamiento público, afirmando que necesita reformarse para que su Gobierno pueda incurrir en más deuda pública.
Economist, writer and liberal. With a focus on finance, the war on drugs, history, and geopolitics // Economista, escritor y liberal. Con enfoque en finanzas, guerra contra las drogas, historia y geopolítica